Ya lo sabía, ya lo sabía...
así daba comienzo la canción de Monna Bell, “El Telegrama”, que en los años 70
causó furor.
Pues... Ya lo sabía, ya lo
sabía, que este domingo íbamos a tener muchas bajas y que esta se iba a
convertir tal vez en la crónica de unas bajas anunciadas.
Y la verdad es que nos hemos
acordado de los ausentes pero, seamos sinceros, solamente un ratito.
Los presentes han llenado la
ruta de un encanto especial, aportando su entusiasmo y en ocasiones sus quejas...
porque no se puede dar gusto a todos y porque algunos, si no protestan, no se
quedan satisfechos.
 |
Fotografía: Carlos Cobos
Protagonista: Daniel |
Atendiendo la propuesta de
Daniel “Forlán”, la ruta de hoy de Alfonsoyamigos pretendía volver a saludar al
Camino del Ingeniero, aunque solamente hasta el desvío de Peña la Casa.
Viendo que el recorrido
sugerido podía quedar algo corto, me armo de valor y guío al grupo como si
hacia Peña el Águila se tratara, con alguna pequeña variante inicial (ya me
conocéis).
Andrés, Carlos, Daniel, Iraitz,
Javier, Jorge, Juan, Samuel y Alfonso hemos iniciado marcha. Hoy no tenemos ángeles que
nos protejan, pero confiamos en la habilidad y destreza de los presentes.
Abandonamos el sendero
principal y giramos a la izquierda, por la zona que llamamos “Los Toboganes”.
Primera hora de ruta, aún no
son las 10 de la mañana y ya tenemos la sensación de que el calor va a apretar
más que en los últimos días, pero intentaremos estar en todo momento a cobijo
de la sombra de los pinos, como la
letra de la sevillana conocida por todos.
Los toboganes son divertidos,
sobre todo si te encuentras como pasajero de una montaña rusa en un parque de
atracciones, pero aquí, para divertirte, no te queda más remedio que dar
pedales y ponerte en ocasiones a prueba para que las ruedas de tu bicicleta no
resbalen.
Subes y bajas, subes y
bajas, pero siempre tienes la sensación de que subes más que bajas, de que el
esfuerzo en la subida dura más que el disfrute de la bajada, pero es ahí donde
estamos.
El último repecho el más
duro. Juan y Carlos son capaces de meter el turbo y competir por alcanzar el
punto más alto. Otros nos conformaremos con llegar montados y no quiero
comprobar si por detrás alguno ha puesto pie en tierra, la competencia... con uno
mismo o con quien está a nivel similar al tuyo.
Ya el grupo se prepara para
el descenso habitual, esa rampa en dos tramos en la que tienes que tener
precaución para no salir de orejas, para no bloquear los frenos y resbalar o
para no irte al suelo por un descuido.
Menos mal que hoy tenemos a
Don Limpio. “El resbalar se va a acabar”.
El martes hice escapada en
solitario (para despejarme del trabajo),
recordé sendero abandonado y me propuse limpiarlo lo suficiente para hacerlo
transitable.
Hoy me encanta mostrárselo a
mis compañeros y ver que lo disfrutan, a la par que nos olvidamos de la pared
peligrosa.
Creo que hoy no ha aparecido
ningún notario de ruta, por lo menos
no de los que publican la ruta en Wikiloc incluso antes de ducharse. Me va a
permitir sorprender con este mismo sendero al resto de los compañeros
ausentes. Aunque Iraitz, encantado, ya
me avisa de que se lo mostrará a compañeros suyos de trabajo con los que
compartirá ruta en breve. Bueno, de esta forma lo acabaremos de limpiar entre
todos.
Uno de los Depósitos de Agua
de San Rafael y emprendemos descenso, pero también les muestro nuevas
alternativas haciendo zigzag en desvíos que debes conocer para no saltártelos y
aquí todos acaban felices.
Estamos junto a Arroyo Mayor
y el puente de piedra que linda con la Cerca de las Monjas, pero hoy vadeamos
el arroyo por otro punto y vuelve a ponernos a prueba a todos cuando tenemos
que afrontar otro nuevo repechón y lo habitual: Unos a tope, otros satisfechos
de superarlo montados y... algunos a pie. La cámara de Carlos recoge el
momento, pero no se ven con claridad las caras.
Alegra ver a Andrés que,
superando su caída de hace unas semanas, le echa narices y llega al alto
montado.
Aprovechamos todos para
tomarnos un descanso y Javier para avisar de su inminente escapada si seguimos
con los “repechitos”. Te quedan dos oportunidades, me dice. Y yo recorro
mentalmente el resto de la ruta de hoy, sabiendo que a unos cientos de metros,
posiblemente todos tengamos que poner pie en tierra.
Y así es, Carlos, Juan y
Samuel lo intentarán un buen trecho, pero una piña, una rama, un esfuerzo mal
calculado les hará tocar el suelo con sus zapatillas. ¿El resto..?, ni lo
intentamos.
Ya estamos en el Camino del
Ingeniero y sabemos que hasta el Arroyo Gargantilla tendremos varios pasos
difíciles.
Me han pedido que no de
nombres, hay parientas que no te consuelan precisamente después de una caída,
así que “mejor no tentar al diablo”.
 |
Ya nos quedan pocas fechas para los que
partiremos a Peña Ubiña a primeros de Agosto |
Algún despiste que sacará a
cierto ciclista fuera de la pista (¿por qué me acuerdo de anuncio antiguo de
Cola-Cao?), algún mal cálculo que lanzará a otro por los suelos, un par de
enganchones con zarzas y arbustos... nada fuera de lo corriente.
Pinchazo de Jorge que nos
dará un respiro a todos.
Me vais a perdonar, pero el
recorrido de hoy no es el más propicio para realizar buenas fotografías.Entre los árboles y con sol tan intenso, los contraluces son muy extremos, nada favorecedores de la buena instantánea.Nos
conformaremos con lo que tenemos.
El sol aprieta en las pocas
zonas despejadas de árboles... mejor seguimos por las sombras
 |
| III Ruta MTB Nocturna Alfonsoyamigos |
Descenso vertiginoso que
requiere de mucha habilidad, solo apto para los que estamos habituados a estos
recorridos y aún así cada uno disfruta a su manera, el trío de siempre a tope y
el resto con mayor o menor riesgo de su integridad.
Alcanzamos la pista forestal
que une San Rafael con El Espinar y en un momento de descuido, Javier coge las de Villadiego y de algunos se despide a la francesa (perdón Patrick, es un dicho).
No se ha dado nada, pero que
nada mal. Son poco más de las 12,15 y todavía recorreremos algún otro
senderillo que en esta época y tras las últimas lluvias, ha sido prácticamente
cubierto por los helechos... y alguna zarza que nos dejará a más de uno un
recuerdo en brazos y piernas.
Diez metros antes de
abandonar el pinar, pinchazo de Daniel, pero las ganas de una cervecita fría
dará alas al equipo de mecánicos.
Javier nos dejó, Samuel
tiene que entrar a trabajar, Carlos nos abandona y el resto, los que somos, nos
acercamos a Cafetería Jara.
Con el calor que hacía hoy, ¿las
cervezas estaban más frías o me lo ha parecido a mí?
