Con el permiso de Efraín, al que creo que olvidaremos pronto, este domingo nos desplazamos hasta la tranquila localidad de Navalagamella, ya visitada en otras ocasiones
Inmersos
en una niebla que nos acompañará toda la mañana, nos saludamos en el lugar de
encuentro: Andrés,
Ángel, Barri, Enrique, Eva, Fer, Jesús, Don Juan, Patrick, Rafa y Alfonso.
Bueno,
con Ángel un poco más tarde, ¿dónde estás? Pues resulta
que ha acudido a la calle propuesta de encuentro… pero de otra localidad (?),
menos mal que no andaba demasiado lejos. Luis
Ángel nos manda recuerdos de camino hacia su escapada de nieve en Andorra.
Hoy disfrutamos
de la compañía de Eva, que se deja ver con cuentagotas y a la que todos
queremos como a una hermana (o a una hija),
de un Patrick con tremendo catarro y su mente puesta en el partido de la finalísima
y de Barri, que retorna tras su ausencia de algo más de cuatro años y que
esperamos no se quede en una visita de cortesía.
Ya sé
lo que tengo dicho, amigo Enrique, pero en esta ocasión no hay forma de calentar
rodando por algún falso llano, pues nuestras primeras pedaladas nos obligan a
afrontar un primer repecho duro que nos iza a lo alto de un cerro.
Tal
vez sea este el cerro que se describe en el Libro de la Montería de Alfonso XI
de Castilla, al mencionar la presencia de un cerro o atalaya en las
proximidades de Navalagamella.
Un
pequeño respiro mientras comprobamos lo poco que alcanzamos a ver desde sitio tan
privilegiado por culpa de la niebla e iniciamos descenso largo, muy largo,
cruzando primero la M-510 para después girar por la calleja de San Pedro y
volver a tocar las calles del pueblo.
Seguimos
rodando sin esfuerzo, alejándonos de nuevo de la que fuera localidad segoviana,
con título de villa desde 1626 tras pagar 15000 maravedíes (unos 240.000 €) a la Real Hacienda e
incorporada a la provincia de Madrid en 1833.
Rodamos
por la colada del Camino de Quijorna por sendas preciosas entre muretes de
piedra que delimitan las fincas, por la Ruta del Pasadero a Tejoneras también
conocida como la Senda de los Molinos, donde encontramos los restos de uno de
los cinco molinos hidráulicos (molino de
cubo) de origen islámico que hubo a lo largo del río Perales.
Poco
más adelante, es obligado una breve parada sobre Puente del Pasadero, de origen medieval y musulmán, reconstruido en
2014. Las
aguas del río Perales discurren con fuerza tras las últimas lluvias.
Cargar
con las bicis por tramo duro de pedrolos también es obligado, no hay escape
posible si quieres avanzar por el sendero que pasa junto al árbol singular Enebro de Cerro Alarcón.
Algún
tobogán asfaltado atravesando urbanización y por desvío algo escondido tomamos
sendero revirado que discurre siguiendo el trazado de los márgenes del embalse de Cerro Alarcón.
Una
foto aquí o allá y ya hay quien avanza por puente y pista con dos rampones
incluidos sobre la conducción del Embalse
de Picadas antes de tomar desvío por la derecha. En esta ocasión parece
haber consenso en evitar un senderillo muy complicado por la derecha y seguimos
por pista algo rota y de piedra suelta hasta lograr cruzar la M-510.
De
nuevo en Navalagamella, en medio de zona de fortines y bunkers, conocidos como
garigolos en la localidad, pero cuentan que son posteriores a la histórica
batalla de Brunete. Apenas
visitaremos los que más nos cogen de paso, como el de la posición Calvario.
Avanzamos
por el Camino de las Laderas y nos sorprende ver de nuevo sin limpiar lo que
parece un estercolero o campamento muy abandonado junto a Casa Fortificada (Fuentes del Ayuntamiento informan de que hay tramite municipal y judicial al respecto… No publicamos las fotos que sí se pueden ver en la carpeta de la ruta).
Tenemos
fuerte descenso, algo resbaladizo, hasta cruzar el arroyo del Molino del Hondillo, cruzar por pasarela de madera resbaladiza y coger senda del mismo nombre, dejando fuente a nuestra derecha, en
subida continua hasta tomar tramo de la Cañada Real Leonesa, sí, la misma que
también pasa por San Rafael (Segovia).
Recorrido
por dehesas y vías pecuarias por el cordel de los Enebros y el cordel del
Puente San Juan. Los
caminos se entrecruzan y no hay que perder nuestro trazado, que ahora nos va a
llevar hacia el pueblo de Fresnedillas
de la Oliva, que fue sede de la Estación Apolo de Madrid de la NASA en
histórica fecha de julio de 1969.
Nuevas
posiciones fortificadas, “una de las más impactantes de la Comunidad de Madrid”,
la conocida como La Alamedilla, emplazada
para controlar el antiguo camino de Fresnedillas a Navalagamella, así como el
curso del arroyo de los Morales, afluente del río Perales por su margen derecha.
No podemos evitar detenernos un
buen rato para hacer unas fotos.
Camino
del Canalizo adelante, con desvío por zona húmeda ya conocida de otras rutas (y allí sigue la bañera…) hacia la dehesa
de Arriba de Navalquejigo. Todavía
dará tiempo a que Patrick, que apenas puede ya respirar por su catarro, tenga
un pinchazo que obligará a detener la marcha.
Barri
me pide probar mi e-bike y se la cambio por su rígida de sólo 8 kgs en zona de
toboganes por el camino del Pinar de Navahonda, ya de regreso. Le veo lanzarse hacia la cabeza del grupo y
después pasar otra vez de largo hacia los que vienen más rezagados, parece que
está disfrutando.
Avanzamos
varios kilómetros y Barri no da señales de vida. Ignoro
si se está recorriendo media provincia o si se ha ido a casa con mi bici… Me quedo más tranquilo al verle aparecer con
sonrisa de oreja a oreja.
Los
últimos kilómetros ya sin complicaciones y sin más incidentes reseñables,
aunque parece que han entrado las prisas a más de uno. Reconozco que yo no he mirado la hora y
pregunto al llegar.
Formidable
mañana la que hemos disfrutado, con recorrido realmente bonito a pesar de que
el sol brilló, pero por su ausencia.
Nos vemos pronto.
¡¡Felices Fiestas!!