Como en otras muchas
ocasiones, salgo a rodar con Fernando sin tener una idea fija. Jorge tiene
otros compromisos. Improvisamos la ruta en base a nuestras primeras sensaciones
y en esta ocasión no son nada malas.
Tenemos algún grado menos
que ayer y se agradece. Comenzamos por la subida de Iberpistas, que hemos dado
en llamar "alfonsina" y que hacía tiempo que no ascendíamos. Resulta
de lo más agradable rodar a la sombra y con aire suave. Variante paralela a la
pista hacia el "pilón" y sin que Fernando me ponga reparos,
ascendemos por cuesta dura para llegar a alcanzar el arrastradero que parte de
la puerta de Campanillas.
Accedemos a la pista de la Garganta
y subida a buena marcha. Fernando recomienda abandonar la subida clásica y al
alcanzar el árbol en "V" lo hacemos descendiendo por arrastradero,
primero hacia los "acebos" y después hacia las proximidades del
Puente Negro. Mi buena orientación nos permite tomar el camino correcto en dos
ocasiones, a pesar de que las pistas no están cuidadas y sí bastante sucias;
muchas ramas sueltas víctimas de un invierno muy duro y follaje muy
desarrollado por los altos niveles de lluvia. (Nota: Intentarlo en subida en
las actuales condiciones).
Tomamos rumbo hacia la
puerta de Campanillas, desde el Puente Negro, abandonando nuevamente la pista
principal y cogiendo la variante de la derecha, por la que habitualmente
descendemos. Fernando ya me conoce y no rechista, solamente sonríe y tira para
arriba (algún murmullo entre dientes).
Para volver, lo hacemos por
el camino que le encanta a Fernando... rumbo hacia la encrucijada de Cabeza
Reina, descendemos por arrastradero y enlazamos con el camino paralelo a la vía
del tren hacia la Estación. Por cierto, han arreglado el apeadero, pero han
dejado el andén más alto y resulta más complicado cruzar las vías.
En "Las Farolas"
nos acogen como siempre con cariño.
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