jueves, 23 de diciembre de 2021
domingo, 19 de diciembre de 2021
Trialeras en Colmenar Viejo y Cerro San Pedro con AlfonsoyAmigos
Luis Aragonés nos decía: “Ganar, ganar y volver a ganar”.
AlfonsoyAmigos: “Montar, montar y volver a montar”
La única manera de progresar lo suficiente para no dejar de disfrutar es seguir montando
En
esta ocasión trasladamos nuestro punto de encuentro hasta la localidad de Colmenar Viejo para dar inicio a otra
fenomenal ruta. Con
el ánimo de siempre aparecemos: Ángel,
Enrique, Juan, Pawel, Rafa y Alfonso
Estamos
junto a la Estación de Tren pero no vamos a sacar billete, el recorrido sería así
muy fácil y no nos lo queremos perder. De
momento, vamos a rodar unos cuatro kilómetros con ritmo suave junto a las vías.
¿He dicho suave? Vamos tomando temperatura.
Nos
desviamos cogiendo el trazado del Canal de Isabel II y avanzamos hasta tomar la
Calleja de Navarrosillo, que ya
conocemos y que siempre se nos complica en algún pequeño tramo.
Curiosidad:
Como a lo largo de esta ruta nos encontraremos con distintas denominaciones de
los caminos recorridos, aclararemos que una vía pecuaria cambia de nombre según
su anchura:
Cañadas: Anchura máxima de
75 metros.
Cordeles: Anchura máxima de
37,5 metros.
Veredas: Anchura máxima de
20 metros.
Colada: Las de menor anchura
que las anteriores.
Si
bien es cierto que la maleza y vegetación ha podido reducir bastante las
medidas. Hoy nos encontraremos de todo.
En el
siguiente cruce tomaremos desvío por la larga Colada de los Gallegos, que estábamos deseando coger, con las zonas
súper divertidas en descenso y las zonas pedregosas y entretenidas que hay que
salvar con una habilidad que ya se nos supone a los presentes. Al final, todos eufóricos, pero no será la
única ocasión del día.
Cruzamos
bajo la M-607 que comunica con Cerceda, para encontrarnos zona de aparcamiento
muy conocida por nosotros de otras rutas, junto al Puente del Batán (de la Edad
Media) o Puente Nuevo ya rehabilitado, que nos permite vadear el río
Manzanares en su curso alto.
Dejando
a nuestra izquierda el trazado del Camino de Santiago hacia Manzanares El Real,
seguimos avanzando ahora por el cordel
Prado Tejada que nos permite cruzar de nuevo el río Manzanares hacia el cordel de Sacedón junto al arroyo de Navalmajón.
También,
el cordel del Juncar o de los Toriles y seguimos rodando, muy cerca del embalse
y la presa de Santillana. No
faltan senderos divertidos.
Otros
4-5 kilómetros a muy buena marcha junto a las vías abandonadas del tren, con un
Pawel pletórico y un Ángel que juegan a poner al límite mi e-bike y hacerme
tirar de piernas más de lo esperado.
Nos
desviamos hacia la urbanización Los Pinarejos, pudiendo ver desde lejos Guadalix
de la Sierra pero no el embalse de Pedrezuela o del Vellón que sabemos se
encuentra ahí y cruzar los arroyos del Horcajo y Valdemoro, antes de iniciar
ascenso en dirección sur.
Nos
vamos encontrando zonas trialeras por zonas de dehesas, con mil y una puertas
de alambre que abrir y cerrar (gracias
Pawel), con toboganes, con peraltes disfrutones, con senderos rápidos
zigzagueantes y más de un pedrolo que nos hace poner pie en tierra. Justo ahí, cuando me tengo que detener, descubro
de frente la figura de un hombre corpulento subido en una piedra enorme.
-Esa bicicleta me gusta, me dice con voz ronca y sin mediar saludo.
Mi
vista no logra evitar ver la escopeta que porta entre sus manos y por breves
segundos casi llego a contestar: “Tenga
la bicicleta y lo que guste”, pero mi cabeza asimila que se trata de cazador
apostado en la zona y apurado doy los buenos días.
En
más de una ocasión oiremos tiros de escopeta por la zona y veremos a varios
conejos saltar asustados sobre el camino. Tampoco
estaremos exentos de ver perros y varios galgos que salen a nuestro encuentro
con curiosidad.
