Afortunadamente, somos ya muchos los que somos incapaces de coger una bicicleta sin habernos encajado antes bien
el casco. Sabemos el riesgo que se corre.
Este artículo se mantiene vigente en Enero de 2021
Si perteneces a un club o
grupo, tus propios compañeros te van a impedir que dejes “tu seguridad” en casa.
Casco de José "Cheli" tras su grave caída |
Si eres un habitual del disfrute de la bicicleta, de carretera o de montaña, puede que recuerdes aquella ocasión en la que tu casco te salvó de
una grave lesión o aquella otra en la que viste de cerca la caída de algún
amigo.
Rodando con la bicicleta,
no importa si marchas muy rápido o lento y con toda la precaución del mundo. Nadie sabe con
antelación en que momento puedes tener un descuido y acabar por los suelos.
Ese
día tal vez no llegues a ser consciente de si, en tu caída, has golpeado o no
en el suelo con la cabeza, con el casco, pero seguramente te habrá evitado un
buen disgusto o más importante, te habrá salvado la vida.
Pues con todo y con eso, parece mentira, todavía hay quien se aventura a rodar sin casco: “Total, como voy muy
tranquilo...”.
En Alfonsoyamigos, tenemos
experiencias recientes en las que el uso del casco ha salvado probablemente la
vida de dos compañeros en sendos accidentes. Accidentes en los que el casco
acabó partido en dos o más pedazos.
No contamos las veces en
las que la caída fue más leve, el casco realizó su labor de protección pero no
llegó a romperse. Es probable que tras
estos accidentes leves, sigamos poniéndonos el mismo casco en cada salida.
¡Ahí
quería llegar!
Si hemos tenido una caída
y el casco se ha rajado o roto no dudemos en tirarlo a la basura por mucha pena
que nos pueda dar. A nadie se le ocurriría coger el pegamento y realizar la
reparación ¿verdad?
Después de un accidente deberías
valorar:
Si
el golpe ha sido leve: Aunque tu casco parezca intacto,
conviene realizar una revisión detallada del mismo en busca de cualquier posible
grieta, por fina que pueda ser. De existir, la recomendación de cualquier
profesional sería: “Deshazte del casco y compra otro”. No se lo regales a
nadie, le estarías poniendo en riesgo.
Si
el impacto ha sido fuerte la recomendación de fabricantes y
profesionales es que te apresures a cambiar de casco, aunque no le encuentres
ni una sola grieta.
Así se partió el casco de nuestra compañero Andrés tras su caída |
La protección de los
cascos está representada por una estructura de poliestireno expandido, con
otros componentes añadidos en los de mayor precio. Son polímeros que se degradan
con un impacto, pero también con los cambios de temperatura, los rayos del sol, las bajas temperaturas o con nuestro propio sudor.
La carcasa exterior,
aparte de decorar y singularizar el casco, aporta una mayor seguridad ante
impactos leves y retarda el envejecimiento del material interno, pero no es
definitivo.
No juegues con la seguridad de tus hijos - Siempre con casco |
Consultados profesionales,
la recomendación varía entre los 3 años de los más precavidos y con
climatología extrema y los 5 años para condiciones estándar y sin haber
recibido impactos. Establecer un margen de seguridad entre los 4 y los 5 años
sería una opción válida altamente recomendable.
Si tienes el casco desde hace
ya algunos años, intenta recordar desde hace cuantos y plantéate invertir en tu
seguridad. Los cascos más actuales llevan una pequeña etiqueta con la fecha de fabricación, que te valdrá de referencia.
Tenlo claro: Los cascos
para ciclistas caducan.