Por un puñado de dólares
Crónica: Patrick Schoch
Fotografía: Varios autores
Edición: Alfonso
Para dar
continuación a mi artículo publicado en Alfonsoyamigos sobre el Canal de Guadarrama, hace semanas que rondaba en mi cabeza proponer una ruta para
visitar la Presa del Gasco cerca de Torrelodones y recorrer los restos del
tramo construido del Canal de Guadarrama.
Para hacerlo recurrí
al que fue mi fiel escudero y compañero de armas durante la pasada “Marmotada”:
Chicho, quien me confió conocía bien esta zona y juntos intercambiando mapas y
tracks por e-mail construimos poco a poco la ruta de hoy.
Como en cualquier
proyecto hubo versiones beta, propuestas desechadas y otras dejadas para
futuras versiones de la ruta…
Después de
nuestra experiencia con la pasada ruta de la Marmota, teníamos que revalidarnos
como organizadores y guías así que Chicho estuvo probando variantes y opciones
con su bici, comprobando el terreno y comprobando que los accesos a las pistas
no estuviesen cerrados ni privados.
Las previsiones
del tiempo para este domingo no eran de las mejores y los días anteriores los
cielos de Madrid habían descargado cantidades de agua, el viento había soplado
fuerte y hasta un eclipse de sol hacía presagiar una ruta complicada por las
inclemencias del tiempo y el mucho barro que nos íbamos a encontrar en el
camino.
Hoy por la mañana
estábamos presentes 13 aventureros en el aparcamiento de La Berzosa listos para
recorrer parte de nuestra historia y con un pequeño añadido que me reservo para
el final de la ruta.
La lista de los
aventureros: Alfonso, Andrés, Angel, An”Toño”, Chicho, Enrique, Jorge, Juan “Platón”,
Luis Angel Jr., Luis Angel, Miguel Angel, Samuel y Patrick.
Saliendo desde el
aparcamiento y bajo las miradas del Picazo de la sierra de Hoyo de Manzanares
nos adentramos rápidamente entre Jaras y Enebros por sendas estrechas y
habilidosas, repecho corto pero duro, bajadas con curvas peraltadas muy
divertidas que zigzaguean entre bloques graníticos y que nos llevan muy
rápidamente hasta el final de la urbanización donde debido a los vallados de
las fincas no debemos pisar asfalto hasta llegar al puente de Torrelodones que
pasa por encima de la carreta A-6.
Con precaución
cruzamos y enseguida retomamos una bajada rápida por pista ancha para llegar a
la frontera de las urbanizaciones que bordean la vía del tren y que debemos
cruzar para volver a encontrar de nuevo el elemento natural para nuestras
monturas, las pistas y sendas de tierra que después de las fuertes lluvias de
días anteriores se pegan a nuestras ruedas rebozándolas como calamares a la
romana.
Después de una
fuerte subida, nos encontramos en el alto del Gurugú y su imponente mansión
donde paramos para una primera pausa corta y poder hacer una foto del grupo.
Hoy Alfonso se ha
olvidado la batería de la cámara y nos tocara documentar la ruta con nuestros
móviles… Desde el alto se adivina Madrid y sus torres en la distancia, el cielo
oscuro amenaza con descargar agua y nos damos prisa para espolear nuestras
monturas y seguir bajando hasta uno de los más importantes destinos de hoy: la
Presa del Gasco.
Llegamos muy
rápidamente a una encrucijada de caminos y es a la derecha que debemos girar
para coger una senda estrecha entre pinos que sigue la ladera de la montaña y
se adentra en la Garganta del rio Guadarrama.
Después de una
curva, aparece la abandonada presa del Gasco con parte de su muro de contención
derruido, lo que provoco el abandono del proyecto.
Es momento idóneo
para otra foto y venciendo el vértigo nos acercamos al borde del camino para
inmortalizar el momento. Nos toca todavía bajar por una senda estrecha y
habilidosa para llegar a la presa y poder caminar sobre ella.
Con 53 metros de
altura es realmente impresionante y saber que debía haber llegado hasta los 93
metros nos da una idea del titanesco proyecto.
