El Espinar dormía la mañana del domingo. Un frío viento circulaba por sus calles
En
un mes como el que corre, las tropas romanas se recogían en sus cuarteles de
invierno (hiberna) y dejaban de
batallar. Incluso
en tiempos más actuales, las guerras se paralizaban con pacto de no agresión en
espera de que llegara la primavera. El
honor de la batalla se perdió el día que una de las partes decidió seguir
guerreando en pleno invierno…, pero estas son otras historias.
Este grupo es diferente
Volvamos a El Espinar, donde en un domingo como éste lo normal sería encontrar sus calles desiertas porque sus vecinos han decidido sabiamente quedarse bajo sus mantas… pero, poco antes de que den las 9, en la calle la Luna se empieza a notar un movimiento desacostumbrado.
“No es posible, con la que ha caído y la rasca que debe hacer fuera…” – comenta para sí un vecino que nos ve llegar a través de los cristales empañados de su ventana.
Coches y bicicletas de AlfonsoyAmigos están llegando y rompen el silencio de las calles con el bullicio de saludos y abrazos. Nos encontramos segovianos y madrileños para componer la caravana que hoy enfilará hacia la Ermita del Cubillo.
Andrés, Ángel, Antonio,
Chicho, Enrique, Eva, Fer, Fernando, Galo, Jesús, Juan Carlos, Juan Patricio,
Luis Ángel, Patrick, y Alfonso.
Se da la voz de marcha con unos minutos de retraso, acaso porque los músculos estén algo entumecidos por el frío o porque Antonio se ha presentado con una caja de sabrosas pastas (marranitos).
Se nota el buen ánimo aún a sabiendas de que hoy no va a ser precisamente un día caluroso, pero ignorantes de lo que aún estaba por llegar.
Se da la voz de marcha con unos minutos de retraso, acaso porque los músculos estén algo entumecidos por el frío o porque Antonio se ha presentado con una caja de sabrosas pastas (marranitos).
Se nota el buen ánimo aún a sabiendas de que hoy no va a ser precisamente un día caluroso, pero ignorantes de lo que aún estaba por llegar.
Hacia la Vereda de la Talanquera solamente nos encontramos un ganadero que ha madrugado para dar de comer a sus vacas y que nos hace un leve gesto de saludo sin ni siquiera bajar la ventanilla de su vehículo.
La niebla nos envuelve mientras calentamos con los primeros toboganes y apenas podemos distinguir con claridad a nuestro paso la Casa del Alberche.
Nos adentramos en la Cerca Portillo y zigzagueamos entre charcos y lagunas de agua embarrada que difícilmente logramos evitar que salpiquen a nuestro paso y provoquen algún resbalón.
De a uno, por un sendero más habitual para el ganado que para ciclistas y andarines, pero que se disfruta recorriendo sin esfuerzo hasta llegar al Pilón del Diamante o Pilón Pajar, que en esta ocasión encontramos con poca agua; el ganado se nos ha debido adelantar.
Cogemos brevemente la Cañada Soriana Occidental y nos esforzamos en tomar altura en la ladera para encontrar senderos más altos que nos llevarán hasta el Collado por el que transcurre el Camino de los Fruteros. Nos dicen que algunos cazadores nos vieron pasar.
En otra ocasión hubiera sido buen momento para tomar un refrigerio, pero hoy parece que el dios Eolo acaba de abrir de golpe todas las puertas de su reino y allí solamente se detiene algún esforzado fotógrafo al paso de sus compañeros.
Estábamos rodando a temperaturas bajo cero, pero ahora se añade un viento frío y cortante que no resulta nada agradable. La niebla se vuelve más densa y los senderos que debemos seguir están cubiertos de nieve.
Avanzamos más por intuición que con seguridad y solamente conseguimos ver a un par de compañeros por delante y otros tantos por detrás; el resto está perdido en la niebla. Los walkies ayudan poco cuando no se tienen referencias claras y visibles que dar.
Nadie nos podría haber culpado si hubiéramos emprendido el regreso en este punto, pero AlfonsoyAmigos sigue adelante sin quejas e incluso se oyen risas que surgen desde detrás de las bragas que cubren los rostros.
