Texto: Luis Ángel
Fotos: Santi, Toño y Luis Ángel
Edición: Alfonso
Este lunes se presentaba
con gran expectación después de que Andrés secundado por Toño propusiera una
ruta que partiría de la estación con dirección al Pinar de la Acebeda. La
convocatoria tuvo un éxito importante y allí nos juntamos 14 amigos para dar
cuenta de esa interesante ruta.
Los integrantes de esta
ruta serian Andrés, Ángel, Antonio, Chupo, Ferluy, José Ramón, Juan Patricio,
Juan Platón, Pawel, Santi, Sergio, Toño, Eva y Luis Ángel.
Pasados pocos minutos
después de las nueve de la mañana nos poníamos en marcha saliendo de La Estación
de El Espinar primero en dirección a La Panera y después cogiendo el Cordel de
la Campanilla y la Cañada Soriana Occidental, por todos conocidos ya que en
muchas ocasiones lo hemos recorrido con dirección a distintas excursiones de AlfonsoyAmigos.
El Cordel siempre es juez
y parte de excursiones de largos recorridos y altas metas. Y como prueba de
ello la ruta de ayer, que nos llevaría hacer una de esas rutas que al llegar
dejaría algo más que extasiado al grupo en su conjunto.
El compromiso del grupo
ayer en cuanto esfuerzo y ritmo en la bici fue notable y avanzábamos hasta las
inmediaciones del Embalse de Puente Alta sin grandes paradas y sin demorarnos
en exceso. Sólo el tener que abrir varias puertas de las fincas que íbamos
atravesando por el Cordel hacía que parásemos algunas veces, pero retomando el
ritmo siempre con gran entusiasmo
Al llegar a fuente haríamos
una primera parada para reponer líquidos y tomar algo de alimento de cara a
afrontar lo que quedaba de mañana que sería lo más duro del día. Allí un
pequeño problema en el obús de la rueda de mi bicicleta hizo que paráramos un
poco más de la cuenta. Gracias a la mano siempre amiga de Juan y a las
infinitas soluciones de Toño resolveríamos el problema ágilmente y enseguida
proseguiríamos nuestro camino.
En una explanada pudimos
contemplar como Ferluy se empezaría a caer de la bicicleta incluso antes de
iniciar la caída, prácticamente parado, lo cual ocasionó grandes risas y la
anécdota de la jornada prueba del buen humor que reinaba en esta excursión.
Empezamos nuestra subida hacia el camino de Valsaín entre pinos y robles. La belleza del camino era realmente espectacular, pero todavía no afrontaríamos las subidas más fuertes y más duras, eso sería un poco más adelante.
Llegamos a una de las
pistas forestales de Valsaín y allí cogeríamos ya el camino que subiría entre
la plantación de acebos conocidos por todos nosotros de otras jornadas pero que
en bastantes ocasiones lo hemos hecho de bajada. Antes de eso José Ramón y Sergio
comentan que tienen prisa y deciden acortar la ruta por su cuenta siendo
conscientes de que la ruta sería muy larga.
Ahora sí que empezaría el
esfuerzo al máximo donde se mezclaba barro, pendientes duras y raíces y
hojarascas sueltas. Todo ello hacía desgastar al grupo pero el compromiso del
que parecía que se había conjurado el grupo al salir por la mañana seguía
presente. Todos fuimos conscientes de la necesidad de dosificar fuerzas.
Quedaba mucho.
Magníficos los Acebos con
un color impresionante, brillaban las hojas por el espléndido día de sol y
cielos azules y el camino aunque duro se hacía majestuoso. Que mejor época para
observar y contemplar los acebos que en estas fechas de Navidad.
Es ahora cuando llegamos
ya a la pista que va desde Valsaín a la Fuente de la Reina y el grupo en esos
momentos parece estar algo más cansado si bien el ritmo sigue alto y aunque se
estira un poco, vamos devorando kilómetros para llegar a uno de los puntos
intermedios de la ruta. Antonio Yagüe comenta en algún momento que ha llegado a
ver muy cerca al "hombre del mazo" y opina sensatamente que es bueno
seguir dosificando el esfuerzo porque todavía queda mucha ruta.
Con todo ello llegamos ya
a la Fuente de la Reina donde
realizaríamos una parada que podríamos denominar de avituallamiento; un poco
más larga de lo normal pero los kilómetros acumulados el desgaste y la
necesidad de reponer fuerzas hacen que seamos conscientes de que todavía queda
mucho por hacer.
Parte de los 11
integrantes de la expedición prefieren subir por la pista hasta el Puerto de la Fuenfría, ya que
seguramente dadas las últimas nevadas se rodaría mejor. Sin embargo, hay otros
cinco como serían Juan, Ángel, Eva, Toño y yo mismo que preferiríamos subir por
la calzada romana.