Comienza
ascenso largo por el cordel del Hoyo de Manzanares, primero por pista allanada
y después, tras desvío, por la cañada del Recuenco que se va complicando según
ganamos altura. Cada
cual al ritmo que su fuerza y habilidad se lo permiten y yo me pego a la rueda
de Enrique, que siempre me ha servido de buena referencia.
El
peor tramo, aquel en el que encontramos cantos rodados sueltos de todos los
tamaños y que se superan mejor a mayor ritmo e intentando evitar el resbalón
que finalmente llega. A mi
izquierda otro señor, este sentado, observa curioso nuestras maniobras y no
puedo evitar imaginarle con las risas contenidas del “perro Pulgoso”.
No es
la primera vez que nos detenemos en lo alto para disfrutar de las vistas,
tomarnos un respiro y reagrupar tras el esfuerzo del ascenso. El Cerro
San Pedro (1425m) queda a nuestra derecha cuando ya iniciamos el descenso
rápido por su ladera sur para casi frenarnos de golpe al encontrar la siguiente
trialera en ascenso.
Pues
nada, vamos arriba. Nueva
ladera de piedras pero que se salvan sin contratiempos y más que contentos de
lograr alcanzar el Cerro Longo
(1087m). Ahora
ya todo es descender, animo a los compañeros y allá que se lanzan cuesta abajo
como si se hubieran dejado las pastillas de freno en casa.
¡¡¡Ehhhhhh, que os pasáis!!! Y a los tres que se han ido cuesta abajo no
parece hacerles gracia tener que regresar.
Tenemos
desvío por la derecha, zona peraltada y nueva trialera. No sé si la más complicada fue la primera, la
segunda, la tercera… o la que esté por llegar, pero esta se las trae. Y Ángel avisa por walkie que su rueda
delantera ha perdido el aliento, digo el aire. A
tiempo está de avisarnos a Rafa y a mí, el resto… perdidos trialera abajo.
El
líquido tubeless brilla por su ausencia, no hay más remedio que poner cámara y aunque
algo auxiliado, le llevará un rato largo la reparación. Después, de nuevo las bicicletas ruedan ladera
abajo por la cañada de las Gateras, dejando que los amortiguadores hagan su trabajo.
Cruzamos
el arroyo Tejada y la fuente del Moro (que
me pareció ver sin agua). Ojo,
que hay desvío por la derecha para tomar el camino de Pedrezuela, con zona de
piedras, sí, pero que ya se nos antoja “camino de niños”.
Nuestro
trazado parece haber sido diseñado por algún lugareño que pretendía enseñarnos
el pueblo y casi que lo consigue, pues tendremos recorrido urbano por un buen
trecho.
Encantados
y contentos con la ruta nos despedimos con los abrazos de siempre.
¡¡¡FELICES NAVIDADES!!!
jueves, 16 de diciembre de 2021
AlfonsoyAmigos, rutas MTB... pero también abrazos
Estoy tan harto de recibir llamadas comerciales en mi móvil, que es posible que me haya pasado bloqueando números y estas fiestas no reciba ni una felicitación
Felicitaciones y abrazos
Estaba tan acostumbrado al cruce de abrazos de allá por mi época de futbolista… (Ya sabéis, celebración al meter un gol, al finalizar con triunfo un partido o al ganar algún trofeo...) que cuando opté por colgar las botas y descolgar la bici, no pude resistirme a lanzar un abrazo al finalizar la ruta al primer ciclista que se animó a acompañarme en aquella primera escapada.
Acaso
por no ofender, pero sí que noté que con cierto desasosiego y algo de timidez ese primer abrazo fue devuelto.
La bici llegó a mi vida para quedarse y con ella nuevos amigos
No era algo provocado, me salía con espontaneidad y agrado abrazar a los compañeros en cada ocasión, a los ya conocidos y a los que se incorporaban por primera vez, no lo podía remediar. Y así, aquellos que acudieron a nuevas rutas aprendieron rápido el peaje que debían abonar para seguir en el grupo.
Con
cada salida, la ruta propuesta era un poco más difícil que la anterior y en consecuencia, la satisfacción de haberla
superado se incrementaba. Naturalmente,
había más que celebrar y los abrazos llegaban a compartirse en corro, a veces
con saltos y con gritos más propios de monos enjaulados.
