El paraje de La Pinosilla se encuentra bajo Cabeza Lijar en un espectacular prado de montaña, donde la forma
más directa de llegar es desde el Puerto
de Guadarrama, pero nosotros daremos hoy una vueltecilla
Finalizando el mes
de Mayo y todavía tenemos que estar pendientes de los cambios caprichosos del
tiempo, que lo mismo se dispara con las temperaturas, que decide descargar
inoportunos chaparrones que casi se agradecen para que asienten el polvo de los
caminos y den brillo a la vegetación…
Primera hora de la
mañana en un San Rafael que apenas empieza a despertar. Acudo el primero al encuentro y hago una foto con el Paseo Rivera sosegado, solitario y en
silencio. ¡Qué paz!
Pero esa
tranquilidad dura poco, pues pasados breves minutos, los compañeros empiezan a
llegar y van aparcando como si cada uno tuviera una plaza reservada, como los
escolares que acuden directamente a su pupitre habitual. Y como de escolares, es el encuentro y el bullicio que se arma en un
instante.
Por
el final del paseo se acercan 4 jinetes… son los espinariegos
Se dudó sobre la
ruta a realizar hoy: Madrid, Segovia, ruta larga, ruta
corta, novedosa, clásica… son tantas las posibles variantes. Pero cuesta sorprender, pues ya no es raro que antes de acudir se
solicite un track fidedigno o de referencia que llevarse al GPS…, para saber a
qué atenerse.
Con sobradas
referencias sobre lo que hoy nos espera acuden a la cita: Daniel,
Enrique, Forlán, Jesús, Juan, Juan Carlos, Luis Ángel, Miguel, Nacho,
Patrick, Rafa, Santi y Alfonso. Y no nos iba a
acompañar, pues partía de vacaciones en unos minutos, pero allí también aparecen
Fer y Pilar para saludarnos a todos.
Y puede que algún
lector pensara: “Y por fin se pusieron en marcha”. Pues no…
Luis Ángel estrena
bici y a cada cual que se encuentra le pregunta: ¿Has visto mi bici nueva?”. No cabe en sí de
gozo. ¡Que la disfrutes amigo!
Reencuentro con Daniel
JR, tras una ausencia en la que ha tenido tiempo de emanciparse y que estrena
e-bike (con nosotros). Está dispuesto a hacer lo que no hace su padre: Salir con AlfonsoyAmigos más
a menudo.
Miguel regresa tras meses de ausencia y no tiene muy claro si ha sido por el confinamiento o
por una ciática caprichosa, pero sabe que hoy le va a tocar sufrir en los ascensos
y padecer en los descensos.
Juan Carlos está
contento, estrena coloridas zapatillas tras haber llorado durante varios días
por las viejas… que aún “piensa conservar porque las cogió mucho cariño”.
Tras haberle dicho
más de uno que con un calcetín más largo se evitaría heridas en los tobillos,
Nacho aparece estrenando calcetines un pelín más largos… y los enseña. “Más altos no, porque el sol me deja marca”, confiesa. ¡Pero si lleva los tobillos como un cristo!
Partiendo de un
mismo punto de encuentro, tan habitual, las opciones para el inicio de rutas ya
son sobradamente conocidas por todos, pero nos dan oportunidad de comenzar con
buen talante y armonía. Hoy, por pista forestal muy rota (que limpié cuanto pude el día anterior)
en paralelo a la Nacional VI hacia las instalaciones de Iberpistas y que hemos
cogido frente a la ermita del Carmen.
En estas fechas,
es una delicia adentrarte en zona boscosa y seguir el cauce del río Gudillos. No perdemos ocasión de aprovechar este trazado, aunque los senderos
están muy escondidos bajo hierba alta, pero están ahí, lo sabemos y nos
acercamos hasta la Cerca Montosa.
Cogemos el Cordel
de la Campanilla con un fácil rodar. Vamos de camino hacia
las ruinas de la Casilla de Peón
Caminero, pero sabemos que antes de la penúltima curva no queda más remedio
que girar a la izquierda e izarnos por duro ascenso hasta la antigua Casa Hilario en el Alto del León.
