Montar en bicicleta cada semana con AlfonsoyAmigos se ha
convertido para muchos en una rutina esperada, en un hábito deseado al que
cuesta renunciar bajo peligro de padecer efectos secundarios difíciles de
valorar.
Cuando llegan fechas tan
señaladas como el Día de la Madre
son muchos los compromisos familiares que surgen, pero no queremos acabar sufriendo
algún trauma psíquico que podamos terminar lamentando.
¡¡Nuestra felicitación
para todas las madres!!
Para hoy teníamos prevista
una nueva ruta genial, que ya se había encargado nuestro amigo Ferluy de
perfilar y ofrecernos, destinada al disfrute del mayor número posible de amigos.
Y amigos hemos acudido,
pero otros no pudieron venir y alguno más
temió no llegar a tiempo a sus compromisos. ¡Hombres de poca fe!
Hoy hemos aparecido a la
hora prevista:
Andrés, Ángel, Chicho, Daniel,
Daniel JR., Eva, Ferluy, Fernando, Javier “Galo”, Juan Carlos, Manuel, Miguel
Ángel, Sergio, Toño y Alfonso.
Una mañana algo fresca que
se irá templando con el pasar de los minutos, pero Chicho y Daniel se
mantendrán bien abrigados hasta el final de ruta. ¿Acaso no tienen sangre?
Iniciamos la marcha sin
apenas demora. Hemos hecho propósito de volver a buena hora y todos somos
conscientes de ello.
Tras un pequeño
calentamiento, obligado por la primera cuesta que superamos con las primeras
pedaladas, enfilamos hacia senderos
conocidos de Gudillos dejando a nuestra derecha la Cerca de Montosa.
Junto a la Casa Forestal de Campanillas, de la que
se habla recientemente sobre su rehabilitación y uso, la puerta que da acceso a
la Garganta del Río Moros mantiene siempre cerrado su candado. Algunas
bicicletas saltan al otro lado sobre nuestros brazos y el resto junto con sus
dueños por paso de hombre.
Imposible conocer cuántas
veces hemos puesto nuestras ruedas en esta Garganta, pero no por ello
renunciamos a disfrutar nuevamente del precioso y privilegiado entorno que nos
rodea. Es aún pronto, pero os recuerdo a los lectores que cerrarán el acceso
por temporada de verano el día 30 de Junio.
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Fuente de Marichiva |
La “niña bonita” (forma coloquial de designar el número quince)
rueda en ascenso. Grupo homogéneo que se va estirando al rodar con soltura
olvidando “la que se avecina”.
Se forman pequeños grupos
y todos seguimos la pista principal que bien conocemos, no hay posibilidad de
extravío. A izquierda y derecha quedan hoy desechadas multitud de variantes que
serán testigos de rutas en próxima ocasiones.
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AlfonsoyAmigos en la Fuente de Marichiva |
La verdad es que el monte está
precioso en estas fechas, la primavera hace su labor y aún no se resiente de
los calores y de la escasa agua de lluvia.
En la zona de La Vaqueriza
realizamos la parada habitual de reagrupamiento que aprovechamos para tomar
alguna barrita. Sin embargo, hay quien prefiere seguir adelante para no
quedarse frío.
Cuando superamos la Fuente de la Chispa, a nuestra derecha,
ya tenemos a la vista el Embalse del
Tejo o las Tabladillas, que parece estar aún a su máximo nivel.
La pista que conduce al
Collado de Marichiva se nos ofrece por la derecha con una suave entrada, pero
ya no engaña a nadie. Compañeros se lanzan con energía desde el primer momento,
otros con más calma y seremos algunos los que pondremos pie en tierra cuando
las pulsaciones se disparan como aviso. Vemos a Ferluy hacer esfuerzo supremo y
tal vez conseguir el alto en dos tramos.
Nunca hay competición en
este grupo de amigos y menos en este tramo cuya dureza todos conocemos. El
esfuerzo es reconocido por los compañeros que han llegado antes que tú y es el
momento de tomarse otro respiro. Mención aparte para Dani y su e-bike, con la
que ha subido sin despeinarse.
Esta vez no cruzamos la
cotera, apenas saludamos a la vertiente madrileña, porque enfilamos directamente
por sendero marcado al principio con hito de 3 piedras hacia la Fuente de Marichiva.
La foto es obligada y
desde aquí mando saludo a nuestro amigo Javier Sanz. Pero seguimos adelante,
ese es nuestro objetivo de hoy.
Un par de senderistas
jóvenes se extrañan al ver nuestras maniobras por el estrecho sendero que
estamos siguiendo. Algunos tramos del principio muy complicados por las piedras
y raíces que se atraviesan a nuestro paso.
El cansancio por la dura
subida realizada se deja notar y te impide maniobrar la bicicleta con soltura
durante los primeros metros, pero pronto te acostumbras a superar las zonas
reviradas y los repechos cortos pero duros. El sendero mejora en muchos tramos
y te anima a seguir.
Se nota que nuestro equipo
de zapadores estuvo días atrás y apartó algunas piedras e incluso cortó ramas
que se atravesaban peligrosamente. Realmente se requiere habilidad para seguir,
pero creo que todos estamos disfrutando de lo lindo.
Casi 3 kms de recorrido
por unos senderos que te emocionan con tu bicicleta, pero que apenas te
permiten disfrutar del entorno. No puedes perder de vista el camino si quieres
evitar caer por la ladera o comerte alguna rama baja.
Y si el sendero ha sido
una gozada, el llegar a los Ojos del Río Moros es increíble. El agua surge
anárquica por todos lados, una preciosidad de lugar que disfrutan los caballos
y yeguas que allí encontramos y que se nos acercan amistosamente a dejarse
acariciar.
Amigo lector, seas
ciclista o andarín, no puedes perderte realizar este recorrido y conocerlo. Nos
darás las gracias por habértelo recomendado.
Ferluy ha ganado dos o
tres kilos, pero de satisfacción al ver nuestras caras.
El sendero se ha acabado y
tenemos que descender con habilidad campo a través siguiendo el cauce del arroyo
que poco más abajo se convierte en el Río Moros.
Cuando vadeamos el Arroyo
de Tirobarra volvemos a estar en terrenos conocidos ya recorridos en otras
ocasiones.
El Embalse del Espinar
abajo a la izquierda, a la derecha la Pedriza del Gamonal, siempre
impresionante, y una pista arreglada por delante que te invita a meter plato y
dejar que las piernas pedaleen con
soltura a la par que es compatible el disfrute de las vistas que se nos ofrecen a la
vuelta de cada curva en los diez kms de descenso rápido que te acaban sabiendo a
poco.
Nos gusta realizar
variante pasando junto al Pino Cardosillo y esta vez no iba a ser menos, pero
sin foto, que ya hay quien empieza a temer por la hora.
Reunidos junto a Puente
Negro y aquí se despiden varios compañeros para descender hacia La Estación. El
resto seguimos de nuevo hasta la Puerta de Campanillas y tomamos sendero junto
a la Fuente de los Aserradores (el pilón),
que está peligroso en algunos tramos.
Y rápidos hasta San Rafael.
¡Uff! Hemos llegado a buena hora. Tal vez demasiado pronto para algunos
compañeros que, después de compartir refrigerio en Las Farolas, se animan a
continuar ruta por su cuenta y subir hasta Cueva Valiente. ¡Ahí es na!
Gracias Ferluy por enseñarnos
otro precioso rincón de la Sierra del Guadarrama.
El Vídeo de Toño