Crónica: Santi Calleja
El
Domingo 12 de Julio será recordado por los 10 amigos que nos dimos cita a la
convocatoria esta vez de nuestro compañero Toño que sustituyó a nuestro querido
Alfonso esta vez envuelto en celebraciones familiares (te echamos de menos….. o ¿quizá no?,
que no se yo si…….. en fin).
Como
os decía Toño tenía mirada una ruta por la Sierra de Gredos, que partía de la
localidad de Arenas de San Pedro, al
sur de la provincia de Ávila. La ruta tenía buena y mala pinta a la vez pues al
ver su recorrido vimos que el lugar necesariamente tendría que ser una
maravilla por la naturaleza que allí se conserva pero por otra parte los datos
que nos ofrecía el track indicaban que se acumularían más de 2000 m de desnivel (algunos éramos escépticos… pero me equivoqué
a este respecto) unido a los calores de este especial tórrido verano que
estamos teniendo.
Desde
El Espinar 8 amigos a saber: Toño,
Paco, Juan, Andrés, Ferluy, Lourdes, Miguel y el que les habla Santi, y desde
Madrid nos acompañaron Luis Ángel y L.A. JR.
Antes
de enrollarme mucho, que espero que no y para que los que no leáis todo el
texto he de decir que en los 4 años que llevo saliendo con este grupo es
posiblemente la ruta más extrema que he hecho y SI NO DIGO LA VERDAD… DESMIÉNTEMELO.
No
es menos cierto que la ruta tuvo de todo y como decía Andrés durante la mañana,
tarde y casi noche es que nos ha dado tiempo a hacer de todo: Marcha, trekking,
mtb, alpinismo, natación, orientación, senderismo y buceo en pilón... etc.
A
eso de las 9 y tras desayunar unos cafés y tostadas mayormente, nos pusimos en
marcha a las órdenes de nuestro guía Toño. El pantano de Arenas de San Pedro rebosante de agua nos dio la bienvenida.
Era
seguramente un espejismo pues a partir de allí TODO cuesta arriba. Así fue
desde los 514 m
de altura pasamos a los 1219
m en la zona del Collado de la Fuente, desde donde
pudimos apreciar lo mucho que habíamos subido y lo lejos y pequeño que se veía
el pueblo de Arenas de San Pedro.
Como suele pasar una vez llegas arriba del todo tocaba bajar y mucho, trialera por aquí, más trialera por allá, nada de caminos y mucho menos asfaltados. El descenso fue duro y largo y sin excesivos percances salvo algún salto sobre bicicleta que no quería bajar llegamos sudorosos y acalorados a la localidad de Guisando,25 km de ruta.
Como suele pasar una vez llegas arriba del todo tocaba bajar y mucho, trialera por aquí, más trialera por allá, nada de caminos y mucho menos asfaltados. El descenso fue duro y largo y sin excesivos percances salvo algún salto sobre bicicleta que no quería bajar llegamos sudorosos y acalorados a la localidad de Guisando,
Al
llegar encontramos un merendero y siendo ya las horas que eran cerca de las 13
h empezamos a pensar en comer algo por allí, pero lo que imaginábamos es que
tal aglomeración de gentes no era solo por los ricos bocadillos y raciones que
allí se servían sino por la poza de agua que usan los lugareños para pegarse
unos baños de campeonato.
Así
que con los ojos más bien fuera que dentro de las órbitas ante aquel
espectáculo, las dudas iniciales sobre si podríamos o no remojarnos se
disiparon rápidamente y creo que fue Andrés el que se decidió en primer lugar y
como patos al agua fuimos los demás detrás.
La
gente nos miraba las pintas y nuestros peculiares trajes de baño, pero creo que
por esta zona ya están curados de espanto. El agua estaba buena, buena, buena.
Así que nos dieron más de las 15 h de la tarde tras dar cuenta de los bocatas y
nos quedaba mucha ruta por delante.
40
º a la sombra decían algunos, pero a nosotros nos tocaba coger la bici a
estomago lleno, al sol y con unos cuestones impresionantes para salir de
Guisando e intentar recorrer el track que llevábamos cargado en nuestros GPS.
Y digo bien intentar porque seguir el track lo seguimos fielmente pero lo de ciclar en algunos tramos era como para echarse a llorar, y más bien reservado para algunos superdotados.
Y digo bien intentar porque seguir el track lo seguimos fielmente pero lo de ciclar en algunos tramos era como para echarse a llorar, y más bien reservado para algunos superdotados.
Pero
con el animo que nos caracteriza fuimos superando cuestas y cuestones,
atravesando arroyos, sendas llenas de maleza, caminos que desaparecían (a esta gente de Ávila se nota que se les
acabó el presupuesto para terminar algunos caminos), piornales, más malezas,
más repecho, más repechón, más bici al hombro y entre tanta tontería nos encontrábamos
una fuente… y otra y otra y no dejamos una sin probar.
Era
fundamental beber para poder superar aquello y remojarte por fuera todo lo
posible. A nuestro amigo Juan que siempre va fresco como una lechuga un enorme
pilón le pareció una piscina olímpica y allá que se metió y se hizo unos buenos
largos, con envidia de otros he de decir que no se atrevieron a meterse por no
ver bien el fondo de aquel estanque.
La
tarde iba comiéndose las horas y lo nuestro avanzaba pero el track no. Así que
empezamos a tomar decisiones y finalmente intentamos recortar un poco el track
previsto. Lo conseguimos ¿verdad?
Eso si acabamos perdidos los unos de los otros, creo que hasta 3 grupos se formaron, pues como suele pasarnos el guía va consultado la ruta y en cada cruce hay que decidir, pero casualmente no va el primero y cuando te quieres dar cuenta los compañeros han desaparecido en un desvío a la derecha… o era a la izquierda.
Por supuesto para aquel entonces los teléfonos no respondían y los walkies habían agotado sus energías.
Eso si acabamos perdidos los unos de los otros, creo que hasta 3 grupos se formaron, pues como suele pasarnos el guía va consultado la ruta y en cada cruce hay que decidir, pero casualmente no va el primero y cuando te quieres dar cuenta los compañeros han desaparecido en un desvío a la derecha… o era a la izquierda.
Por supuesto para aquel entonces los teléfonos no respondían y los walkies habían agotado sus energías.
Así
que algunos comieron cerezas y se dejaron caer hasta la localidad del Hornillo,
a otros nos picaron las abejas en una zona de panales y terminamos en la
localidad de los Arenales. Desde allí hasta Hornillo y todos desde ese lugar
hasta Arenas de San Pedro.
Fueron
54 kms de recorrido y más de 2000 m de desnivel acumulado, quien tenga interés
que vea el track
Por
fin todos juntos, sanos y salvos.
Han
sido casi 9 h ciclando y casi otras 3 más con las paradas. Pero todos estábamos
contentos por haber podido pasar un día de MTB un poco extremo y que tardaremos
un tiempo largo en olvidar.
Y no te olvides de que el próximo miércoles tenemos cita.
Y no te olvides de que el próximo miércoles tenemos cita.