Dale
a cada día la oportunidad de ser “el
mejor día de tu vida”
Las altas temperaturas
aconsejan pegarse un buen madrugón pero, de momento, estamos siendo fieles a
nuestra hora de quedada. Creo que hoy nos hubiera valido de poco cambiar
costumbres.
Un accidente en la N-VI
con atasco incluido y algún dormilón que ha trasnochado demasiado retrasan el
inicio de marcha de un grupo al que se le nota ansioso por dar pedales. Chicho,
no insistas, no nos vas a convencer, es la última vez que retrasamos la salida.
Es curioso, pero hay
ocasiones en las que los primeros minutos de los encuentros de AlfonsoyAmigos empiezan a parecer un
auténtico mercadillo de feria de verano: Lourdes saca la nevera portátil y
reparte quesos, huevos y miel bajo encargo como si de la cesta de caperucita roja se
tratara. Enrique por su parte distribuye las últimas
equipaciones que nos han llegado.
Juan hace recuento y da el
total: 21 asistentes:
Andrés, Ángel, Barri, Chicho,
Daniel, Enrique, Eva, Fernando, Fernando de Diego, Juan Carlos, Juan Patricio,
Lourdes, Luis Ángel, Patrick, Pawel, Raúl, Samuel, Sergio Carboneras, Sergio
Moreno, Toño y Alfonso.
Recuperamos caras como las
de Juan Patricio y Raúl que se han hecho de rogar y la de Barri y Patrick que
han disfrutado de cortas vacaciones. También se ha animado Fernando de Diego,
que parece cogerle cada vez más gusto a su e-bike y se ha propuesto quitarse
espina que tiene clavada hace tiempo.
Hay quien ya estrena la nueva
equipación, pero los quesos se quedan en los coches… nos hemos olvidado de
comprar el pan.
Ojo, aviso, no os lancéis
hacia recorrido habitual de las Pesquerías
Reales. Atentos porque nos desviamos hacia la derecha en dura pendiente. Y
tan dura, atravesando algunas praderas salvajes y superando algunos tramos que
requieren de fuerza y habilidad que, aún en frío, provocarán algunos resbalones
y puestas de pie en tierra.
Cruzamos la carretera que
nos llevaría hacia la Cruz de la Gallega
desde Valsaín y nos adentramos en
zona forestal. El grupo rueda con alegría, tal vez ajeno a lo que nos espera
más adelante.
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Puente de Navalacarreta |
No, no se equivocaron. Las
previsiones anunciaron altas temperaturas y altas temperaturas encontramos y el
rodar bajo arbolado poca alivia cuando un breve repecho sucede a otro y a otro
más, que obligan al esfuerzo físico.
Las caras de los
compañeros cambian a una sonrisa cuando anuncio que tomamos un sendero en
descenso que invita a liberar los amortiguadores y disfrutar al máximo. El
camino nos devuelve junto al Río Eresma,
a tiempo de ver que ya hay visitantes que se refrescan en las frías aguas.
Discurrimos por zona
pedregosa que flanquea el río y pronto alcanzamos el Puente de Navalacarreta, del que hemos hablado en otras ocasiones.
Este es el punto en que cambiamos de orilla y seguimos marcha por senderos
revirados en continuo sube y baja.
El
disfrutar se va a acabar, la pista forestal se cruza ante
nosotros y es señal inequívoca de que tenemos unos kms de sufrimiento por
delante. Superamos el puente y el arrastradero de Minguete queda a nuestra izquierda, con pinos que fueron testigos de la película Conan.
Ehhhhhh!!!!! Pero ¿no
éramos amigos?, ¿por qué os vais? Que me quedo triste…
Los más fuertes marchan en
cabeza y atacan la dura subida con envidiable soltura, ajenos al sol que agrede
sin piedad en las zonas despejadas de árboles. Muy difícil encontrar un aliado
que se adapte justo a tu ritmo… Os garantizo que no sé a quién llevo delante o
quién marcha por detrás.
Estamos recorriendo el
tramo final del GR 10.1, (sendero de Gran Recorrido) que parte de
Rascafría, pasa por El Paular y el Puerto de Cotos y acaba muriendo en la Fuente de la Reina. Es un ramal del
GR-10 (Europeo E-7) que comunica la
localidad valenciana de Puzol con Lisboa. (1600
kms de nada).
O dicho de otro modo y
perdonadme la perorata, es el GR que une el Mar Mediterráneo con el Océano
Atlántico. Miedo me da que algún compañero no pierda la oportunidad de
preguntar “¿para cuándo esa ruta?”
