RUTA DE LA LAGUNA DEL TOBAR, HOCES DE BETETA Y SOLÁN DE CABRAS, BOSQUES DE CARRASCOSA Y VALSALOBRE
El paisaje de esta zona geográfica de las provincias de Guadalajara y Cuenca está dominado por un espectacular sistema de hoces y barrancos por los que transcurren varios ríos de aguas de increíble color esmeralda.
Crónica: Antonio del Hoyo
El principal cañón es el del Tajo en Guadalajara y en su
Parque Natural destacan otras hoces como las del Gallo, Cabrillas, Estrecho del
Horcajo u Oceseca, también conocido como Hoz Seca, que es el principal aporte
de caudal al río Tajo.
En Cuenca, donde
iremos hoy, en los límites del Parque Natural tenemos las Hoces de Beteta y
Tragavivios en el Guadiela a la que llega también la Hoz Somera. Y Solán de
Cabras en el río Cuervo, o las que forma el río Escabas como el estrecho de
Priego o la puerta del Infierno, todas bellísimas.
Lo que caracteriza
a este paisaje de hoces es que las cumbres no se ha formado por plegamiento,
sino por la erosión producida por los diversos caudales de agua que han ido formado
las hoces. Así, desde el fondo de los barrancos hasta
cualquier cumbre, suele haber 5 kms que pueden ser un poco más o un poco menos
en función de la pendiente que tenga la subida, pues las cumbres suelen estar a
una misma altura que además, a grandes rasgos, son bastante llanas.
En esta ocasión vamos
a hacer una ruta con salida y llegada en la Laguna Grande de la pedanía de El
Tobar en el municipio de Beteta.
Desde allí subiremos a un altiplano entre dos hoces,
la de Beteta que vistamos primero y transcurre desde el Norte hacia el Suroeste
y la de Solán de Cabras formada por el río Cuervo, orientada a Sur.
Desde aquí una rápida bajada nos deja en el mismo borde de la Hoz de Beteta y tras extasiarnos con su paisaje, salimos ahora en una lenta subida hasta el llano donde un agradable paseo por estrechos senderos entre pinos, nos permite asomarnos tres veces a Solán de Cabras, orientada a Sur, la última de ellas en la misma Cruz que preside la Hoz, con vistas al Balneario y a la planta embotelladora.
Desde la Cruz del Solán iniciamos un descenso algo
técnico al principio, seguido de un breve porteo para salvar el farallón
calizo, y de un vertiginoso tramo final por un precioso bosque hasta el
mismísimo Río Cuervo, a cuya vera comemos en una pequeña playa con poza.
Por la margen
izquierda del río bajamos al balneario donde se puede cargar en sus fuentes la
misma agua que se embotella unos metros más allá.
Muchos pinos caídos sobre el sendero hacen incómoda la progresión. La segunda parte sí está en buenas condiciones, se conoce que la gente
de Puente de Vadillos pasea por la parte más cercana al pueblo, pero no llegan
hasta el final, je, je.
En Puente de Vadillos, nada más pasar el muy
recomendable Hotel Caserío de Vadillos, se inicia una subida de 7 kms de los
cuáles los 5 primeros no dan apenas tregua a lo que se añade un terreno que ha
quedado muy roto con mucho guijarro suelto.
Una vez coronado
llegamos al tramo más anodino de la ruta una pista que nos lleva hasta la
carretera de Carrascosa. Claro que se le puede quitar el
"anodinismo" de un plumazo si se hace un pequeño desvío para bajar a
ver el espectacular sumidero de Mata Asnos sima que traga al arroyo del mismo
nombre. Es un arroyo estacional por lo que no
lleva agua todo el año. Como los tres lo conocíamos ya y la
ruta es larga decidimos no bajar esta vez a verlo.
Una vez en la carretera de Carrascosa tomamos un
desvío para reencontrarnos con el increíble bosque de Quejigos centenarios de
Carrascosa. Tras rodar por sus caminos encantados
atravesamos una cañada que nos mete en otro bosque de iguales Quejigos
centenarios pero perteneciente al vecino pueblo de Valsalobre.
Una vez se sale de allí, se gira 90º a la derecha para
entrar en un solitario páramo por el que se va ganando altura progresivamente
hasta por fin iniciar la gran bajada hasta Beteta. No es una bajada técnica pues salvo un par de rampas con cierta
pendiente y terreno de guijarros sueltos, la mayor dificultad consiste en
seguir el track correctamente, pues el camino tiende a desaparecer. Pero no es la dificultad técnica lo bonito de la bajada, sino lo remoto
y solitario de los parajes, que se van cerrando en un bosque de Carrascas y
algún pino a medida que vamos perdiendo altura.
Antes de llegar a Beteta la ruta transcurre por una
cornisa de terreno llano, con hilera central de hierbas y laterales de piornos
en flor, con magníficas vistas de la vega del Guadiela a su paso por Beteta. Tras recorrer la cornisa, bajamos ya a la citada Vega rodando junto al
Guadiela y cruzándolo para llegar a Beteta, entre huertos, choperas, alamedas y
cultivos de mimbre.
Ya sólo queda volver a El Tobar. Para ello cogemos un camino del ancho de un coche por la vega del río Masegar que desagua de la la Laguna Grande de la que hemos salido y que desemboca en el Guadiela muy cerca de la zona por la que hemos rodado un poquito antes.
Desde El Tobar,
recorremos el pequeño tramo que nos devuelve a la Laguna Grande a donde
llegamos tras 70 kms. de espectacularmente variada ruta.
Lista de fauna identificada: 2 Garzas reales, 7 Corzos, 13 Ciervas, 1 Zorro, 1 Liebre, 1 Ardilla y 4 Conejos.
No os perdáis el reportaje fotográfico completo