Protagonista el calor
Las previsiones meteorológicas
avisan de una subida importante de la temperatura.
Aunque alguno preferiría no “madrugar
tanto”, lo cierto es que resulta ciertamente recomendable aprovechar las
primeras horas de la mañana.
Como estaba previsto y con una
puntualidad que raya lo inusual, a las 8,00 se encuentra el grueso del pelotón
en el Paseo Rivera de San Rafael, dispuesto a afrontar una jornada de MTB que se
intentará que sea memorable.
Doce meses doce causas, que dice
Antena 3. Hoy, doce bikers doce caracteres diferentes, pero que al juntarse
ante una ruta, aúnan esfuerzos para que todos lo pasen genial y regresen a casa
satisfechos.
A mi alrededor veo a Andrés, Ángel,
Isidoro, el enfant terrible Adrián, Galo, Javier B, José “Bombi”, José Villena, Juan, Santi
Calleja y se nos une Javier C por primera vez, tras habernos seguido a través
del Blog.
Cuando partimos, iniciamos ruta
por carretera, pues quiero comprobar si la Fuente Fuentecillas tiene agua.
Llevábamos tiempo denunciando que
esta fuente ya no vertía agua por su caño y que su entorno se estaba
deteriorando con rapidez. En algún momento de este invierno y sin conocer qué
mano intervino en ello, pudimos ver nuevamente fluir agua de esta fuente. En
este instante vuelve a estar seca, pero queremos pensar que se ha secado de
manera natural. No obstante, seguimos lamentando su pésimo estado.
Y a otra cosa, mariposa.
El subir por la “alfonsina” y
después tomar el ascenso duro tras los respiraderos del Túnel de Guadarrama se
ha convertido en algo habitual, cuando queremos tomar altura y alcanzar el Alto
del León.
Pero como nuestra intención es
tocar la carretera lo menos posible y más después de los recientes accidentes
graves de los que hemos tenido noticias, tomaremos sendero de vacas para tomar
dirección al Monumento Natural Peña del Arcipreste de Hita. Aprovecharemos para
echar la bronca a varias vacas que por allí pastan, por no tener este
sendero en perfectas condiciones.
Javier C reconoce que él es más
amigo de las pistas y que no se encuentra muy suelto en los senderillos, pero
tendrá que ir cogiendo soltura si queremos verle en más ocasiones.
Ahora si hay pista, porque
rodamos con soltura por el PR30 que es el Camino de los Lomitos, donde han
debido meter máquinas recientemente para preparar las cunetas.
Pararemos en fuente con buen caño
de agua y veremos sobre nuestras cabezas el Collado del Rey (1614 m), que ya atacamos
en otra ocasión desde este punto con las bicicletas y que resultó ser una muy
mala, pero que muy mala decisión.
Descenso rápido, no hace falta
pedalear. Los que vamos cargaditos de peso tendremos que poner a prueba los
frenos.
Los Lomitos se convierten por
esta zona en el Camino de la Solana. A nuestra izquierda la Solana de la
Molinera. Y con razón "solana", pues por aquí ya aprieta el calor a pesar de
ser hora temprana y no recomiendo a nadie que le coja en sentido contrario, en
estas fechas, en ascenso y pasadas las 12 del mediodía.
Nuestro descenso nos ha llevado
casi junto a las vías del tren, pero ahora toca coger pista que no hace mucho
asfaltaron en parte, y en la que metieron máquinas para facilitar el ascenso.
Lo único que no arreglaron fue el desnivel, que sigue siendo duro.
Alguna buena moza debió existir
en tiempos por esta zona, pues a nuestra izquierda se encuentra el Prado de la
Guapa. Vaya usted a saber si sería el nombre de alguna vaca.
Un pilón te permite refrescarte
después de este duro ascenso, que lo es mas por realizarlo sin reservar fuerzas.
A
partir de aquí se nos unirá durante un tramo un ciclista solitario que
dice ser de Madrid, pero que se queda a cola de pelotón.
Mejor pista a tramos y bordeamos
las instalaciones de los bomberos de montaña y de los campamentos juveniles,
el Campamento de la Peñota (1331 m), que algunos disfrutamos en tiempos mozos,
cuando por aquel entonces existía la OJE (Organización Juvenil Española), de la
que muchos jóvenes ni habrán oído hablar.
Precisamente seguimos el Camino
de los Campamentos, pues más adelante se encontraba también el Campamento de
los Helechos (1322 m) pero que abandonaremos por nuestra izquierda tras unos
tramos duros. Primero para alcanzar una estupenda fuente de agua abundante y
fresca en toda época del año y después para seguir unos senderillos entre abundante
arbolado muy agradable.
Por aquí nos abandonará el
madrileño, que no muy seguro de sus fuerzas prefiere descender.
Rodamos viendo a nuestra derecha,
bajo nosotros, el Sanatorio de la Fuenfría y seguiremos el PR4, abandonando carretera asfaltada para seguir pista forestal.
Intentamos ir agrupados, pero
estos tramos son duros y cada cual coge el ritmo que le conviene. Nos
adelantará algún grupo que viene muy fuerte o muy fresco todavía, pero también
daremos alcance a más de uno.
Ya aviso de que aliviará un poco
el desnivel en cuanto alcancemos en curva la “Ducha de los Alemanes” que
coincide con el Arroyo de la Fuenfría.
Andrés y yo, como ya lo
hiciéramos en el ascenso al Pasapán en ruta anterior, nos ponemos en cabeza,
más para taponar que para acelerar y así, a buen ritmo de todas formas,
llegaremos al Mirador de Vicente Aleixandre (1673 m), donde las fotos son de
obligado cumplimiento.
Continuamos por la misma pista,
que ahora se convierte en el GR 10. Estamos en la Carretera de la República.
Galo se queja de su rodilla izquierda, salió ayer también con Bombi y yo permanentemente del calor.
Ascenso más agrupados que nunca.
Galo saca la vara cada vez que alguno se desmanda y esto permite que el ascenso
sea más llevadero. Le costará más retener a Adrián, que rebosa energía.
Parada en la Fuente de Antón Ruiz,
poco antes de parar a disfrutar de las vistas en el Mirador de la Reina, que
así reza en una placa, pero que en los mapas aparece como el Mirador de la
Calva... a lo mejor se trataba de una reina calva, nunca se sabe.
Y alcanzamos el Puerto de la
Fuenfría (1792 m), donde solamente hacemos una breve parada, antes de tomar la
Vereda del Infante en dirección al Collado del Rey. Por lo que se ve, por esta zona el personal era muy leal a la monarquía.
El detenernos en la Fuente del
Infante vuelve a ser obligado. Hay que disfrutar del agua tan fresca que fluye
generosa.
Algún tobogán que recorremos a
buen ritmo y al Collado de Marichiva (1753 m), que nos permite acceder a las Casas
y la Puerta de las Campanillas en pocos minutos.
El llegar a Gudillos es un
trámite rápido, más para Isi y Adrián, pero el primero es superado por la joven
energía del segundo.
Son las 12,45 y estamos en San
Rafael, en la terracita de Las Farolas donde los toldos, sombrillas y refrescos
nos alivian del fuerte calor del día
Aquí podremos saludar a Fernando, a su mujer Charo y a Joss, que se han acercado a vernos. También vemos con alegría a Javi de Cafetería Jara, que se está recuperando de su grave caída.
Otra genial ruta que los 12 de
esta ocasión han convertido en fantástica.
Javier C ( de La Estación) ha aguantado el
embite y confiamos en que vuelva.
Los espinariegos, eternos sufridores, han metido en la
saca casi 60 Kms.