jueves, 22 de junio de 2023
jueves, 15 de junio de 2023
La bicicleta y la velocidad, sus inicios
El ansia del ser humano por conseguir alcanzar mayor velocidad no tiene límites y con una bicicleta por medio no podía ser menos
Dicen,
que el “Libro Guinness de los Récords” inició su andadura a primeros de la
década de los 50, pero de años anteriores ya hay constancia de logros con la
bicicleta.
Unos Clásicos
y otros tal vez disparatados, pero los récords de velocidad se basan,
por supuesto, en la máxima velocidad lograda sobre una bicicleta.
- En
velódromo
- En
superficie plana tras ser remolcado y lanzado
- Descenso
sobre nieve
- Descenso
de un volcán
- Con
propulsión o ayuda de motor…
…y podríamos seguir con todo
aquello que nuestra imaginación fuera capaz de sugerirnos.
Hoy
os cuento algo acerca de:
Oscar Egg. (1890-1961),
de origen suizo, fue un ciclista de pista y carretera. Ganó
dos etapas importantes del Tour y una del Giro, pero lo que realmente le hizo
famoso en su época, antes de la Primera Guerra Mundial, fue el batir el récord
de la hora hasta en tres oportunidades.
Los
tres récords los batió en el Velódromo Búfalo de París, en una pista al
aire libre de 333 metros con superficie de hormigón, en los años 1912, 1913 y
1914 siendo este último de 44,247 kilómetros y que se mantuvo casi 20 años, hasta
que fue batido en 1933.
Lo
curioso fue que consiguió los récords… a pesar del artilugio diabólico que le
colocaron en su bicicleta.
En
AlfonsoyAmigos no nos esforzamos por batir ningún récord, pero sí por mejorar
día a día.
Domingo, 18 de Junio de 2023
Y, mientras el calendario parece dejar caer sus hojas sin control, la Garganta del Río Moros, un año más, nos deja entornadas sus puertas para que, antes de que se cierren por temporada de verano disfrutemos de su bello y privilegiado entorno.
Hora de
encuentro: 8,45
Lugar
de encuentro: Aparcamiento de la Estación de Renfe de El Espinar
No busques track, déjate llevar.
domingo, 11 de junio de 2023
Moralzarzal, Telégrafo y el embalse de Navacerrada con AlfonsoyAmigos
No dejes de perseguir tus sueños
Y mientras
unos compañeros emprendían regreso a sus hogares tras conquistar sus sueños,
otros, tal vez de peor dormir, nos reuníamos en la localidad de Moralzarzal,
con demora no prevista por haberse producido en las cercanías un grave
accidente de tráfico con víctimas mortales.
Siete amigos acudimos a la cita: Ángel, Fer, Juan, Pawel, Rafa y Alfonso… he dicho siete y es que, con gran alegría para todos, nos reencontramos con Nacho.
Ausencias
notables de compañeros que esta semana se lanzaron a la aventura de coronar el Col
d’Aubisque, puerto de montaña a 1709 m sobre el nivel del mar, en los
Pirineos Atlánticos, en la región francesa de Aquitania. Es este
un paso habitual del Tour de Francia desde 1910, catalogado como una
subida de categoría especial, ahora también alcanzado por AlfonsoyAmigos.
En
tierras nacionales, con mayor temperatura de la habitual, con el chubasquero en
la mochila y bajo unas nubes fanfarronas que amenazaron con lluvia toda la
ruta, arrancamos a pedalear a espaldas de Moralzarzal por el camino de
Alpedrete.
Sin
haber tenido tiempo de entrar en calor, iniciamos duro ascenso por pista y por el
valle, con tramos largos al 10% de desnivel, pero ánimo no falta. Puede
que alguno se haya acordado de lo a gusto que estaba esa mañana en la cama.
Un
respiro antes de proseguir por sendero más complicado pero que bien conocemos,
probablemente sobre antiguas canalizaciones de agua, hasta volver a tomar pista
junto al Pilón del Rincón.
Pasaremos de largo la fuente
del Vivero y la fuente del Retén a pesar de que se ofrecen
generosas, para continuar ascendiendo por pista en buen estado hasta desviarnos
por la derecha, hacia canchal que hace las veces de espléndido mirador y que no
perdemos ocasión de visitar.
