De eso se trataba, de
rodar, rodar y rodar, dejando atrás 1468 historias de años pasados para comenzar
a vivir nuevas y más emocionantes aventuras
Primer
domingo de enero, primera ruta de un nuevo año, de un nuevo decenio que se
antoja que será diferente y mejor si todos nos empeñamos en que así
sea.
Con
los cielos claros, totalmente despejados de nubes, pero con una temperatura que intenta
asustarnos marcando -3º. Así nos espera el punto de encuentro a los
que hemos decidido acudir a la cita.
Andrés,
Ángel, Enrique, Ernesto, Fer, Juan, Luis Ángel, Miguel Ángel, Nacho, Pawel,
Santi, Alfonso y dos nuevos amigos a los que recibimos con gusto, Nacho2 y
Nano.
Con
abrazos renovados, tal vez más intensos que de costumbre, pero con el cariño de
siempre y la alegría de poder afrontar juntos un nuevo año, iniciamos el
pedaleo cansino en una mañana fría en la que los músculos aún están por
despertar, pero con una puntualidad fuera de lo habitual… algo ha cambiado.
Nacho2
y Nano ruedan expectantes, arropados por unos nuevos amigos que marchan con
cierta parsimonia, con equívoca tranquilidad y temo que piensen que será así
durante toda la ruta.
Tras
superar el primer cerrete la cosa cambia. El
grupo se alarga para poder seguir de a uno el sendero y… allá va Fer, dejándose
llevar, disfrutando del descenso por el camino que enfila hacia el Embalse de
Valmayor.
Con
buen ritmo le sigue gran parte del grupo y algo más atrás Nano, que tiene la
bici recién estrenada y virgen en senderos revirados y trialeras. ¡Vamos Nano!, le animo, déjala correr sin
temor.
Un
sendero nos lleva a otro y a la foto de recuerdo en el Embalse de los Arroyos
que, de manera egoísta, retiene las aguas del Arroyo Ladrón sin dejar escapar
ni una sola gota.
Tras
el ascenso por la Cañada Real de las Merinas del Camino de Madrid, siempre con El Escorial como telón de fondo, unos minutos
de relajo junto a la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad de Colmenarejo.
Cuatro
kilómetros de rápido descenso por la Cañada del Rey tirando de plato grande (el que lo tenga) y de su único plato (ya la mayoría). Los nuevos avances
obligan a cambiar el lenguaje.
Propongo
una variante que nos acerca a la Estación de Tratamiento de Valmayor y le
añadimos 4 kms a la ruta, dos de ellos en duro ascenso, pero todavía están las
piernas frescas y además… hace tiempo que este Grupo no se queja.
Superamos
puertecillo para acercarnos a tierras de Valdemorillo y hacemos parada en el
Camino de Navalroble, donde el sol ya empieza a dejarse sentir.
La
urbanización El Paraíso a nuestra derecha y los encinares del Alto de la
Morcillona a la izquierda. No
me peguntéis a qué se debe su nombre.
La
Colada de Fuentevieja y la Colada de la Crucijada nos acercan hasta la
localidad de Zarzalejo, seguramente por el tramo más divertido y bonito de la
ruta. Sí
Ernesto, en otra ocasión haremos este recorrido en descenso.
Más
adelante, tras coger el GR-10, que es también calzada romana, la mayoría espera
con cierta ansiedad el tramo que, a modo de examen, nos pondrá a prueba para
ver cuánto hemos mejorado en técnica y habilidad, pero antes habrá parada pues
Miguel Ángel ha pinchado y el líquido tubeless está más seco que la mojama.
La
reparación, con lo indecible para despegar el ungüento e instalar cámara,
llevará al afectado y su ayudante más tiempo del esperado y eso hacemos el
resto… esperar, mientras aprovechamos para comprobar que somos varios los que aprobamos
el examen con nota y alguno hasta con matricula. Prueba
superada.
Por
la Colada del Camino del Chicharrón, muy pedregosa pero hoy sin charcos,
avanzamos con rapidez hacia puente romano sobre el Arroyo del Batán, ya en El
Escorial. Un
par de rotondas y tomamos la vía pecuaria de las Siete Cancelas. Nunca las he contado, me fío de los demás.
Nano
me confiesa que es la primera vez que hace ruta tan larga y le felicito, pero
tan bien le digo que confiamos en que nos acompañe con su hijo en muchas
ocasiones más.
Y
rodando, rodando, rodando, con la ruta pesando en algunas piernas, llegamos a
Navalquejigo y de ahí hasta los coches, con 53 kms recorridos y un desnivel
acumulado de 432 m. Lo
dicho, ruta de rodar y rodar, pero no te confundas… está no fue una ruta de
trámite.
Con
las primeras rutas del año ES EL MOMENTO,
no te conformes con lo que cuenten los demás, ven con nosotros a contar tus
propias historias.
Os
deseamos a todos que en el Día de Reyes
se cumplan vuestros deseos y anhelos, los que escribisteis en una carta con
ilusión infantil y los que guardasteis en vuestro corazón.