Pero reencontrarse
es sinónimo de haberse perdido y a pesar del obligado distanciamiento, cuando
el final de año ya está muy próximo, AlfonsoyAmigos
tiene la sensación de estar más unido que nunca.
Este domingo no ha
habido reencuentro con los amigos porque no nos habíamos extraviado, pero hemos
podido disfrutar, probablemente con más emoción que antes, de sensaciones que
sí parecían perdidas, dejando que nuestros ojos se iluminaran de alegría al
volvernos a ver.
No sabíamos si la
climatología nos daría tregua, pero daba igual. Se convocaban
inicios de ruta desde las vertientes madrileña y segoviana para sincronizar
horarios y lograr encontrarnos por breves minutos en el Alto del León. La intención bastó para que todos preparáramos la equipación del
domingo con más ilusión que de costumbre.
Hoy nos hemos
empeñado en reducir, aún más si cabe, la distancia entre segovianos y
madrileños de AlfonsoyAmigos y lo
hemos conseguido.
Tal era el ansia
por el encuentro, que los compañeros han llegado al punto de quedada con una
prontitud fuera de lo inusual, tanto que a todos ha sorprendido. En anterior ocasión, los segovianos tuvieron que esperarnos en las
proximidades de Abantos y no queríamos que volviera a ocurrir. Hoy estábamos dispuestos a llegar con tiempo.
Por aquí, por los
madriles, aparecemos: Ángel, Edu, Enrique, Ernesto, Javier Morgado, Javier 2, Javo,
Jesús, Juan, Luis Ángel, Mario, Miguel Ángel, Nacho, Rafa, y Alfonso.
Partimos desde Los
Negrales procurando mantenernos siempre distanciados y disfrutamos de los
senderos rápidos que nos acercan, primero a Guadarrama y después a Los Molinos,
realizando continuos zigzags para esquivar la multitud de charcos y lagunillas
que encontramos a nuestro paso tras las últimas lluvias.
Aunque la mañana está algo fresca, el sol se mantiene despejado y seguirá así toda la mañana aunque en el Alto del león, que vemos a lo lejos, las nubes se resisten a desaparecer. Miguel Ángel ya ha tenido que hinchar una rueda que le viene dando problemas y poco más adelante Rafa decide volverse solo, no le queda más remedio.
Acaba de engancharse con Luis Ángel
y caer al suelo, provocando la rotura de una de las manetas de freno y pensando
en las trialeras que aún quedan por delante, es la mejor decisión.
Se entra fácilmente
en calor al afrontar los primeros repechos y más aún al iniciar el duro ascenso
por la Solana de la Molinera hacia la fuente de La Peñota y más allá por el
Camino de los Lomitos, con un sol que hoy quiere ofrecernos un gran día.
Agua, barro y
zonas muy resbaladizas que nos llevan finalmente hasta el Alto del León, donde
los aparcamientos y aledaños están repletos de coches aparcados y de gente
disfrutando de la naturaleza y del día soleado.
Allí vemos a
Andrés, Eva, Fer, Fernando, Forlán, Galo, Juan, Patrick, Pawel, Santi y
logramos coincidir además con nuestro amigo campeonísimo, Pispajo.
Encuentro rápido, fugaz, mucho más breve de lo deseado pero especial, la alegría de todos es…
me disponía a describirlo cuando llega guasa de Luis Ángel que nos lo
cuenta así:
“Tras todas las
incidencias y accidentes de hoy, que finalmente y gracias a Dios han quedado en
magulladura y sustos, día marcado especialmente por ese ENCUENTRO.
Emocionante al
máximo de ver al grupo, mi Grupo, unido por unos minutos. Sabemos cómo de unidos estamos y lo mucho que en estos tiempos nos
echamos de menos. Hoy eso ha quedado reflejado en las caras
de alegría de todos los que allí nos hemos visto.
Muchas veces hablamos de cómo ha subido el nivel en el grupo. No, no ha subido nada en absoluto, porque el nivel que importa es el nivel humano y de amistad de este grupo y ese nivel es insuperable. Siempre digo que estoy muy orgulloso de pertenecer a AlfonsoyAmigos, por tantas rutas, tantos destinos, tantas aventuras, pero no, mi orgullo es por tener amigos como vosotros y compartir esas alegrías, risas, momentos y en algunas ocasiones sufrimientos con todos vosotros.
A todos sólo puedo
deciros gracias por ser y por estar. Un abrazo amigos”
Dicho queda y bien
dicho y nos habla de incidencias y accidentes porque los ha habido, con caída
de cabeza con voltereta y media de Ángel que ha provocado que la llanta
delantera se partiera en dos, o tal vez que se partiera la llanta provocando su
caída… ¡vaya usted a
saber!, pero le he visto realizar la pirueta justo delante de mí. No ha tenido más remedio que regresar a pie desde la parte más alta de
la pista forestal de La Jarosa hasta el primer merendero y yo me he quedado a
acompañarlo mientras el resto seguía ruta hacia los coches.
Sí, incidencias, averías, caídas… más de uno dolorido, pensando en las heridas a recuperar, las averías a reparar, el material a reponer, pero hoy nos hemos encontrado en el Alto del León y estamos todos tan contentos. ¡Que nos quiten lo bailaooooo!