Un kilómetro más y
alcanzamos el redondeado cerro de Cabeza Mediana (1331 m), donde se
asienta el histórico Telégrafo Óptico que fue conocido como Torre de Monte
Redondo, ya en el término de Collado Mediano.
Foto
de rigor para la biografía de AlfonsoyAmigos y emprendemos bajada, aunque ya se
aprecia cierta fatiga en algún compañero. Obligado
el paso por puerta metálica, que sustituye a la que durante muchos años atrás fue
un somier de cama atado con alambres y cuerdas y que ha dado nombre al
descenso: Camino del Somier.
Pista
ancha, acaso una cañada, que hace años quedó arreglada pero que, en la
actualidad, tal vez por la caída de aguas torrenciales, ha quedado muy rota y
obliga a descender con precaución.
Nos
acercamos al embalse de Navacerrada, con intención de rodear por los Horcajos
el Alto del Hilo que en alguna ocasión hemos alcanzado. Tramo
largo engañoso, pues encontramos sucesión de toboganes que van castigando en
las subidas y aparecen muy rotos en las bajadas.
Quienes
vamos delante esperamos para avisar de peligros y para reagrupar, pero Juan no
llega tras largo rato y no lleva walkie. Es a
través del móvil que logramos comunicar e indica que ha cogido senderillo intentando
atajar… Ya en
anterior ruta por esta zona, tomamos en
grupo esta opción de desvío y dijimos: “Mala idea”.
Los
toboganes se siguen sucediendo y se superan, aunque cada vez parecen más duros,
pero queremos llegar al Collado de las Cabezas y allí reunirnos… pero Juan
no aparece.
Avisé
de que el track sería modificado sobre la marcha, pero a veces casi sería mejor
quitar el juguete de la mano de algún niño. Conociendo
la zona, era el momento de coger variante desde el collado para descender hasta
el embalse de Navacerrada, atravesando puerta por la derecha y evitando así
un descenso trialero terrible que ya sufrimos en otra ocasión, muy peligroso y
que nos obligaría incluso a patear con problemas un buen tramo…
De
nuevo acudimos al teléfono móvil, pero Juan no ha esperado y ha decidido seguir
el track a raja tabla, avanzando ya trialera abajo. Nooooooo!!
No
hay más remedio que seguir sus pasos si no queremos acabar perdiéndole de vista
el resto de la ruta. Todos abajo.
La
hora se nos ha ido echando encima, no demasiado, pero si como para descartar el
tramo que nos hubiera acercado hasta Collado Mediano dando la vuelta al Cerro
del Castillo y el cansancio acumulado es más notable en alguno de los
compañeros, por lo que se propone recorte.
Atravesamos
la pantalla del Embalse, después zona urbana y por el camino de Becerril, al pie
de los pinares, regresamos a Moralzarzal.
Ruta
corta de kilometraje, con recortes, incidencias y extravíos, pero que nos ha
permitido dar algo de cuartelillo a quien se esfuerza por reincorporarse al
grupo. Ánimo.
domingo, 4 de junio de 2023
El Escorial, zetas asfalto, Malagón y el sendero del agua
Tras la ruta del pasado domingo, en la que partimos desde La Herrería, nos desplazamos un poco más allá, a El Tomillar intentando huir de la lluvia
Sí,
volvemos a encontrarnos cerca de El Escorial, en un aparcamiento que no
disimula las fuertes lluvias caídas en las últimas horas: Andrés,
Enrique, Fer, Luis Ángel, Pawel, Rafa y Alfonso… echando de menos a ausentes
que saben que no les pediremos justificante firmado.
El
sábado se celebró la clásica Madrid–Segovia MTB 2023, con sus 117 km del
ala y hoy mismo, otra clásica, cumplía su periplo después de varios años con la
Marcha MTB Sexmo de El Espinar y sus 400 participantes.
En
esta última prueba, teníamos como representantes a Ángel, que luce orgulloso su
maillot dorado como “Sexmero Legend” reservado a los que han participado en
todas sus ediciones, además de a Eva (sexmera de honor) y Patrick, que hicieron
trail más suave. Nuestro abrazo más fuerte y
felicitación para ellos.
