jueves, 27 de junio de 2013

Camino y viandas


Los compañeros de camino y pedales de Alfonsoyamigos no son, ni serán, los únicos que han disfrutado de nuestros “patrimonio-biosféricos” montes. Muchos son los que los han caminado. Pero no olvidemos que para hacer un buen camino, las viandas son imprescindibles.



Actualmente por los avances en los medios de locomoción, los tiempos de recorrido y las bebidas energéticas, la alimentación al calor de una buena mesa ha perdido protagonismo, pero hace bastantes años –siglos- aquellos que atravesaron nuestra sierra, en busca de su destino o de un cobijo, sabían valorar un buen surtido de cocina. ¿No? 

Se lo preguntaremos a Juan Ruiz, arcipreste de Hita, que atraviesa nuestra sierra entre 1330 y 1343. Su obra, El Libro del Buen Amor, poco tiene que ver con los fogones pero aporta fragmentos impagables que son muy indicados para lo que hoy nos ocupa; El camino y las viandas

Foto_Javier Romano


Esto nos cuenta sobre su encuentro con Aldara en el entorno a la Peña del Arcipreste:

“Diz: “trota conmigo.
Levóme consigo
E diom buena lunbre
Como es de constunbre
De sierra nevada.
Diom´pan de Centeno
Tiznado, moreno,
 e diom vino malo,
 agrio e ralo,
e carne salada.
Diom queso de cabras:
“Fidalgo”, diz, “abras
ese braço e toma
un canto de soma,
que tengo guardada.”


Foto: Javier Romano
En éste caso al Arcipreste se le ofrecen alimentos humildes pero inestimables para las precarias condiciones en que se encontraba. Con ello nos podemos referir al MENÚ DE ALDARA con la siguiente composición;

Pan de centeno y pan de salvado
Carne salada
Queso de cabra
Vino
(Todo ello junto a una buena lumbre)

La propuesta gastronómica se enriquece si aplicamos a éste menú de Aldara, el de “la Chata”, otra de sus zagalas encontradizas. Dice así nuestro Arcipreste:

“...diome foguera de enzina
mucho gaçapo de soto
buenas perdices asadas,
 focazas mal amassadas
e buena carne de choto;
de buen vino de quartero,
manteca de vacas mucha,
mucho queso assadero,
leche, natas e una trucha”

Todo un festín, el MENÚ DE LA CHATA, que se componía de:

Pan
Conejo y perdiz
Carne de choto
Trucha
Vino
Postre: Queso asado, leche y nata
(Todo ello, también, junto a una lumbre)

Foto: Javier Romano

Mucho alimento para tan poco morral, dirán los amigos del pedaleo y la caminata montañera. Y añadirán: Mejor todos estos festines los dejamos para el regreso de nuestra etapa.
Que así sea, pero a condición de visitar la Peña del Arcipreste y allí guardar unos instantes de silencio en memoria de Curro Castrillo, creador de la Marcha del Arcipreste, ilustre valedor de esta sierra y coordinador del libro Caminos de El Espinar, en el que tuve el honor de participar y de dónde traigo este extracto.

Luis López
                                                                                    A.C. Centenario 



4 comentarios:

  1. Bonito reportaje en memoria de tiempos antaños, de vez en cuando deberiamos recordar para valorar mas. Un saludo.CHARO

    ResponderEliminar
  2. precioso reportaje alfonso cada vez alucino mas con tus reportajes son una maravilla

    ResponderEliminar
  3. Amigo Galo, este escrito es una aportación de Luis López que, como sabéis, colabora también con este Blog. Yo me he permitido añadir algunas de tus fotos. ¡Vamos, que si se hace a propósito no queda mejor!. Muchas gracias a los dos por vuestra aportación.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Alfonso, pero bien sabes que, cuesta arriba y sin cadena, la bicicleta no avanza. Éste blog es una excelente correa de transmisión.

    Alfonso for president

    ResponderEliminar

Gracias por dejar vuestros mensajes.
Son importantes para nosotros.