Mucho tiempo ha pasado desde que dio comienzo esta historia, más de 12 años y numerosos los
compañeros que compartieron una o varias rutas con AlfonsoyAmigos para después quizá no volver, pero todos regresaron a
casa llevándose puesto uno o varios abrazos sinceros.
El COVID intentó dar al traste con nuestra
sana costumbre, romper nuestro vínculo afectivo y emocional pero,
afortunadamente, hemos sabido recuperarnos. Con
abrazos de no más de tres segundos, con las caras esquivando el cruce de
alientos pero, al fin y al cabo, los abrazos de amistad que seguimos compartiendo cada semana
El
día que por fin venzamos a los virus, a partir de ese día, propongo que
nuestros abrazos duren más, como mínimo 20 segundos, los que nuestro
amigo Toño predica y practica con el ejemplo de sus abrazos y que siempre me han hecho
sentirme mejor.
A
través de la TV vemos en muchas ocasiones emocionadas celebraciones de triunfos deportivos, siempre con abrazos. Seguro que a todos nos gustaría estar en aquel lugar para compartirlo como ellos. Yo me
siento afortunado de tener amigos a los que poder abrazar cada fin de semana.
Nota: No
hay fotos de los abrazos de AlfonsoyAmigos. No se puede estar en misa y
repicando.
Domingo, 19 de diciembre de 2021
No,
no quiero engañaros, no vamos a subir hasta el pico del Cerro de San Pedro
(1425m), pero vamos a estar muy cerca, como en Marzo de 2021
Hora
de encuentro: 8,45
Punto
de encuentro: Calle de la Doctora Nogales, muy cerca de la Estación de tren de
Colmenar Viejo.
domingo, 12 de diciembre de 2021
Bunkers de Navalagamella a Fresnedillas de la Oliva
AlfonsoyAmigos: Pero ¿qué ha pasado? ¿Dónde estamos?
Me
protegí en el agujero más profundo para que no me cogiera la “bomba
meteorológica” y ahora que asomo la cabeza, como conejo asustado desde su
madriguera, no alcanzo a saber si ya ha pasado lo peor o está por llegar.
El sábado
pasado con un sol espectacular y ascenso de temperaturas y para el domingo más
de lo mismo. Pero,
¿no había nevado? Tanto
es así que al preparar la equipación para la salida de este domingo dudé si
volverme a vestir de corto. No
quisiera ofender a los que, por otras latitudes, han sufrido o están sufriendo inclemencias
invernales extremas.
A la
hora habitual de nuestras citas, acudimos al punto de encuentro más conejillos
asustados: Andrés,
Fer, Jesús, Jesús Blanco, Juan, Luis Ángel, Patrick, Pawel, Santi y Alfonso.
En
anterior ocasión, por el pasado mes de febrero, sólo pudimos encontrarnos en la
localidad de Navalagamella amigos de
la vertiente madrileña. En
esta ocasión no hay restricciones de movilidad y celebramos que se nos puedan
unir algunos amigos segovianos. Se
siguen echando en falta muchas caras conocidas.
Tras
los abrazos y con la mejor actitud ante la ruta propuesta, empezamos a rodar afrontando
un día que parece desear mostrarnos, con cielos claros, su mejor semblante. Buen augurio.
Dejamos
atrás Navalagamella, sin pena, porque a lo largo de nuestra ruta volveremos a
acercarnos a esta localidad por sus cuatro costados. Muy al inicio ya afrontamos un primer repecho duro
que pica, así, sin precalentamiento, al que le sigue un suspiro hondo cuando ya
estamos en lo alto. Afortunadamente,
después tendremos el descenso más largo del recorrido.
Senderos
divertidos, vías pecuarias entre fincas y después una dura zona trialera,
complicada, con bastante desnivel, que pone a prueba la habilidad y el empeño de
todos y que nos acerca a la Senda de los
Molinos por la colada del Camino de Quijorna hasta encontrar un Molino de
Cubo y el restaurado Puente del Pasadero,
de origen medieval y musulmán, sobre el río Perales, afluente del río Alberche.
Fotos,
descanso, charla y varios compañeros que se afanan en reparar el pinchazo que
ha sufrido Andrés, con un líquido tubeless seco, seco.
