Al final de la ruta de hoy
preguntaba Fer cómo llamarla y me hacía recordar que, aunque esa no fue la
intención, a lo largo de la mañana habíamos pasado junto a unas cuantas
ermitas
A
petición del respetable se aplaza 15 minutos la hora del encuentro y al menos
evitamos iniciar ruta casi de noche como el domingo pasado, aunque no dudo que
quienes se han acercado desde Madrid habrán sido testigos de un precioso
amanecer.
Junto
al “Paseo de las Bolas” de El Espinar… sí, lo sé, la calle de la Luna, nos
juntamos grupo cuasi habitual: Andrés,
Ángel, Enrique, Fer, Jesús, Luis Ángel, Santi, Alfonso y el amigo Ernesto, que
ya prepara con empeño y cariño la propuesta para el próximo finde.
El
día anterior me había confirmado Santi que acudiría, pero a poco que se ha
retrasado casi le dejamos en tierra pensando que las fiestas le habían pasado
factura.
No sé
si seguir adelante con el relato pues estoy un poco molesto, bastante molesto, el
día ha estado precioso para las fotos y a fe que me he esmerado en ellas, pero
de 70 imágenes que al final se recogen en la carpeta, solamente aparezco en
dos. Uff!!
Bueno,
sin un track que llevarnos al GPS, hoy toca confiar en el buen hacer de Ángel
como guía, que se tomó la molestia de explorar la ruta en solitario.
Partimos
de El Espinar y tras coger un tramo
de la Vereda de la Talanquera
enfilamos hacia la fuente y la Ermita de
San Isidro, cruzamos la SG-500 y
el recorrido es conocido por encima de la ermita o Arco de Santo Domingo.
Cuando
apenas hemos recorrido 7 kms hacemos una primera parada, ¿para descansar? no,
para disfrutar de las siempre formidables vistas desde canchal de piedras y
hacernos la foto de grupo. Desistimos
de acercarnos hoy hasta la abandonada cantera de Navalvillar y seguimos adelante.
Por
la ladera de El Potril hasta cruzarnos con la Cañada Real Soriana Occidental. Es
momento de abandonar caminos y tomar altura campo a través por la falda de Peña el Cuervo para coger sendero apenas
visible por la vegetación.
Teniendo
clara la idea de dónde quiere llegar Ángel con su propuesta marcho delante y él
me sigue, seguros de que el resto de compañeros harán lo mismo. ¡Craso error! Cuando
la dificultad del recorrido nos permite volver la cabeza, comprobamos que nos hemos
quedado solos o no vemos a los compañeros por los toboganes de la ladera.
No
es la primera vez que ocurre: Si
nos movemos por zonas que ya hemos visitado en otras ocasiones, nuestra memoria
e instinto nos juega mala pasada, pues damos por hecho que vamos a seguir al
pie de la letra el recorrido conocido, no dando opción al guía y promotor de la
ruta a realizar variantes.
Creyendo
que vamos a punto diferente, los compañeros han tomado sendero más alto y están
por encima de nosotros. Los
walkies se ganan el desgaste de las pilas y todos regresamos a la vereda
correcta… Que a
alguno no hace aparente gracia, pues toca afrontar dura subida hasta el Alto de la Hoya, a los pies de Peña Morena (1439 m)
Estamos
en la Sierra de Ojos Albos y tenemos
a la vista el parque Eólico de Villacastín, pero aún nos tocará regatear por
senderillos ocultos entre la vegetación para alcanzar cruce con la Cañada Real Leonesa Oriental, principal
objetivo de la ruta de hoy.
Más
de 3 kms de descenso vertiginoso para algunos y disfrutón para todos, por una
cañada que te dicen está ahí pero que apenas la aprecias delimitada (o bajé tan rápido que no vi señalizaciones),
rodando sobre hierba alta apenas pisada a tramos por el ganado y con el río
Cardeña, sediento de agua, dejándose ver en un par de ocasiones.
En el
punto en el que paramos para reagrupar nos rodean gran cantidad de bellas Quitameriendas “Colchicum montanum”,
pequeña planta bulbosa de color característico que nos anuncia que el otoño ya
ha llegado y con su desaparición dará paso a la primavera del próximo año.
Apenas
estamos a 2 kms de la Ermita de la Virgen del Cubillo, que visitamos por última vez en Enero de este mismo año,
pero hoy seguiremos de largo, aún queda mucho recorrido.
La
Colada de la Raya nos acerca hasta las Navas
de San Antonio, la Iglesia de San Nicolás de Bari (que en los mapas identifican también como ermita de San Antonio) y nos fijamos en edificación
prácticamente amurallada que Santi descubre como “Pósito de la Villa y corte de Madrid”. Su puerta aparece coronada con el escudo de
los Borbones (1746).
Avanzamos
unos kilómetros, soportando bandazos de aire por tramo de carretera, hasta la ermita de San Antonio del Cerro, con
frontal barroco del siglo XVIII.
Nuestro
rodar por caminos conocidos y divertidos nos permite detenernos para
fotografiar desde lo alto el parque
arqueológico Hornos del Zancao (antiguos hornos de cal tradicionales)
inaugurado en el 2008 en Vegas de Matute.
Afrontamos
un terrible repechón dejando a la izquierda la aislada ermita de San Roque y puede que alguno ya se pregunte
si queda mucha ruta. No
queda otra que regresar al punto de partida.
A nuestro
paso nos encontramos verde y bien cuidado el campo de golf de Los Ángeles de
San Rafael, aunque completamente seca una laguna artificial que vimos con agua
en muchas ocasiones. Seguimos
dando pedales por camino rural del que nunca he conocido nombre ni se deja
encontrar en los mapas, aunque nos lleva sin pérdida hasta las ruinas de la ermita de Nuestra Señora de la Losa.
Los
arroyos de la Tejera, de la Soledad y del Castro se unen más adelante, un poco
más allá de por donde nosotros giramos hacia el Prado Marqués y la Cañada del
Tiznao, pasando entre la ermita de San
Juan Bautista y el Pinarillo para finalizar nuestra ruta regresando a El
Espinar en fiestas.
Aún
tendremos tiempo de tomarnos unas cervecitas en la plaza del Ayuntamiento, para
celebrar el buen término del rutón propuesto por Ángel y hacer ¿cómo no? planes
para los siguientes.