Los más valientes
se acercan al borde del muro, los que sufrimos de vértigo nos quedamos a una
distancia prudente, disfrutando de las vistas de este singular lugar tan cerca
de la civilización pero tan poco conocido...
Después de la
barrita o plátano nos tenemos que poner en marcha para descubrir la segunda
parte de la ruta: el curso abandonado del Canal de Guadarrama que fue
proyectado a finales del siglo XVIII.
Por ello
desandamos el camino hecho hasta la encrucijada del pinar para de frente seguir
el abandonado canal, hoy sin agua, pero que conserva todavía su cajeado de
piedra en muchos de sus tramos.
Algunos elegimos
rodar por el lecho seco del Canal, seco es un decir porque es más bien un barrizal
y nos toca rodar con precaución derrapando y clavando ruedas en charcos de
barro por lo que algunos decidimos subir a la senda estrecha que sigue el muro
del canal y que parece más seca.
Es así durante
muchos kilómetros y el canal va siguiendo la ladera con una pendiente mínima lo
que hace este tramo muy divertido. De vez en cuando el Canal pasa por
acueductos de piedra que sortean varios arroyos ya que su fin era la navegación
y no el regadío.
Un momento nos
imaginamos seguir así hasta Sevilla pero desafortunadamente solo se completaron
27 kilómetros de la obra y hoy solo podremos llegar hasta Las Matas donde
tenemos que abandonarlo y pisar de nuevo el asfalto para volver a cruza la A-6
y adentrarnos en la urbanización de los Peñascales donde Chicho nuestro guía
nos propone evitar carreteras y llevarnos por pistas de tierra que serpentean
entre urbanizaciones siguiendo el curso del Arroyo de la Trofa.
Al final de la
pista, parada obligatoria para reagruparnos y tomar barritas, geles y demás
sustancias energéticas para poder afrontar la tercera parte de la ruta:
Todo lo
que baja sube y no nos queda más remedio volver a subir después de haber
llegado al punto más bajo de nuestra ruta.
Nos toca ahora
apretar los dientes y por pista rota y pedregosa volver a ascender hasta la
Berzosa no sin antes rodear la finca del Pendolero con su mansión cuadrada y
con patio interior encima de la loma, que, según nos explica Chicho, fue propiedad
antaño del Conde de Maura, hijo de Antonio Maura, 5 veces presidente del
gobierno entre los años 1903 y 1922.
Algún corto tramo
de bajada y seguimos subiendo con la Sierra de Hoyo acercándose, hasta el cruce
con la pista ancha que viene de la Escuela militar de Ingenieros.
Nos queda rodear
la urbanización del Parque de las Colinas y cruzar la carretera M-618 que une
Hoyo de Manzanares a Torrelodones para adentrarnos en el salvaje lugar conocido
como “El Chaparral”.
Este lugar vivió antaño días gloriosos ya que en este lugar, en
los años 60 y 70, se levantaron
decorados de cines del oeste como la ciudad de Golden City de la famosa
película “Por un puñado de dólares” de Sergio Leone con Clint Eastwood o una
calle entera de Chicago para la película de gánster “Tiempos de Chicago”.
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Alfonso: Fotografía que me acabo de inventar |
Hoy día solo unos
cuantos cascotes, algún abrevadero y fuente en ruina nos permiten recordar e
imaginar este pasado dorado y es a lomo de nuestras bicis que cruzamos este
trocito de salvaje oeste lo más rápidamente posible huyendo tales forajidos para
poder llegar al Saloon del pueblo.
Después de haber atado nuestras monturas y
dejado nuestras “armas” al sheriff local, por fin podemos echar un trago bien
merecido apoyados a la barra, contando anécdotas de nuestra pequeña “cabalgata”
particular de hoy por lugares de la historia española y planificando nuevas
aventuras por el Oeste Madrileño.
Nota: Parece ser que
en este estado, los famosos “marmoteros” Jesse Patricio y Chicho The Kid no
están en busca y captura y no se paga recompensa por su cabeza…