De Leyenda
Puede que AlfonsoyAmigos acabe siendo alguna vez parte de una leyenda en la
que se narren historias de esfuerzo, de pundonor, de logros personales o de
grupo, de compañerismo, de amistad.
Algunos amigos darán un paso
atrás o se echarán a un lado para dar relevo a otros que llegarán para aportar su entusiasmo o
juventud y todos ellos formarán parte del diario que poco a poco escribe AlfonsoyAmigos.
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Patrick con su nueva "burra"
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Mientras AlfonsoyAmigos aún es presente y apenas se ha ganado el recuerdo de
unos años, bueno será que todos conozcamos otras leyendas... sobre todo
aquellas que nos tocan muy de cerca.
La propuesta de hoy está definida
días antes: “Alcanzar nuevamente la Cruz
de Pedro Álamo”
La ola de calor estival, que se
está alargando más de lo habitual, invita a adelantar la hora de partida, que
esta vez se fija para las 8,30. Corremos
el riesgo de que acudan menos amigos a la cita, sobre todo cuando en el
municipio de El Espinar hay variedad
de ofertas para disfrutar de la tarde y de la noche del día anterior.
En el punto de encuentro,
habiendo o no trasnochado y con media hora menos de sueño, acuden:
Andrés, Ángel, Ángel Sierra,
Carlos, Enrique, Juan Carlos, Luis Ángel, Luis Ángel JR., Patrick, Santi, Toño
y Alfonso.
Hay alguno que se vuelve
disimuladamente para bostezar.
Una alegría encontrar de nuevo a
Patrick tras unas breves vacaciones y que está como loco por probar su nueva
máquina.
A ver qué nos tienes hoy
preparado – comentan.
Los que llegan desde El Espinar ya han calentado las piernas, pero el resto comienza totalmente en frío y las
primeras subidas no se hacen esperar.
Se calientan las piernas sí o sí.
No hay otra. Pendientes y algún tramo habilidoso o con piedras y raíces para
alcanzar cuanto antes la pista forestal junto al Arroyo de Gargantilla.
Salvo aquellos que no lo hacen ni
con 40º, el resto ya hemos roto a sudar a pesar de que el termómetro marca 16º.
Los primeros cientos de metros recorridos han sido muy intensos.
Se comenzó con charla, pero las
palabras dieron paso a los gruñidos de esfuerzo. Hoy no se escucha el discurrir
del agua del Arroyo Gargantilla, prácticamente seco en estas fechas.
Breve reagrupamiento y aún hay
que alcanzar el Camino del Ingeniero.
Rodamos con suavidad, haciendo
por recuperar el aliento perdido. Y resulta muy
agradable sentir una suave brisa fresca y comprobar que la temperatura sigue
estable.
En este tramo del camino encontramos los típicos toboganes, pero ganan los que son de subida. Ejercicio
aeróbico por excelencia.
¿Qué ocurre?, parece que falta
algún compañero.
Tranquilos, es Luis Ángel que
reintenta superar algún tramo cuando no lo consigue a la primera. ¡Ah, bueno!
Más adelante otro tramo difícil
en el que siempre, siempre, yo había puesto pie en tierra (ya son años) y hoy, sin embargo, tomo la buena trazada y me veo
arriba eufórico. ¡Biéeeeennn!
Compruebo que mis compañeros se
atascan en el mismo lugar en el que yo lo había hecho en cientos de ocasiones
anteriores.
Carlos lo supera, Juan también...
pero Luis Ángel patina y... lo intenta de nuevo. Logro ver hasta tres intentos
fallidos antes de que reiniciemos la marcha dejando a Luis Ángel inmerso en
su lucha personal.
¿Al final lo consiguió? Realmente
no lo se, que nos lo cuente él en algún comentario.
En una explanada muy conocida, la Majada Juan Francisco (según nos informa nuestro amigo Jesús María González) por encima de Peña la Casa detenemos la marcha para tomarnos “media barrita”.
Descubrimos entre varias rocas de gran dimensión y junto a cerca donde antiguamente se guardaban cabras y ovejas, una placa de madera con inscripción, pero desconocemos la
historia. Tal vez alguien nos la quiera contar.
Y se eligió ese punto para tomar
algún alimento, porque justo ahora nos toca subir el repecho más duro del día.
Algunos renunciamos directamente
a intentarlo, otros lo logran montados hasta media altura y, para orgullo de todos,
también habrá compañeros que lo consigan hasta arriba. ¡Bravo por ellos!