En cuanto a lo que se refiere a estos cinco, pronto pudimos
comprobar la dureza de la calzada cuando ésta está cubierta por nieve, ya que
al terreno pedregoso las pendientes y el equilibrio sobre la bici hacían que el
desgaste y el esfuerzo fuesen máximos.
Tras ese pequeño calvario
llegaríamos a los últimos metros de pista para coronar La Fuenfría donde el resto de amigos habían llegado hacía escasos
minutos. Un poco más atrás Andrés y Juan Patricio, que ruedan juntos, también terminaban su subida.
Juan Patricio comenta que va de alguna manera tocado pero es cierto que incluso
después de haber estado sin montar durante algunas semanas su gran fondo físico
le hace aguantar mucho mejor de lo que él incluso había esperado. Sólo por este
motivo creo firmemente que es el gran héroe de la jornada.
Nos dirigimos en este
momento ya hacia el Collado de Marichiva
siendo conscientes de que, aun con algún repecho hasta llegar hasta este
Collado, prácticamente el esfuerzo máximo del día ya ha sido devorado por nosotros.
Bajamos con precaución desde Marichiva hasta la Garganta del Río Moros creyendo
que encontraríamos mucha nieve y muchas placas de hielo, pero finalmente el
terreno se encontraba más seco y menos peligroso de lo que creíamos
inicialmente
Una vez ya en la Garganta
conduciríamos nuestras bicicletas hacia los pantanos para afrontar la bajada
hasta La Estación. En esta bajada algunas unidades comandadas por el gran
"bajador" que es Ferluy y Chupo se adelantarían al resto de
componentes.
Ya desde aquí es una bajada vertiginosa sin descanso y sin parar,
con la ilusión, ganas y alegría de llegar al final. Hay que destacar la bajada
que hicieron tanto Ferluy como Chupo. Pawel y yo mismo, un poco más atrás
con velocidades que si yo miraba mi cuenta kilómetros no podía ni quería saber
lo que llevaban ellos en el suyo. A tumba abierta.
Al final llegamos a La
Estación y los comentarios se sucedían uno tras otro con una sola frase muy
corta pero que definió el día que habíamos pasado: ¡¡Qué ruta!!
Con las felicitaciones y
abrazos se podía comprobar el éxito del día tanto por el esfuerzo como por la
satisfacción de una ruta muy grande. Otra más.
Pero el que realmente se
llevó los mayores abrazos y mayores felicitaciones de todos y cada uno de
nosotros era Andrés por haber propuesto esta ruta que desde un principio sonaba
como ruta de las magníficas y así fue. Por eso Andrés una vez más gracias por
haberla propuesto y de esta manera.
Ahora quedaba una de las
partes más gratificares del día, la comida en grupo con todos los componentes
que habíamos finalizado la excursión de hoy. Lástima que Santi por algún
compromiso familiar no pudiera acompañarnos pero es uno de los 12 grandes que
acabo la ruta de hoy.
Antes de eso veríamos
llegar en tren a José Ramón y Sergio que lo habían cogido en Segovia tras
acortar nuestra ruta...
Como ya es fácil imaginar
la comida y las conversaciones que mantuvimos fueron todas en torno a esta ruta
y a todas las que quedan por venir. Se pusieron encima de la mesa muchos
proyectos de excursiones para estos próximos meses, proyectos realmente
interesantes que irán saliendo en próximas convocatorias.
Si hay algo que
caracteriza a esta ruta y que me gustaría poner de manifiesto es el compromiso
del grupo en el día de hoy para haber realizado y terminado una ruta que desde
muy temprano sabíamos que sería magnífica. Y para que todos os hagáis idea de
cómo fue la ruta de ayer, dos titanes en bicicleta como Chupo y Juan Platón
comentaban al final de la jornada que había sido de las más fuertes de los
últimos tiempos.
La semana que viene
algunos disfrutaremos de vacaciones y junto con la fiesta local en Castilla y León, para el LUNES se propone otra ruta de características muy
similares a las de hoy. Y atentos porque si la ruta de hoy ha sido larga y
fuerte, la de la semana que viene seguramente superará a la de ayer.
Seguramente no, seguro. ¡¡No hay dolor!!
Como os podéis imaginar
echamos mucho de menos a todos los que no pudieron venir y por eso a todos
ellos y a todos los integrantes del grupo de ayer un abrazo muy fuerte.
Sólo nos queda
felicitarnos el año y felicitarlo de verdad, porque al igual que los años
anteriores, el que está a punto de comenzar será otro año en el que volveremos
a compartir nuestra amistad y grandes momentos.
¡¡Feliz
Año!!
Y recordad.......el AÑO
que viene cada vez más cerca.
