domingo, 3 de diciembre de 2023

Montejo de la Sierra, Sierra del Rincón, AlfonsoyAmigos en 2023

 

Nunca 33 kilómetros fueron tan bien aprovechados



Pronto, muy pronto, estoy en mi coche, todavía de noche, dirigiéndome hacia el punto de encuentro. La mañana es fría y oscura. Mientras callejeo, antes de salir a carretera, apenas unas parpadeantes luces de colores en un par de balcones, preludio de las fechas que se avecinan.

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Todavía no ha amanecido y la luna se resiste a delatar su presencia. Voy con tiempo de sobra así que, de manera no habitual, me sitúo en el carril derecho y dejo que, aquellos que tienen más prisa que yo, me adelanten sin pudor.

Escuchando música, relajado, veo a mi izquierda, iluminado, el Puente Dunlop sobre la rampa Pegaso del Circuito del Jarama.

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Ya en Montejo de la Sierra, el termómetro exterior del coche ha marcado -4º. Permanezco en el interior, en espera de que lleguen los compañeros: Ángel, Enrique, Ernesto, Luis Ángel, Pawel, Alfonso, además de Javier y Marino (que anunciaron su asistencia con anticipación y ganas).

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Tras no haber logrado completar la ruta en dos ocasiones anteriores por culpa de averías, hoy, los presentes, estamos dispuestos a llevarla a término… y sin recortes (apunta Pawel).

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En marcha, hacia la ermita de Nazaret (1218 m), por laderas que ocultan su verdor y que crujen bajo nuestras ruedas por la escarcha que las cubre, afrontando un primer repecho a modo de calentamiento que no parece haberse ganado una parada grupal.

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Sí pararemos poco más adelante, pues la tija de Javier ha entrado en rebeldía y habrá que darle solución con abrazadera que portaba Luis Ángel. ¡Vamos, que nos quedamos fríos!

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Buena parte del tramo siguiente está marcado y roto por huellas profundas de las ruedas encadenadas de grandes máquinas, aunque, afortunadamente, el barro que han provocado se encuentra congelado y podemos avanzar sobre él.

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Y enseguida, tras giro a la izquierda, tenemos por delante el fuerte repecho que nos iza hasta cruce con carretera, pero superando desniveles del 17 al 23%. ¿Pero no lo íbamos a hacer por carretera? La pregunta se diluye en el aire, como en nuestras bocas las delicias turcas con las que nos ha obsequiado Enrique, recuerdo de su último viaje.

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Breve parada en el collado Salinero (1515 m), para reagrupar y disfrutar de un paisaje que va perdiendo su capa blanca gracias a un sol que ahora es más generoso y que no nos abandonará en el resto de la ruta. Desde aquí podemos divisar los próximos puntos de destino, pero no será fácil llegar hasta ellos.

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Duele comprobar que los piornos y retamas se han comido gran parte del sendero que ya de por si es complicado recorrer, pero aun así allá vamos, montados en la bici o andando, el caso es avanzar, hasta tomar el collado Llera (1505 m) y algo más allá, pero tampoco fácil, el cerro el Morro (1524 m).

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Tremendo el descenso que tenemos por delante, flanqueados por increíble paisaje, es verdad, pero que pronto nos hará percibir un reconocible olor a frenos quemados, llegando alguno a pensar que ha fundido las pastillas y está bajando sin control. Ya lo he dicho: ¡Tremendo!

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El siguiente tramo, más llevadero y por pista forestal en su mayor parte. Primero hacia el Collado Hondo (1363 m) y después, ya en descenso y más rápido, hacia el Collado del Espino (1276 m), circunvalando el Cerro de la Morra y pasando por la zona de las Carboneras, donde hasta 1950 se producía carbón vegetal de roble para venderlo a otros pueblos y a Madrid capital.

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Nos acercamos a la localidad de La Hiruela y, junto a su iglesia de San Miguel Arcángel, tendremos nueva avería o no tan nueva. Ahora es Marino el que tiene problemas con su tija. Si la de Javier no bajaba, la suya no sube… 😃 En esta ocasión soy yo el que proveo de abrazadera que será laborioso dejar instalada.

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Precioso el recorrido que nos aguarda por el GR-88. Primero por zona de piedras cerca de Peña Tejerones y después, con más velocidad, para recorrer a todo su largo una especie de tubería zigzagueante, plagado el suelo con manto de hojas que ya se rindieron y que nos llevará, disfrutando mucho, hasta el puente sobre el río Jarama, donde las fotos serán inevitables.

