El ser humano debe superar los obstáculos más difíciles para saborear el lado más dulce del éxito
Otro
día más de madrugón, ¡no hay dolor! y en cuanto me siento en el coche lo
primero que hago es poner algo de música que me vaya poniendo a tono.
Mientras me veo obligado a poner las luces antiniebla en una mañana especialmente oscura, el que hoy se anima a acompañarme es Pablo Alborán con su Tabú y canta “Te busco en cada amanecer”. Quiero creer que se refiere a buscar y dar con AlfonsoyAmigos en una nueva ruta, pero las indicaciones del punto de encuentro las he dejado muy claras en la convocatoria… como siempre.
La niebla se disipa cuando me voy acercando al Puente del Batán, en el término de Colmenar Viejo, el mismo que ya ha sido rehabilitado en varias ocasiones por no soportar las fuertes crecidas del Río Manzanares.
Ángel, Enrique y Jesús nos han abandonado hoy porque han preferido sufrir con ese Atlético de Madrid que ya está dando demasiados disgustos a su afición, así que pienso que llegando a las 8,30 seré el primero en clavar el banderín, pero en la amplia explanada destaca aparcada la furgoneta blanca con letras rojas de nuestro amigo Fer, que parece negarse a salir del coche.
Andrés, el amigo y copiloto, me cuenta que por un error suyo de cálculo han llegado demasiado pronto… ¿antes de las 8,30? No me extraña el mosqueo de quien permanece en el interior del coche pero con el casco puesto.
Habrá quien aproveche el tiempo al máximo y se presente algo más que justito de tiempo, pero nos alegramos de vernos todos los que allí acabamos y además hay sorpresas, al menos no esperadas por mí. Hacemos recuento: Andrés, Eva, Fer, Juan, Luis Ángel, Nacho, Patrick, Pawel, Santi y Alfonso, pero también acuden Fernando, Nati y Toño, ¡qué alegría!
No parece hacer demasiado frío, tampoco se ven los charcos helados y además pronto vamos a entrar en calor con el continuo sube y baja por la Colada de las Huelgas del Río Manzanares, que disfrutamos con los descensos habilidosos y te ponen al límite con los duros repechos a superar.
Toño me recuerda que años atrás tuve una racha que acababa siempre por los suelos y no era el único, pero hoy las trialeras parecen haberse suavizado o realmente hemos ganado todos en habilidad y manejo de las bicicletas.
Dejamos a nuestra derecha las ruinas de antiguos molinos harineros y vadeamos el Arroyo del Grajal intentando no mojarnos los pies, para después superar la Central eléctrica de Navallar, de 1900, curiosamente la primera que suministró energía hidroeléctrica a Madrid y que aún sigue prestando servicio.
Íbamos a evitar tramo complicado, pero Patrick nos anima a realizar la “ruta turística” y allá que vamos, teniendo que cargar con las bicicletas en más de una ocasión, arriesgarnos a una caída en otras o a sufrir algún que otro resbalón sobre tablas o piedras húmedas… pero somos así, no preguntes por qué. La inconsciencia que nos da el ser tan jóvenes.
Delante nuestro ya tenemos la Presa del Gragal, inaugurada por Alfonso XIII en 1908, en desuso desde la construcción del embalse de Santillana y un poco más allá el Puente del Grajal , de origen medieval y construido por musulmanes para facilitar el movimiento de sus tropas ante el empuje de los reconquistadores cristianos, pero nosotros cruzaremos por el puente nuevo.
Hacia el Alto del Grajal por duro senderillo y después a seguir por pista el Cordel de Cantalojas, con una niebla que amenaza con echarse encima nuestro y bajar la temperatura, con vistas impresionantes de una totalmente nevada Sierra de Guadarrama y con un descenso rápido que nos lleva al pequeño embalse Entrearroyos que retiene el agua del Arroyo del Guindo.
Unos duros repechos estiran al grupo antes de tomar el sendero divertido por la Cañada de Matamuñoz, el mismo que obliga a vadear el Arroyo de Jaramillo, donde Luis Ángel tendrá percance que le pondrá en remojo, afortunadamente sin más consecuencias. Confiamos en que no acabe resfriado.
Seguimos adelante y nos acercarnos hasta el Puente de La Marmota, de mediados del siglo XVIII, que sigue donde lo dejamos la última vez, incluso con el empedrado que pone a todos a prueba.
