Esta ruta no se puede hacer
desde el sillón de casa
Una
vez superadas las ansias por el reencuentro, el Grupo recupera su cotidianidad:
Trabajo en fin de semana, exploración de nuevas rutas, inicio de vacaciones bien
merecidas.
Ya
introducidos de pleno en un mes de julio que se antoja va a ser de los
calentitos, se lanza la convocatoria y en un Paseo Rivera que aún no ha puesto
en pie el monumento a Alberti deciden aparecer:
Andrés,
Ángel, Edu, Enrique, Fernando, Forlán, Jesús, Juan, Luis Ángel, Nando, Pawel (ya teníamos ganas de verte), Santi y
Alfonso.
Si
hay algún supersticioso en la sala, por favor que se retire y no cuente el
número de asistentes. Por
mi parte, siempre he considerado de buen augurio el 13 y no es la primera vez ni será la última que AlfonsoyAmigos inicie ruta bajo los
auspicios de este bonito número.
Edu
ya repite con nosotros, se ve que no es de los que se dejan intimidar a la
primera y cede su puesto de novato en el Grupo a Nando, hombre de pocas palabras pero de
grandes pedaladas según se verá en la ruta.
No me
extraña ver aparecer a Luis Ángel, a pesar de que ayer participó con otros dos
amigos en un rutonaco por tierras de Guadalajara. No está dispuesto a quedarse en casa mientras
AlfonsoyAmigos esté dando pedales. Otros
preferirán tomarse la jornada de descanso.
Rodamos
hacia la Umbría de Gudillos y disfrutamos como siempre del recorrido por la
“alfonsina” en busca del Camino del Agua, por senderos de alta vegetación y repechos de arena y
piedra muy secos que provocarán más de un resbalón y la puesta de pie en
tierra.
Sin hacerlo
a traición, aparecemos en el Alto del León por detrás de la “antigua Casa Hilario” que, ahora sí, parece ir recobrando con la restauración su magnífica estampa
de antaño.
Dejamos
a la derecha las instalaciones militares y las antenas junto al bunker, para
seguir hasta el paso canadiense y la cotera que nos da paso a la Comunidad de
Madrid.
En
este punto, otras opciones conocidas… por los toboganes o hacia la fuente de las
Hondillas, pero hoy conoceremos un sendero-trialera (bomberos) nuevo que, seguramente,
negociaremos mejor en próxima ocasión una vez que ya resulte conocido.
No
somos ciclistas de enduro, pero hacemos lo que podemos para solventar los
obstáculos que se nos presentan hasta llegar a las inmediaciones del Hostal
Bar Restaurante Casa Tere, junto a la Nacional VI.
Unos
repechos muy duros nos situarán en pista forestal ya conocida, que nos
permitirá, ahora sí, rodar en descenso a muy buen ritmo casi 3 kms hasta cruce de
caminos, coger la Senda de las Trincheras, afrontar algunos desniveles y
descender hasta las inmediaciones del
Embalse de La Jarosa
Cuando
nos vamos acercando al Embalse de La Jarosa, (construido en 1968), podemos apreciar lo reducido de su tamaño. De hecho, es el más pequeño de la sierra de
Madrid, en el Parque Nacional de Guadarrama.
Tal
vez no sea muy conocido que sus aguas inundan el desaparecido pueblo medieval
de La Herrería, ya despoblado dos siglos antes. Pasaremos
junto a los restos de la Ermita de San Macario.
Abandonamos
la zona recreativa y de restaurantes para coger la pista que pondrá a prueba la
resistencia de nuestras piernas. Nuestro
recorrido discurre entre pinos salgareños (con
500 años de antigüedad), pinos albares y resineros, robles, jaras y
zarzamoras.
El cauce
del Arroyo del Bercial sin una gota de agua y desconozco fuentes que nos cojan
sin desviarnos de nuestro camino. El calor
empieza a hacerse intenso y no ayuda el esfuerzo realizado.
El
Cerro del Cebo de los Lobos dará un respiro con unos tramos en descenso antes
de detenernos y de agrupar junto al desvío que marca el inicio de un nuevo reto
a realizar: Alcanzar la Pista de la Mina.
Una parada
breve de algunos para una foto, pero otros prefieren no detenerse y seguir
adelante por la parte más dura y menos protegida del sol del recorrido. ¡Vamos,
que ya lo tenemos!
Un
kilómetro más y respiramos ya casi de alivio al juntarnos en el Collado de la
Gasca. Se
acabó el trepar y dejaremos para otra ocasión las variantes divertidas hacia el
Cerro Piñonero o de la Gamonosa. Hoy,
porque así me lo piden, guiaré a los compañeros por el camino más rápido hacia
San Rafael, por el camino más corto hacia las cervezas frescas que reclaman
nuestros acalorados cuerpos.
Con 34 kms recorridos y un desnivel superior a los 1000 metros, la ruta ha sido muy dura, pero a las 12,30 ya podíamos disfrutar de las
¡¡Merecidas
cervezas!!