Z se escribe Zeta... y mucho más que una ruta
Pues según la Real Academia de la Lengua la última letra del
alfabeto español se escribe: ZETA. (Es una excepción a la regla).
Y para que nos quede bien claro vamos a repetir todos juntos
unas cuantas veces: Zeta, zeta, zeta, zeta, zeta...zeta, zeta, zeta...
Con aviso de bajada radical de temperaturas, pero no importa,
hoy hemos acudido a la clase de
ortografía:
Andrés, Ángel, Chicho, Chupo, Enrique, Ernesto, Ferluy, Jorge,
José “Bombi”, Juan Carlos, Juan Patricio, Luis Ángel, Luis Ángel JR., Manolo, Patrick,
Santi, Toño y Alfonso.
Bueno, Chicho avisa de que se ha demorado, contactaremos con
él en algún punto del recorrido.
La coqueta “casa de
Caperucita” (restaurante El Tomillar) y el aparcamiento en
el pinar son la referencias que nos sirven hoy de punto de encuentro.
Zeta, zeta, zeta...
Nos saludamos todos, ¿como no? y aprovechamos para tirar de las orejas a
Luis Ángel, que ha cumplido años esta semana y algunos sabemos que nos tiene
preparada una sorpresa para la vuelta.
A -5º pero con un sol tímido arrancamos por pista forestal
alejándonos con tranquilidad de los coches. Nos encontramos en la Carretera de Peguerinos a El Escorial,
que recorremos kilómetro y medio antes de coger desvío a la derecha. Distintas
variantes pero, curiosamente, todas con el mismo nombre.
Dos kms y medio de ascenso zigzagueante que se puede hacer
duro si no te lo tomas con calma y adecuado para que los cuerpos ya vayan tomando
la temperatura que precisan.
Yo diría que he contado 13
y no me importa que así sea, aunque tal vez algún supersticioso acabe diciendo
que fueron 12 ó 14. Tal vez pierdas la cuenta si quieres disfrutar del
formidable paisaje.
Cuando nos adentramos en zona boscosa es momento de tomarse
un respiro y reagrupar dejando a nuestra izquierda un pequeño abrevadero (no sé si fuente en algún momento) en la zona
conocida como La Pinosilla. Buscamos
algún rayo de sol y la parada es breve para no quedarnos fríos, pero algunas
fotos no faltan.
Aprovecho la parada para recordar al lector que el 21 Agosto de 1999 el monte que
recorremos fue desolado por un terrible incendió que se inició precisamente en
la zona y ladera en la que nos encontramos, El Tomillar, y que obligó a evacuar a más de 8000 vecinos de las
localidades cercanas. Después de algo más de 16 años el monte parece haber
recuperado parte de la flora.
Apenas algún suave descenso, pero lo cierto es que no
dejaremos de tomar altura hasta que no lleguemos a nuestro objetivo, el Pico de Abantos.
Superado el Arroyo del
Romeral, no pasa desapercibida una fuente
que, sobre todo en verano, es de obligada parada. Hoy nos detenemos apenas
un par de minutos para que algún compañero coja agua fresca.
A nuestra izquierda superamos el Centro de Educación
Ambiental El Arboreto de Luis Ceballos
(profesor de botánica), en zona que
fue declarada Paraje Pintoresco en 1961.
Poco más de 9 kms y paramos en cruce junto a desvío que
tomaremos al regreso. Ahora es cuando hay que armarse de paciencia, pero los
primeros atacan con cierta ansiedad. Están fuertes.
Algún pequeño falso llano al principio, pero el ascenso es continuo.
El grupo se estira, pero lo cierto es que el último no llega a perder de vista
a los primeros.
Poco más de 2 km que se harán durísimos antes de alcanzar el
Puerto de Malagón (1534 m), pero la prueba se supera con éxito. No he oído
quejas. La llegada es celebrada, por supuesto.
En el Alto ya hemos visto otra veces los restos de un nevero y os invito a recordar
formidable reportaje de Patrick sobre el tema – Pincha Aquí
Abandonamos por la derecha la pista principal que nos podría
haber llevado a Peguerinos e incluso
a El Espinar. Tal vez otro día.
A la derecha la Fuente
del Ceburnal que podemos ver rodeada de agua helada, mientras aguardamos a
que lleguen los compañeros detenidos por una avería. Nos desviamos a la
izquierda por sendero con duro desnivel que además se complica y endurece en
zona de piedras.
No sin esfuerzo se supera este tramo y merece la pena llegar
junto al vértice geodésico y la cruz pintada de blanco conocida como Cruz de Rubens, pues se dice que desde
este punto el pintor holandés Pedro
Pablo Rubens, pinto su obra “vista del Escorial”.
Fotos aquí o allá siempre merecen la pena desde cualquier
ángulo, a la altura que nos encontramos y con las vistas que disfrutamos. Se
incorpora además Chicho, que nos ha dado alcance en este punto.
El esfuerzo ha cesado, ahora queda disfrutar del regreso, de
los descensos rápidos, de las primeras trialeras desde el Puerto de Malagón hasta la variante que nos lleva a las zetas
trialeras.
Nos lanzamos cuesta abajo procurando al principio dejar
espacio entre unos y otros, pero las bicicletas se aceleran, disfrutan tanto
como sus dueños rodando por los estrechos senderos en los que no faltan las
piedras y raíces, tomando con habilidad cada una de las curvas cerradas que nos
vamos encontrando, dándonos ánimo unos a otros para lograrlo sin poner pie en
tierra.
He perdido la cuenta, pero de nuevo todos juntos, eufóricos y
contentos con la adrenalina a flor de piel.
Fotografía de Toño |
Recorremos los últimos kilómetros con algún mini repecho,
pero ya todo es descenso y disfrutar con la velocidad, con las últimas vistas
sobre El Escorial.
Excelente ruta y hemos llegado todos sanos y salvos… y a
buena hora para que los madridistas puedan salir pitando a ver a su equipo y
todos podamos disfrutar de lo preparado por Luis Ángel.
¡Señores!, esto no es un aperitivo, es un auténtico festín:
Jamón de Jabugo, tortillas de patatas, empanadas, bebidas al gusto… y según
desaparece una pieza del plato es reemplazada por otra nueva. Aquello parece no
tener fin.
¿Qué os voy a contar sobre las bromas y risas que surgen
espontáneas?
Y encima con postre, dulces a elegir y cava para brindar que acabará en la cabeza de más de uno como si de la celebración de un podio se hubiera tratado.
Y encima con postre, dulces a elegir y cava para brindar que acabará en la cabeza de más de uno como si de la celebración de un podio se hubiera tratado.
Todos te deseamos que cumplas muchos más años Luis Ángel, que
podamos compartir muchas rutas, muchas zetas conocidas y las que están por
descubrir.
AlfonsoyAmigos necesita de la aportación de todos
para seguir, para mantener su estilo y su espíritu… y no puede pasar sin personas con el ánimo joven, el entusiasmo, el
afán de aventura y sentido de la amistad de Luis Ángel.