Mientras me veo obligado a poner las luces antiniebla en una mañana especialmente oscura, el que hoy se anima a acompañarme es Pablo Alborán con su Tabú y canta “Te busco en cada amanecer”. Quiero creer que se refiere a buscar y dar con AlfonsoyAmigos en una nueva ruta, pero las indicaciones del punto de encuentro las he dejado muy claras en la convocatoria… como siempre.
La niebla se disipa cuando me voy acercando al Puente del Batán, en el término de Colmenar Viejo, el mismo que ya ha sido rehabilitado en varias ocasiones por no soportar las fuertes crecidas del Río Manzanares.
Ángel, Enrique y Jesús nos han abandonado hoy porque han preferido sufrir con ese Atlético de Madrid que ya está dando demasiados disgustos a su afición, así que pienso que llegando a las 8,30 seré el primero en clavar el banderín, pero en la amplia explanada destaca aparcada la furgoneta blanca con letras rojas de nuestro amigo Fer, que parece negarse a salir del coche.
Andrés, el amigo y copiloto, me cuenta que por un error suyo de cálculo han llegado demasiado pronto… ¿antes de las 8,30? No me extraña el mosqueo de quien permanece en el interior del coche pero con el casco puesto.
Habrá quien aproveche el tiempo al máximo y se presente algo más que justito de tiempo, pero nos alegramos de vernos todos los que allí acabamos y además hay sorpresas, al menos no esperadas por mí. Hacemos recuento: Andrés, Eva, Fer, Juan, Luis Ángel, Nacho, Patrick, Pawel, Santi y Alfonso, pero también acuden Fernando, Nati y Toño, ¡qué alegría!
No parece hacer demasiado frío, tampoco se ven los charcos helados y además pronto vamos a entrar en calor con el continuo sube y baja por la Colada de las Huelgas del Río Manzanares, que disfrutamos con los descensos habilidosos y te ponen al límite con los duros repechos a superar.
Toño me recuerda que años atrás tuve una racha que acababa siempre por los suelos y no era el único, pero hoy las trialeras parecen haberse suavizado o realmente hemos ganado todos en habilidad y manejo de las bicicletas.
Dejamos a nuestra derecha las ruinas de antiguos molinos harineros y vadeamos el Arroyo del Grajal intentando no mojarnos los pies, para después superar la Central eléctrica de Navallar, de 1900, curiosamente la primera que suministró energía hidroeléctrica a Madrid y que aún sigue prestando servicio.
Íbamos a evitar tramo complicado, pero Patrick nos anima a realizar la “ruta turística” y allá que vamos, teniendo que cargar con las bicicletas en más de una ocasión, arriesgarnos a una caída en otras o a sufrir algún que otro resbalón sobre tablas o piedras húmedas… pero somos así, no preguntes por qué. La inconsciencia que nos da el ser tan jóvenes.
Delante nuestro ya tenemos la Presa del Gragal, inaugurada por Alfonso XIII en 1908, en desuso desde la construcción del embalse de Santillana y un poco más allá el Puente del Grajal , de origen medieval y construido por musulmanes para facilitar el movimiento de sus tropas ante el empuje de los reconquistadores cristianos, pero nosotros cruzaremos por el puente nuevo.
Hacia el Alto del Grajal por duro senderillo y después a seguir por pista el Cordel de Cantalojas, con una niebla que amenaza con echarse encima nuestro y bajar la temperatura, con vistas impresionantes de una totalmente nevada Sierra de Guadarrama y con un descenso rápido que nos lleva al pequeño embalse Entrearroyos que retiene el agua del Arroyo del Guindo.
Unos duros repechos estiran al grupo antes de tomar el sendero divertido por la Cañada de Matamuñoz, el mismo que obliga a vadear el Arroyo de Jaramillo, donde Luis Ángel tendrá percance que le pondrá en remojo, afortunadamente sin más consecuencias. Confiamos en que no acabe resfriado.
Seguimos adelante y nos acercarnos hasta el Puente de La Marmota, de mediados del siglo XVIII, que sigue donde lo dejamos la última vez, incluso con el empedrado que pone a todos a prueba.
Alcanzamos el Alto de la Marmota y seguimos avanzando por tramos complicados que dificultan el ascenso y que nos mantienen junto a las tapias del monte de El Pardo, con vistas a su embalse y a Madrid. Acabaremos encontrándonos con alguna valla metálica donde no tendremos muy claro si estamos dentro o fuera de zona restringida o de paso limitado.