Complicado ascenso, algún extravío, dureza extrema y habilidad para no caer por los suelos, pero avanzamos y avanzamos, aunque más lentos de lo que nos hubiera gustado.
Ver no vemos nada, la niebla cada vez más densa, pero los GPS nos indican que la pista hacia el Parque Eólico la tenemos a 50 metros y nos dejamos guiar.
El frío arrecia, corta como cuchillo. Estamos a casi -4º y la sensación de frío mucho más baja. En el recorrido hacia el Puerto de la Cruz de Hierro a Fernando se le han congelado los cambios y resulta imposible conseguir que mejoren. Tendrá que aguantar el resto de ascenso a piñón fijo.
Nieve a nuestro alrededor, hielo que cruje bajo nuestras ruedas, arbustos congelados y no se logra distinguir las aspas de los molinos a pesar de estar a sus pies. Las duras rampas apenas consiguen que entremos en calor.
Nos reunimos junto al cartel que señaliza el Puerto de la Cruz de Hierro (1474 m), pero que hoy está cubierto por nieve helada y da pie a demostrar que a pesar del frío aún mantenemos el buen humor.
A nuestra derecha, descenso por trialera con la que solamente se atreven tres compañeros y el resto optamos por descender 5 kms por carretera con miedo de encontrar alguna placa de hielo peligrosa y con terrible aire frío que acabará dejándonos totalmente helados.
Ya en Aldeavieja y a resguardo de una casona aprovecharemos para tomar algunos frutos secos, un gel o un bocatín de chocolate, antes de proseguir hacia la Ermita del Cubillo cuyas puertas esperamos encontrar cerradas
Pero, de forma milagrosa, encontramos a tres amables personas que nos abren las puertas de la ermita para ofrecernos una estancia caliente donde recuperar temperatura en el cuerpo y un café con leche recién preparado que nos da vida. Muchas gracias a quienes así nos recibieron, generosos, sin quejarse de nuestro abrir y cerrar del portón que dejaba escapar el calor acumulado con empeño.
Viendo que ya podemos mover los dedos de las manos seguimos la marcha, dejando atrás las temperaturas más frías. Aún nos queda bastante por rodar.
Ermita del Cubillo |
Algo más de 14 kms hasta llegar a las proximidades de las Navas de San Antonio, donde tendremos algún despiste por las obras recientes que se han realizado en las cañadas de la zona.
El camino hacia el Telégrafo Óptico está compactado y es mucho menos pedregoso de lo recordado, pero ya el cansancio se acumula en las piernas. Junto al telégrafo, o las ruinas que quedan de él, nos reagrupamos antes de emprender, ahora sí, el descenso de final de ruta.
Telégrafo Óptico - El Espinar |
Telégrafo Óptico - El Espinar |
Unos corzos detienen curiosos su marcha y nos ven pasar, mientras la batería de litio de mi e-bike da las últimas bocanadas víctima de las bajas temperaturas sufridas.
En los coches, no pueden faltar los abrazos y felicitaciones, y en las caras, con los carrillos llenos por los “marranitos” que vuelve a sacar Antonio, surgen espontaneas las sonrisas de quienes como gorilas en la nieve acaban de escribir un nuevo rutón en el diario de AlfonsoyAmigos.
Increible¡¡¡
ResponderEliminarEs la primera palabra que se me viene a la cabeza, despiés de terminar de leer esta crónica.
Amor y pasión al deporte, se queda corto.
Está claro, que a este grupo, no hay quien lo pare. Solamente con ver las fotografias, lo dicen todo.
Pero como siempre y a pesar del tiempo, el disfrute personal y el encuentro de los amigos, lo hacen llevadero.
Un saludo para todos, Valiente¡¡¡
Charo.
Gracias Charo. Un abrazo para ti.
EliminarQue gran sensación me dejó esta ruta, y que la crónica me ha recordado. Vernos como juntos nos sobrepusimos a todos los elementos fue maravilloso. Ni viento, ni la niebla ni el frio bajaron nuestro ánimo, aunque si nuestras fuerzas. Aunque no se pudiese ver por lo abrigado que iba, fui toda la ruta con la sonrisa dibujada en mi cara.