Tomamos senderillo
sinuoso y divertido que nos acerca a la Fuente Lobo, que dejaremos a la derecha y muy cerca de desvío hacia la Peña del Arcipreste de Hita, pero entre
arbustos cogemos inicio de senderillo trialero que acabará cruzando con el
PR-30, Camino de los Lomitos y finalizará en la Calle de la Carretera de la
Estación de Tablada.
La Nacional VI
detiene nuestra marcha frente a la antigua residencia Guadarrama, antes de que
nos dejemos caer con precaución hasta el Restaurante
Casa Tere. La calle Tablada obliga a apretar las
lumbares en duro repecho y nos adentra en zona forestal por el Camino de las
Hondillas.
Descenso rápido,
por pista rota a tramos y muy sucia de palos y ramas, que hace temer por la
rotura de algún radio o algo peor y no exento de llevarte algún buen golpe en
las espinillas. Parada habitual en el “cruce de los
plátanos” con la pista que sube desde el embalse
de La Jarosa.
Dos kilómetros y
medio que se hacen largos y duros antes de coger desvío por la derecha aunque antes,
nos habremos detenido para reponer agua en la Fuente de las Chorreras.
A nuestra
izquierda quedará el Cerro de los Álamos
Blancos y su nombre nos lleva al error, porque los que están allí plantados
son álamos temblones. No nos hemos puesto a contarlos,
pero nos dicen que en esta zona puede haber entre 100 y 150 ejemplares.
En todo nuestro
recorrido podemos ver nubes que no amenazan lluvia, que no son del polvo del
camino, sino del fino polvo del polen que desprenden los árboles y con el que
juguetea el viento a su antojo. No tienes nada más
que mirar el GPS para ver cómo se deposita y tiñe la pantalla de amarillo.
Seguimos en
ascenso, hasta llegar a altiplano ya conocido en la zona de La Gamonosa. Apenas detenemos la marcha y girando a la izquierda vemos claramente
inicio de camino señalizado con poste de madera “Álamos Blancos”. Una rampa dura y pedregosa de unos 300 metros que se supera por todos
con aparente facilidad y avanzamos.
La vegetación se
abre a unas formidables vistas. Estamos a una
altitud de 1475m y nos encontramos con el Pino
Albar de la Pinosilla que, incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad de Madrid, se
encuentra entre los de mayores dimensiones de esta especie, con un diámetro de
3.65m, una altura de casi 20 metros y una edad de 233 años.
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Pino de la Pinosilla |
Lugar ideal para
el descanso, con buenas sombras y la Fuente
de la Pinosilla ofreciendo agua fresca (no
siempre es así).
Retrocedemos en
nuestro recorrido y nos detenemos de nuevo para encaramarnos a una peña para
disfrutar de las vistas de Cuelgamuros y del embalse de La Jarosa que, por si alguien lo duda, debe su nombre a
la abundancia de jara existente en la zona y que, a pesar de ser el más pequeño
de la Comunidad de Madrid, desde este punto lo podemos ver perfectamente.
“Ponte de blanco, Blanca, para ver
en el monte la flor de la jara” (Juan Ramón Jiménez)
Seguimos en la
ladera de La Gamonosa cuando
cruzamos el arroyo de la Chorrera en ascenso muy duro hacia cruce con la pista
de la Mina, que nos lleva a nuestro siguiente destino, el Collado de Lagasca (1601m)
Parece que algunas
fuerzas ya van justillas ¿verdad Miguel?, pero aguantará sin queja, pero con
cierto temor al ver que nos desviamos hacia el Cerro Piñonero. Pero para coger descenso trialero
hacia el arroyo de Lagasca, que disfrutaremos con mucha habilidad y control en
los tramos más difíciles de su largo recorrido. Eufóricos al final
del trayecto.
Una avería de
Forlán nos retrasa la entrada en San Rafael, pero manos hábiles logran
solucionarlo y permiten que celebremos con unas cervezas nuestra ruta y, sobre
todo, el encuentro con Andrés, que nos espera a la llegada tan emocionado como
nosotros. Una alegría enorme para todos.
Ruta dura y
exigente, más de lo que algunos suponían, pero sin incidentes, llegada a buena
hora y muchas alegrías que celebrar.