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Abandonamos Madrid y entramos casi a hurtadillas en la provincia de Guadalajara, ascendiendo por praderas húmedas hacia la localidad de El Cardoso de la Sierra y, a su salida, por el camino de Montejo, encontrar los repechos duros que la mayoría recordamos de veces anteriores.


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Seguimos rodando por el GR-88, por algunas zonas de piedras y escalones que superamos con sorprendente habilidad, para seguir rápidos hasta cruce con la carretera GU-187, muy cerca de la entrada al Hayedo de Montejo, de acceso muy restringido. Acabamos de entrar de nuevo en Madrid.

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Nos resulta obligado seguir un tramo por carretera para tomar el puerto del Cardoso (1348 m), pero enseguida nos desviamos junto a la fuente del Collado para tomar, ahora sí en descenso, caminos rurales bastante enfangados.

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La misma Fuente del Collado
18 años atrás


Algún pequeño tobogán, pero, en general, descenso muy rápido, con los arroyos del Zarcillo, del Palancar, de la Mata, seguro que alguno más… dejándose oír con fuerza a nuestro paso.

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De nuevo en Montejo, ya junto a los coches, cruce de abrazos más largos de lo habitual y amplias sonrisas en las caras de los que HOY SÍ, hemos completado y disfrutado esta preciosa ruta.



7 comentarios:

  1. Siento mi ausencia.
    Me alegro enormemente que terminarais la ruta y disfrutaréis de ella.

    Fer

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  2. Gracias por compartir esta publicación. Me ha parecido muy interesante y entretenida. Me ha gustado mucho cómo has descrito el recorrido, las sensaciones, los paisajes y las anécdotas de la ruta. Se nota que disfrutas mucho de la bicicleta y de la naturaleza. Me ha llamado la atención el comentario sobre el arco de Dunlop sobre la rampa Pegaso del Circuito del Jarama, me parece un contraste curioso entre el mundo del motor y el de la bici. También me ha impresionado el descenso que has hecho por el cerro el Morro, debe ser una experiencia increíble pero también muy arriesgada. Me alegro de que hayas podido completar la ruta sin mayores problemas y que hayas tenido buen tiempo y buena compañía. Espero que sigas compartiendo más aventuras como esta. Un saludo. 😊 Álvaro Luna.

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    1. ¡Hola Álvaro! Me alegra que hayas disfrutado de la publicación. ¡Gracias por tus amables palabras! Fue una ruta divertida, emocionante e incluso más dura de lo recordado de veces anteriores. El descenso del cerro fue, como dices, arriesgada para todos porque nos dejamos ir ¡Pero valió la pena! Muchas gracias por tus buenos deseos. Espero seguir disfrutando con los amigos de aventuras que poder contar. ¡Un saludo! Alfonso.

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    2. De nada, me ha encantado leer tu publicación. Me parece que tienes un gran talento para escribir y transmitir emociones. Álvaro Luna.

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  3. Prueba superada, y no ha sido fácil.
    Con un recorrido durísimo, en tan solo 30 Kms, pereciera que solo subíamos, y las bajadas, aunque intensas pasaban "volando".
    Por fin disfrutamos de los paisajes al completo, merecen mucho.
    En las fotos se ven las sierras, detrás de unos cuántos sujetando sus bicis.

    Sed Felices. Un abrazo.

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  4. La Sierra del Rincón es un paraje incomparable, pero sin un solo metro llano o subes o bajas, pero nada de llanear, lo que hace la ruta dura. Llegamos tarde para disfrutar del Otoño, pero se podrá disfrutar tal vez de la primavera.
    ¿Cuál es la probabilidad de que se rompan dos tijas y que haya dos compañeros (con mochila y cargados de repuestos) que lleven repuestos?
    Pues debe ser poca, pero el otro día dimos fe que podría ocurrir.
    Un saludo.

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  5. Pues yo la categorízaria como una, si no la mas sicologica de toda la agenda de AyA. Con ese rampon brutal e interminable y esa trialera que se hace impracticable hasta que la misma pierde altura. Y ese constante rompepiernas que va minando y minando hasta la ultima curva en la llegada.
    Exacto, y tal como dice Enrique, la ruta se las trae y se puso de manifiesto en esa llegada donde los abrazos fueron como siempre pero casi mas agradecidos que nunca.
    Un rutonazo en toda regla a la altura de AyA.
    Javier y Marino que nos acompañaron a comer a Ernesto y a mi tras la jornada, nos dijeron que fue una pasada y que rodar (y subir y bajar) con AlfonsoyAmigos les habia encantado. No era la primera ni sera la ultima.
    Un desplazamiento el de hoy que tardaremos en olvidar por frio, trazado y ambiente. Esto último lo mejor, como siempre.
    Buena semana a todos.

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