ResponderEliminarComo siempre un placer
Hacía tiempo que no sentía tanto frío en la punta de los dedos de manos y pies, si bien es una gozada ciclar por la nieve recién caída la niebla no dejaba disfrutar del paisaje.
ResponderEliminarRuta disfrutada con los amigos y otra para apuntar a la de rutas épicas.
Un abrazo.
Busqué inspiración en la luna llena, pero el eclipse me privó de ver la luna y de tener inspiración. Tuve que contar simplemente lo acaecido.
ResponderEliminarTampoco vi la luna. El eclipse tuvo poco que ver.
ResponderEliminarLa niebla, fue quién me quito el calor y la inspiración.
La niebla, fue la que no nos dejó ver el barro y los charcos, el hielo debajo de las ruedas y el viento, cortándonos el cutis( sobretido en las orejas).
Pero... Otra ruta de aúpa, en la cuál me lo pasé, fenomenal.
Gracias, por vuestro calor.
Sed felices. Un abrazo.
Viendo vuestro reportaje me arrepiento de haberme quedado en la cama con la bicicleta en el garaje. Sois grandes
ResponderEliminarSaludos
Germán Cuesta
Si todas las temporadas hay 4-5 rutas épicas, la de hoy con las primeras nieves ha sido la primera de este invierno; y que épica!!!
ResponderEliminarCon fríos y sensación térmica inferior a los 8-10º bajo cero y una niebla tan intensa como inimaginable hemos hecho una ruta de frió extremo. Profunda admiración por un grupo de amig@s que lejos de claudicar ante semejantes inclemencias solo tenia en mente completar la ruta tal y como se planteo y planificó desde el principio. Si siempre ha sido un orgullo pertenecer a este grupo hoy ha sido cumbre.
Inimaginable el frió y temporal en ese “Alpe D’Huez” que no deja de ser una mentira piadosa de AlfonsoyAmigos. 50 km de intemperie, de castigo, de bici y de GRUPO.
Si en otras ocasiones he podido decir que este grupo es incombustible, y mas hoy con estos fríos, con esa llegada, esos abrazos de fiscalización y esa sensación de haber culminado una ruta a prueba del peor tiempo posible, me atrevo a decir sin temor a equivocarme que este grupo es INDESTRUCTIBLE.
Y ademas se que la semana que viene sea donde sea la convocatoria y haga el tiempo que haga, volverá a haber una gran asistencia a prueba de cualquier contratiempo.
Muy, muy Grandes AlfonsoyAmigos, los que fuimos y los que pertenecemos a el, por muchos años.
Por todo ello, solo me queda decir esperando ya la convocatoria que sea, que el domingo que viene....cada vez mas cerca.
INDESTRUCTIBLE.
Maravilloso recorrido, solo apto para los supervalientes, como sois todos vosotros.
ResponderEliminarDespués de desafiar tanto recorrido con nieve, os veo en el Everest. ¡Qué barbaridad, lo que habéis tenido que pasar!
A pesar de todo, el reportaje es fantástico y hay que reconocer que no os arredra nada. Porque la "rasca" tuvo que ser de aúpa. Claro que una vez vencidos esos obstáculos, supongo que solo queda la satisfacción de haber sido unos intrépidos.
Para todos los componentes de AlfonsoyAmigos, vaya mi abrazo y admiración.-
Muchas gracias Margarita por tus amables palabras. La "rasca" es la culpable del trancazo que arrastro hoy... (no sé si habrá algún otro damnificado), pero ya sabes que "sarna con gusto...". Un fuerte abrazo de parte de todos.
EliminarNo es el honor lo que se perdió para siempre en AlfonsoyAmigos, sino la sensatez y el sentido común al embarcarnos en estas aventuras dominicales llueva, nieve o sople un huracán.
ResponderEliminarDicho ésto, reconozco que a pesar del madrugón, disfruté como un auténtico enano de la ruta, de la nieve, del frío, del brasero y de la compañía y me siento afortunado de conservar todos los dedos de las manos al volver a casa.
Esperando que vuelva a nevar, que alguien imponga sensatez y retrasemos las salidas en estos días de frío gélido.
Chicho