No serás más feliz yendo donde
esté todo el mundo, sino alcanzando lo que otros no pudieron
En ella,
en esta ruta, se cumple a la perfección el lema de los Juegos Olímpicos:
“Citius, Altius, Fortius” que significa "más rápido, más alto, más
fuerte". Una llamada al esfuerzo por
la mejora personal y de equipo.
Con
AlfonsoyAmigos no conseguiremos medallas y galardones, pero raro es finalizar
una semana nuestra ruta MTB sin que acabemos orgullosos de nuestros logros.
El jueves
pasado se publicaba la convocatoria: “No digas
que no te lo advertí”. Incluso, se
acompañaban enlaces a tres crónicas de la misma ruta, realizadas en anteriores
ocasiones con distintas variantes, pero siempre con una dureza y dificultad singular.
Podría
pensarse que la convocatoria ha intimidado a más de un amigo, sobre todo al
comprobar que la explanada de aparcamiento aparece bastante despejada al
aproximarse la hora de encuentro.
Pero solamente
habrá que esperar unos minutos para tener clara una cosa: Mis compañeros no leen la convocatoria. Pinchan directamente en el lugar y hora de
encuentro (confesado por Jesús) y entregan un cheque en blanco.
Los que
hoy no leyeron: Ángel, Enrique, Eva, Fer,
Fernando, Galo, Jesús, José María, Juan, Nacho, Patrick, Pawel, Santi y Alfonso.
La cara de
Fer se ilumina al comprobar la asistencia… Al fin y
al cabo es el padre de la criatura, de esta criatura inquieta y juguetona que
nos tendrá a todos en jaque durante siete horas, digo bien, con su mal dormir y
peor despertar.
En otras
ocasiones partiendo desde La Estación de El Espinar, pero hoy será desde la
pequeña localidad de Revenga. 14 ciclistas montan en sus máquinas e inician la
comitiva dos minutos antes de las 9 de la mañana. Hay cierta ansiedad.
El grupo
se acerca y bordea un Embalse de Puente Alta que se permite el lujo de desaguar
y de mostrarnos su mejor cara. En cuanto te detienes para una foto, parte del
grupo ya se ha estirado y perdido en busca de los márgenes del Río Frío o de la
Acebeda, que se deja caer desde las faldas de La Pinareja.
Bello
lugar para visitar en cualquier época, más ahora cuando el agua discurre con fluidez
a pesar de la cantidad de troncos y ramas secas que se cruzan en su camino. El agua salta alegre sobre los obstáculos y tal vez con menos alegría nos toca hacer lo mismo a nosotros con nuestras máquinas.
La Senda
del Azud, ya conocida de otras ocasiones, marca nuestro camino hacia las
Acequias de Revenga y el decantador de aguas, pero seguimos adelante por tramos
muy complicados hasta alcanzar la pista forestal junto al Puente del Vado de
Arrastraderos.
La pista
es ancha, de buen firme y acogedora, pero engañosa como ella sola porque, como
al descuido, empieza a tomar desnivel. Primero
poco a poco y después sin esconder su interés en hacernos sufrir.
Se han
recorrido apenas 11 kms y ya se han superado casi 600 m de desnivel desde la
partida y con el objetivo de hacernos foto junto al Pino Solitario que hoy no lo está tanto y que a 1754 m
de altitud nos da la bienvenida.
Hoy no
nieva, pero hace frío y arrancamos de nuevo sin apenas dar descanso a los
últimos compañeros que culminaron en este punto. Frente a
nosotros, descenso de 400 metros de desnivel superlativo que recorremos con
habilidad y sin incidentes hasta vadear los arroyos del Retamar y Cereceda.
El Camino
a Cabezagatos y la pista forestal nos acercarán a la Fuente de la Reina. Recuento y…
“Hemos perdido a dos compañeros” Ellos no llevan walkie y apenas conseguimos
cobertura con los móviles. Galo y yo
regresaremos en su busca.
El Puerto
de la Fuenfría nos servirá de punto de reencuentro para todos y una vez juntos,
dirigirnos a buen ritmo por el Cordel de la Fuenfría hacia el Collado de
Marichiva.
De lo
acaecido en busca de los Ojos del Río Moros y los fuertes repechos que
superamos junto a la Pedriza del Gamonal (uno
de ellos imposible con un desnivel medio del 23%), son aventuras previas a
alcanzar el Puerto de Pasapán
(1846m).
Emprendemos
descenso por la ladera norte de La Mujer
Muerta hasta la puerta que nos da paso al Cordel de Matazarzal. La llegada de algunos compañeros se retrasa y el
grupo se divide. Unos quedaremos a la espera
y otros seguirán su marcha de regreso. Galo y
Pawel eligen también este momento para regresar a casa en bici, acumulando más
kilómetros que el resto.
En este
punto, hacemos balance y acumulamos un parte de tres caídas, algún rasguño o
magulladura, un cambio de frenos y un reventón de rueda que será el que más
demore.
Aún nos
restan por superar dos duros repechos que bien conocerán quienes hayan
participado en alguna ocasión en la Madrid-Segovia. Las fuerzas ya van limitadas y la marcha se
ralentiza, al menos en los que quedamos más atrás.
Casi 50
kms y 1273 m de desnivel acumulado, (ver análisis IBP 117). Con temperaturas que se mantuvieron rayando los 0ºC
pero que se palió con la temperatura corporal alcanzada por el esfuerzo. Con alguna lluvia intermitente que aconsejó el uso
de chubasquero. Con vientos racheados que
silbaban entre las ramas de los árboles y en las correas de nuestros cascos. Con obstáculos casi insalvables en algunos senderos
y vadeo peligroso de varios arroyos ya crecidos y con piedras muy resbaladizas.
Y por
supuesto, tramos obligados a avanzar apeados de la bicicleta… ¿se me olvida
algo? Sí, que finalizamos la ruta tras algo más de 7 horas, con descansos y esperas incluidas. Una vez más un RUTÓN en
toda regla, no al alcance de muchos y puede que ni de nosotros mismos hace
algunos años.
Pero todos
contentos y eufóricos al final de ruta, con ese orgullo personal y de grupo que
aflora por los poros de los que decidieron, una vez más, acudir a la ruta sin leer la convocatoria.