¿El subir se va a acabar? -- Pues
mentiría si te digo que si.
Una vez que hemos superado la Fuente y el Chozo de la Majada del Brezo
abandonaremos el Camino del Ingeniero
atravesando unas decenas de metros campo a través, hasta encontrar otra senda
que conocemos.
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Carlos y Patrick junto al Chozo de Majada del Brezo |
Un tramo de fácil recorrido, pero
el camino se complica y queda solo disponible para los más fuertes y
habilidosos. Veo delante de mí a Carlos y Toño superar la mayor parte.
Apenas nos detenemos un par de
segundos en la puerta de alambrada que nos da paso desde Segovia a Ávila.
Estamos en la zona que llaman Boca del Infierno, pero ya hemos superado lo
peor.
Tenemos que atacar un
ascenso duro que estira el grupo, pero
en este tramo no se requiere habilidad, solamente un poco de fuerza.
Y nos vamos hacia nuestro destino
principal la Cruz de Pedro Álamo.
Hemos abandonado las zonas
complicadas, nos introducimos en pista forestal fácil de recorrer pero nos
avisan por atrás de que Luis Ángel JR. ha sufrido una especie de tirón en la
rodilla izquierda. Esperamos sin problema a que
intente recuperarse, pero le duele.
Una vez más el “equipo A” se pone
manos a la obra.
Juan Carlos y Toño, uno a cada
lado de JR. le empujan para que supere los desniveles que se nos presentan.
Ángel y Carlos empujan a su vez a los anteriores. Siempre sorprende ver que
todo funcione sin que ninguno se vaya al suelo.
Tras curva conocida se nos
presenta el pequeño desvío hacia la cruz. Luis Ángel JR. decide esperar a que
regresemos y Andrés se queda para acompañarle.
Creo que todos ya hemos estado
antes, pero una vez subidos a la peña, junto a la cruz, disfrutamos de las
vistas e intentamos averiguar el por qué no se logra localizar a simple vista
desde El Espinar. Puede que a partir de hoy lo tengamos más claro.
La Leyenda:
Nos cuenta la historia que en el
Siglo XVII, corriendo el año de 1617, vino a producirse el llamado “Milagro de
Peguerinos”.
Esta leyenda, que fue recuperada
por Félix Segovia Rincón, narra la historia de un espinariego que viéndose
sorprendido por una fuerte tormenta de nieve, logró escapar de la muerte segura
al invocar con devoción al Cristo del Caloco.
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Fuente de Fernando Benito |
El espinariego en cuestión era
Pedro Álamo, quien en agradecimiento instaló una cruz de granito en el lugar en
el que ocurrieron los hechos y esculpió en la misma: “Esta + puso Pedro del
Álamo – Año de 1617”.
Tal vez porque no aguantó las
inclemencias del tiempo, con los años fue sustituida la cruz de granito por una
de hierro forjado y es la que podemos contemplar en nuestros días.
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Fuente de Fernando Benito |
Reagrupamiento y marcha rápida
hacia el Collado Gargantilla. Hoy no subiremos a Cueva Valiente, ya tuvimos
bastante.
Descenso muy habilidoso superando
la Fuente de Jesús Bellver y seguimos al encuentro del Camino del Ingeniero,
aunque tendremos que superar una variante que últimamente nos gusta más a
todos: Pendiente pronunciada, piedras sueltas, algún pedrolo, curvas
peraltadas.... ¡una pasada!
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Junto a la Fuente de Lavacoñitos, arreglada por el amigo Ezequiel de Cercedilla
Hoy se nos presenta sin agua, aunque suele aguantar hasta primeros de Agosto |
Todavía nos detendremos junto a
la Fuente de Peña Morena para tomar
agua buena y fresca y para enseñarla a los compañeros que aún no la conocen.
Bajamos lanzados los metros que
nos quedan hasta la Cafetería Jara,
pero teniendo mucho cuidado en los cruces.
Cervezas, refrescos, JR. casi
recuperado, Patrick contento con su nueva “burra”, Enrique y Santi pensando en sus vacaciones y el resto comentando las nuevas rutas, diurnas, nocturnas y la próxima
de fin de semana al Río Lobos.
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Cruz de Pedro Álamo
Foto: Santi Calleja
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Y Santi Calleja localizó la Cruz de Pedro Álamo desde El Espinar.