Por
nuestra parte, tal vez más abrigados de lo necesario pues no tardaremos en
echar a sudar, nos ponemos en marcha por las zetas de asfalto, intentando
evitar variantes de otras ocasiones donde seguramente hubiéramos encontrado
barro arcilloso.
Una,
dos, tres, cuatro, cinco, seis… acaso siete zetas. A
mitad de ascenso, Enrique nos tiene preparada una sorpresa. Por
la izquierda aparece corto repecho para dar entrada a un sendero, el Camino
del Agua.
Este
sendero, que atraviesa la pista de las zetas, parte de bastante más arriba para
vadear el arroyo de Agua Loyón, el arroyo Loco y el arroyo del
Barracón, pero seguramente no será viable con las bicicletas.
De
momento, giramos a la izquierda para avanzar por camino sinuoso y en suave
bajada, encontrándonos un pequeño arroyo del que desconocemos nombre (nada
aparece en los mapas) y más adelante las aguas del arroyo de las
Cebadillas, que ahora forma cascada semi oculta entre zarzas y piornos en
flor.
Una
auténtica maravilla que no perdona unas fotos, por camino que discurre por
encima de otro que hemos realizado en sentido contrario en otras ocasiones y
que hoy desemboca en el camino de Peguerinos a El Escorial.
El primer
y segundo Mirador de Abantos, el Arboreto de Ceballos y seguimos ascendiendo
hasta el Alto de Malagón (1536 m). Espléndida
la temperatura que nos acompaña y anima, pero vamos a desestimar la posibilidad
de subir hasta Abantos (1753 m), pues he tenido varios problemas, con
los pedales y una de las bielas, que nos ha demorado bastante.
Abajo,
a lo lejos, el pequeño embalse y la presa del Tobar, de 1959, que
abastece a San Lorenzo de El Escorial, pero con poca, muy poca agua a
pesar de las lluvias recientes. Desde
arriba ya se distingue el sendero por el que nos tendremos que desviar y
podemos ver a Pawel que ya ha emprendido el ascenso.
Tremendo,
terrible y no te das cuenta hasta que intentas afrontarlo. Ya he
perdido de vista a Pawel, a Enrique y a Rafa..., que cuenten cómo lo hicieron, pero
veo delante de mí el tremendo esfuerzo de Fer por avanzar sin apearse. Incluso
con la ebike es muy complicado avanzar por el desnivel, la cantidad de piedras
y pedrolos sueltos y algunos tramos con barro que te hace resbalar.
Para
próxima ocasión estudiaremos esta parte del recorrido en bajada, el Grupo me lo
agradecerá, seguro. Pero una vez que estás arriba
se olvidan las penas, creo, aunque siento sobre mí duras miradas que intento
evitar.
La
temperatura sigue acompañando, incluso empieza a hacer calor y hacemos breve
parada para recuperar fuerzas, ya buscando algo de sombra junto al Pinarejo,
que tenemos intención de rodear.
Rápido
descenso, con un par de paradas para hacernos fotos en lugar privilegiado y poco más adelante vemos a Enrique que tiene que esquivar derrote de un toro con aparente malas pulgas que,
sin embargo, no hará ascos a posar para foto.
Mi trazado
original nos hubiera llevado aún más abajo, para después visitar la Chorrera
Alta, sobre el arroyo del Hornillo, que hace años nos encontramos
totalmente helada, pero alguno pega recorte y el resto le seguimos.
Por
la cuerda de Majalasvacas, con prados que han recuperado su verdor y
ascendiendo hacia el punto más alto de la ruta, a 1575 m, en cruce con el
camino del Pinar, o de la Cancha, por el que regresamos al puerto de Malagón.
Alguno
por pista, Enrique cogiendo desvío trialero por la izquierda y otros tomaremos
el sendero que sale por la derecha… un acuerdo total. Y la
penúltima decisión del día, obviar las zetas trialeras y regresar de nuevo por pista, no sea que se cumpla el aviso de que está a punto de empezar a llover. Uff!!
Ruta
pistera, extraña, no exenta de algún tramo muy duro y lo más importante: Con
tiempo de disfrutar juntos unos refrescos.
¡¡Feliz Semana para tod@s!!