Dejando que las aguas discurran río abajo, encontramos un tramo de pedrolos que habrá que superar, cargando con las bicis muy a nuestro pesar. Primero hasta un mirador con vistas al puente y después en ascenso duro por sendero junto al Enebro de Cerro Alarcón, catalogado como árbol singular.
Nuestra
ruta nos lleva ahora en dirección norte, atravesando la urbanización Cerro
Alarcón primero por cuestas asfaltadas y cogiendo al poco desvío por camino
sinuoso y divertido junto a los márgenes del embalse de Cerro Alarcón (de 1970), construido con fines recreativos
y los mismos argumentos que Parquelagos en Madrid y Los Ángeles de San Rafael
en Segovia.
Cruzamos
la pantalla del embalse y enfilamos de nuevo hacia Navalagamella, superando
rampón que no es la primera vez que visitamos y sufrimos. ¡Vamos, que esto no es nada! Pero ninguno consigue esbozar una sonrisa.
Siguiendo
el cauce de arroyo, tenemos oportunidad de poner a prueba de nuevo nuestras
fuerzas y habilidad para superar en ascenso el sendero del Arroyo del Molino
del Hondillo, sinuoso y complicado, con repechos cortos muy duros, pero es lo
que nos gusta. Muy cerca, discurriendo la Cañada Real Leonesa.
Cruzamos
la M-510 y tenemos reencuentro con una pequeña zona de fortines y bunkers (posición Calvario) conocidos en la
localidad como garigolos, pero
veremos mayor número más adelante, cuando nos acerquemos a Fresnedillas de la
Oliva. Cuentan
que hay casi un centenar de estas construcciones rodeando el pueblo.
Dejamos
a nuestra espalda la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Estrella (siglos XV y XVI), tomando el camino de
las Laderas al encuentro de cruce con la Cañada Real Leonesa que recorreremos
por un largo tramo. Zona
de dehesas y caminos de servicio entre fincas.
Habrá
ocasiones en las que tendremos que mostrar mucha atención a los GPSs, porque
haremos tramos de ida y de vuelta. Afortunadamente,
siempre hay quien disfruta de vista menos cansada que la mía.
Cuando
cogemos la Senda del Arroyo del Molino del Hondillo el trazado se complica y se
endurece más… mucho… más todavía… aún más. Hombres
y bicicletas fusionados como un solo ser para superar lo casi imposible.
De
nuevo dehesas, vías pecuarias, el Cordel de los Enebros y el Cordel del Puente
de San Juan hasta alcanzar por el norte la localidad de Fresnedillas de la Oliva (ya
habitada en la edad de bronce).
Aquí
encontraremos nuevas fortificaciones. Al
parecer se trata de la Posición Alamedilla,
en la zona de La Degollada, una
de las más destacadas del frente de Madrid, junto con el Blockhaus de Colmenar
del Arroyo. Aquí
nos detendremos un buen rato para hacer fotos.
Ahora
aceleramos la marcha hacia el oeste por el Camino del Canalizo, para
adentrarnos en la Dehesa de Arriba de Navalquejigo, con menos humedad de la
esperada y de la que encontramos en anterior visita.
El Camino
del Pinar de Navahonda, con continuos toboganes, nos va acercando a nuestro
destino. Aviso
de una rueda que pierde aire y nos detenemos. Más
adelante nuevo aviso y nos detenemos una vez más. Hoy el Grupo se mueve a distintas velocidades
y es obligado parar de vez en cuando para reagrupar y evitar extravíos.
Rodando
a buena velocidad tendremos otro percance. Patrick
hunde su rueda delantera en un banco de arena, que le hace un extraño, se gira
y provoca que salga de cabeza golpeando su largo cuerpo contra el suelo. ¡Tranquilo, no te levantes! Y Patrick se lo toma con calma, recuperándose
y casi echándose una siestecita. Alguna
magulladura pero está bien.
Ya
tenemos cerca la meta y la ruta se nos ha ido un poco de hora, que ahora parece
queremos recuperar, pero el último tramo es una cuesta que no permite hacer
demasiados alardes.
Satisfacción
a la llegada, los abrazos son ahora de felicitación/despedida, que la
mayoría anda con prisas. Tranquilos,
que nos queda mucho por compartir.