Que no, que no, que no cerramos...
Algunos amigos han debido leer nuestro anterior post del blog
un poco a la carrera y han entendido que cerrábamos el chiringuito.
Decíamos, que tenemos compañeros que se van de vacaciones,
que hay otros que regresan y que hay quienes parecen querer mandarnos a casa, a
juzgar por las condiciones en las que están dejando últimamente las pistas y
senderos de nuestros pinares.
Confiamos en que “tanto movimiento de tierra” sea para bien y
en breve podamos circular por senderos perfectamente señalizados y limpios.
AlfonsoyAmigos continúa con sus escapadas
dominicales, incluso con las Rutas de la Abuela de los sábados, a la luz del
día, pero las nocturnas de los miércoles
se han visto seriamente comprometidas y han finalizado con la celebrada el
pasado miércoles 19 de Agosto.
Como ya decíamos, hay máquinas pesadas levantando el terreno
y ampliando pistas pero, al no disponer de tiempo para comprobar qué senderos
se pueden recorrer con seguridad en estas fechas, es arriesgado salir a la
aventura de noche y con grupo variopinto de ciclistas, sin saber realmente qué
te vas a encontrar.
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| Toño mimetizado con la naturaleza |
Por otra parte, muchos de los compañeros más habituales se
encuentran de vacaciones y algunos de los que quedamos ya empezamos a tener “sobreentrenamiento” por puros bici-osos.
Lo dicho, las Rutas
MTB Nocturnas guiadas por AlfonsoyAmigos
HAN FINALIZADO, al menos por este
año.
Las que no dan tregua son las rutas del domingo.
Hoy había convocatoria y hemos acudido...
Andrés (incombustible), Ángel Sierra, Diego, Ferluy, Miguel
Ángel, Toño, se ha incorporado por primera vez Ramón y Alfonso.
Ya pasarán las vacaciones y llegará el largo invierno... y
será entonces cuando volvamos a reunirnos grupos de 15 a 20 ciclistas, tal vez
más, eso espero, pues este verano hemos hecho muchos amigos y queremos creer
que seguirán con nosotros.
Decía Paul Éluart: “Hay otros mundos pero están en éste”
Y puede que no lo dijera pensando en la cantidad de vidas
diferentes que aúna la bicicleta, pero también hubiera acertado.
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| Ferluy |
Muchos ciclistas, con trabajos, vacaciones, situaciones
familiares, e incluso edades que apenas coinciden... pero que finalmente se encuentran
en AlfonsoyAmigos. Hoy encuentro de los ocho que
hemos acudido y mañana, ¿quién sabe?... pero “permíteme que insista: aquí estamos”.
En la convocatoria hablaba de calor, de tiempo y terrenos muy
secos y como si hubiera sido tan solo para llevarme la contraria, la tarde del
viernes las nubes se cerraron, se pusieron negras y unos débiles relámpagos
fueron el inicio de unas tormentas de agua como hacía tiempo no veíamos por
esta zona.
La tierra sedienta de los senderos se bebió ansiosa y
agradecida hasta la última gota recibida, asentando un polvo que hacía días
resultaba molesto bajo nuestras ruedas. El más agradecido Ferluy, al que sus
crisis de asma le han respetado durante la ruta.
La furia del agua trasladó de lugar ramas, arrastró arena dejando
las piedras más vivas y al descubierto.
En las zonas con más pendiente por las que hemos circulado,
la tromba de agua cambió las “trazadas” que ya conocíamos, pero se han superado
sin problema.
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| Toño |
La temperatura bastante por debajo de lo habitual, en las
primeras horas más fresca de lo deseado por algunos compañeros. Sí amigos, yo
he sudado de lo lindo a pesar de todo.
Cambios en la naturaleza que suponen, como mucho, nuevos
alicientes y retos, pero la alegría de compartir ruta con AlfonsoyAmigos no ha sufrido cambios y se ha reconocido de
principio a fin.
Hemos podido comprobar: Que Arroyo Mayor sigue tan seco a pesar de toda el agua caída en una tarde. Que a Peña el Águila hemos
ascendido los ocho sin poner pie en tierra. Que la Cañada Leonesa tantas veces
visitada, nos ha permitido recorrerla a diferentes ritmos e incluso me ha
parecido oír que jaleaba a nuestro paso y aplaudía cuando los más bravos
esprintaban.