No sin tramos duros acabamos cogiendo nueva pista a la que no la faltarán toboganes rompepiernas y que enfilará hacia el polígono industrial de Colmenar Viejo. Hay compañeros que apuntan que ya estamos en el trazado de la ruta MTB Madrid-Segovia.
Abandonamos la localidad siguiendo durante algo más de 2 kms el trazado de la línea de ferrocarril Madrid-Burgos, de vía única, inaugurada en 1968 pero actualmente en desuso, donde cogeremos buena velocidad y nos resultará imposible esquivar la mayor zona de charcos y barro de toda la ruta. Así de sucios acabaremos.
Desvío
a la derecha. Se trata de la Calleja de Navarrosillo, que
entre vallas de piedra que delimitan dos fincas y por zona pedregosa nos hará
esforzarnos por un buen rato hasta poder coger el comienzo de la Colada de los Gallegos, ya de regreso
al Puente del Batán.
Andrés sufrirá un calambre, pero seguirá adelante sin una queja, acompañado siempre por algún compañero. Ya queda poco, pero aún habrá que poner a prueba las energías que restan.
Tres kilómetros trialeros, pedregosos, con grandes escalones, donde andarines y ciclistas nos cruzaremos saludos con amabilidad, donde se exprimirán grandes dosis de energía en las zonas más complicadas, donde ver el trazado del compañero que marcha delante será más útil que nunca, donde los gritos de ánimo se mezclarán con los de satisfacción por cada escollo solventado y por cada zigzagueo bien realizado.
Final apoteósico para una ruta de algo más de 33 kms, pero engañosa como la definió Nacho ya casi finalizando. Un nuevo Rutonazo para nuestro libro de bitácora, tras el que los abrazos son más generosos y más agradecidos.
Andrés sufrirá un calambre, pero seguirá adelante sin una queja, acompañado siempre por algún compañero. Ya queda poco, pero aún habrá que poner a prueba las energías que restan.
Tres kilómetros trialeros, pedregosos, con grandes escalones, donde andarines y ciclistas nos cruzaremos saludos con amabilidad, donde se exprimirán grandes dosis de energía en las zonas más complicadas, donde ver el trazado del compañero que marcha delante será más útil que nunca, donde los gritos de ánimo se mezclarán con los de satisfacción por cada escollo solventado y por cada zigzagueo bien realizado.
Final apoteósico para una ruta de algo más de 33 kms, pero engañosa como la definió Nacho ya casi finalizando. Un nuevo Rutonazo para nuestro libro de bitácora, tras el que los abrazos son más generosos y más agradecidos.
Formidable GRUPO, donde todos aprietan los dientes y nadie se queja. Un auténtico orgullo.
No te pierdas otras muchas fotos y el vídeo.
Buena ruta
ResponderEliminarBonito entorno,amigos y variedad en la ruta como os gusta
Gracias por el apunte histórico
Siempre aprendiendo
Un saludo.
Charo
Siempre gracias a ti Charo. Feliz semana. Un saludo.
EliminarQue envidiaaaaaaaa¡¡¡¡¡¡ magnífica ruta por lo que narra con precisión y pasión el cronista. 👏👏👏
ResponderEliminarDeseando la incorporación al grupo, que no ocurrirá al menos hasta tres fines de semana más 😥.
Buena semana a tod@s ¡
¡¡¡Vuelve pronto Miguel Angel!!! aunque seguro que no permaneces inactivo sobre todo con la nieve que hay por los sitios altos y de la que tanto disfrutas.
EliminarLa ruta de ayer se resume como siempre: "Marmotada en toda regla".
No sabéis cuánto me acordé de vosotros ayer... Me alegro que disfrutarais de la ruta con ese día tan espectacular que hizo.
ResponderEliminarUn abrazo amigos.
Ruta perfecta para disfrutar y disfrutar, buen ambiente, buena gente,bicicleta, que mas se puede pedir. Un día más disfrutando de algo que gusta y rodeando de gente que te quiere(para bien, apretado, tirar por el barranco, cargar pilas..jajaj)
ResponderEliminarUn placer seguir aprendiendo, disfrutando y gozando con A&A y sus rutas.
Un Besoabrazo....fiuuuuu
Me encanta que los buenos amigos sepan donde encontrarnos, que pueden acudir cuando gusten y que siempre van a ser recibidos con cariño. Aunque sea para cruzar esos abrazos que tanto se agradecen. Alfonso.
Eliminar