Cuando queda por
conquistar el último tramo, vemos regresar a Luis Ángel para darnos los ánimos
que nos faltan para culminar. ¡Gracias amigo! Por su parte, Juan se ha mantenido atrás dando apoyo a los más rezagados.
Arriba, junto a la Fuente de la Reina, ya espera un grupo
grande de compañeros, incluido Fernando que por esta vez ha subido sin sufrir, pero
otros irán llegando en pequeño cuenta gotas. También en la fuente nos
encontramos con algunas amigas del grupo de Las Camelias, que han subido desde la Cruz de la Gallega. Perdonadme, en ese
momento no estaba para muchos saludos y sí para apropiarme casi en exclusiva de
la fresca agua de la fuente.
Los compañeros parlotean
ajenos a lo que está rondando por mi cabeza, la misma a la que intenta Sergio Carboneras
bajar de temperatura echándome agua por encima.
Unos, encantados de la ruta
y listos para seguir adelante con lo previsto, pero no son pocos los que ya
incluso desde el día anterior me han ido advirtiendo de que no podían regresar
tarde. Quien más, quien menos teníamos alguna Carmen que celebrar en casa. Hay
que tomar una decisión.
No, no ha sido un recorte…Ferluy,
puesto que el trazado solamente estaba esbozado en mi cabeza… ha sido un cambio
de planes. Entre demoras de inicio y pinchazos ya llevábamos mucho retraso y
hubiera sido imposible regresar antes de las 15,30 al menos.
Desde la Fuente de la
Reina emprendemos descenso, dejando a nuestra derecha el Cerro de la Camorca para próxima ocasión y siguiendo el mismo recorrido
del Camino de Santiago por calzada.
Un par de suaves
remontadas y se inicia un descenso rápido, muy rápido por una pista que ahora está muy
rota, tal vez por más de una lluvia torrencial, y que no lo estuvo tanto la
última vez que la recorrimos en ascenso. Ahora se antojaría muy dura.
Reagrupamos en explanada, no
hay pérdida. Los más antiguos del grupo sabemos dónde se inicia ese descenso
que Luis Ángel ya bautizó en otra ocasión como “la madre de todas las bajadas”
No lo puedes contar,
creedme que es difícil de explicar qué ronda por nuestras cabezas para
atrevernos a dejarnos caer por semejante cuestón que en tramos alcanza
desniveles marcados de hasta un 30%., donde incluso a pie es difícil mantenerse
erguido.
Los más valientes, los más
habilidosos, acaso los más locos, se pierden en segundos cuesta abajo como si
no fueran a necesitar los frenos. ¿El resto? El resto hacemos lo imposible para
no caer cuesta abajo rodando en un amasijo de hombre-máquina. Me sorprende
comprobar que Chicho y Patrick me adelantan dándose ánimo el uno al otro.
Abajo, lo único
que me preocupa es conocer que todos hemos llegado bien y basta con ver las
caras que me rodean para saber que la adrenalina fluye a raudales, tal vez con
más caudal que el río Eresma, que hoy no se encuentra en sus mejores tiempos,
pero que a estas horas ya hace la delicia de los madrileños y segovianos que
escapan de los calores.
Nos acercamos nuevamente
al Puente de Navalacarreta, para cruzarlo y tomar sendero por su margen derecho
que en divertido sube y baja nos acerca a la localidad de Valsaín.
¡Atención hombre
acalambrado! Avisan por el walkie. La parada es obligada y el perjudicado
recibe atenciones y alguna capsula de sales de magnesio.
A tramos muy complicado
avanzar entre la gran cantidad de gente, familias enteras que con bolsas y
neveras buscan algún refugio a la sombra. Y el aparcamiento de La Boca del Asno
totalmente poblado de vehículos detenidos al sol.
En Valsaín nuevo pinchado
pero estamos a punto de coger los senderos divertidos que son referencia de
nuestra próxima llegada a meta. Barri ya me ha preguntado un par de veces que
si queda mucho. ¿Cansado?, le pregunto. No, me responde sonriente, es que no
quiero que esto se acabe.
Tras adentrarnos en el
último tramo junto al río ya no hay extravíos, todos sabemos llegar hasta los
coches y los nuevos se dejan llevar por un sendero en el que agotamos la mayor
parte de las fuerzas que nos restan divirtiéndonos a tope.
En los coches, los abrazos
se multiplican, las felicitaciones surgen generosas pero hoy tampoco habrá
cervezas para la mayoría, ya es tarde. Malabarismos para sacar los coches del enjambre de
vehículos en el que se encuentran y regreso a casa para cumplir con compromisos
familiares.
No, no preguntéis por la
próxima ruta:
Nos vamos a Santo Domingo de Silos.