Se ha disfrutado por enésima vez de sendero trialero, rápido
y agradecido, vadeando dos veces un arroyo sin ningún peligro o posibilidad de mojarse.
Agradable saludar al amigo Sergio, con el que nos hemos
cruzado y ha acompañado un tramo.
Hemos lamentado que el arroyo que fluye junto a los campings
despida un olor fétido que tira de espaldas.
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| Andrés |
No ha habido problemas para circular siguiendo el camino a
través de varias grandes praderas. Aquellas, amigo Enrique (un abrazo), que bien conoces y que resultan
pestosas (cargante, cansina, pesada)
cuando realmente han absorbido agua y la hierba está alta.
Apenas ramas en el sendero que también discurre divertido
hasta finalizar por encima del Embalse de Cañada Mojada que hoy hemos dejado a
nuestra derecha.
Al alcanzar la Fuente
de los Pastores algunos han ido a buscar su fresca agua, mientras otros ya ascendíamos
por el sendero que sale a la derecha.
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| Foto: Miguel Ángel |
Un subir paaa naaa
que diría alguno, pues es ascenso duro y habilidoso, y se gira para bajar por
descenso trialero, hoy más complicado de lo habitual, casi al mismo lugar.
Hablaba al principio de sobreentrenamiento y lo hacía en mi
propio nombre, porque aunque las piernas están fuertes y aguantan lo que les
eche, las pulsaciones se disparan últimamente sin conseguir apenas recuperarse
entre esfuerzo y esfuerzo. Sobrecarga, o los años, pero quiero creer que necesito un descanso.
Cuando medio equipo opta por alcanzar el Collado Gargantilla siguiendo el trazado del Arroyo Chuvieco, Andrés, Ramón y yo seguiremos por la pista para acabar
coincidiendo todos en la llegada.
¿Cueva Valiente...?
¿Lagunillas...?
Y los compañeros, que son grandes como ellos solos o que ya están pensando en las cervezas a
pesar de que es pronto, deciden optar por mi propuesta...”Irnos para abajo”
Y nos vamos de descenso.
La Fuente de Bellver
Marqués (la de la bañera) sin
agua y seguimos descendiendo disfrutando de cada tramo, de cada curva, de cada piedra o
rama que esquivamos... bueno, Andrés un poquito menos, pero él es el rey de la
montaña.
Atravesamos el Camino del Ingeniero y acabamos en la Fuente de Peña Morena, donde otro grupo
ciclista nos reconoce y le pregunta a Ferluy por la Escalada a la Cepeda. ¡Qué puntería!
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Sendero rápido por aquí y por allá, disfrutando de los
últimos metros que nos restan. Siempre que paso por esta zona, que nunca he
rehuido, me acuerdo de la caída muy grave que tuve con la bicicleta.
Estamos sobre San Rafael y nos gusta bajar por estrecho sendero
con mucha pendiente que desemboca junto al campo de fútbol y la explanada donde
se instala el circo o la plaza de toros.
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| Ángel |
¡Golpe! ¡queja....! Ha caído Ramón en este último tramo y
cuando los de abajo volvemos la cabeza, le vemos en el suelo pero ya atendido
por otros compañeros. Preocupa porque no hace intención de levantarse.
Parte de lesiones: Vuelo acrobático de orejas, golpe fuerte
en el hombro, magulladuras, raspadura o mordida de labio, algo de sangre... no
mucha, la verdad.
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| Foto: Miguel Ángel |
¡Uf, vaya racha que llevamos! pero debo deciros que nuestro
amigo Ramón se ha hecho toda la ruta cargando, creo que he entendido bien, 113
kg, con bicicleta rígida de 26” y un amortiguador delantero Talas de adorno. ¡Tiene
mérito!
¡Recupérate Ramón!
¡Recupérate Ramón!
No hemos sufrido mucho calor ni mucho polvo de los caminos,
pero en Las Farolas hemos dado todos
buena cuenta de dos tanques de cerveza por barba... Diego me apunta que él ha
tomado una Coca Cola.
No ha sido la ruta más larga, ni la más dura, ni la más
numerosa... pero juntos nos hemos divertido como siempre.
