Boda de mi hija

Todos sabéis que no pude acudir a "La Respingona", por coincidir con otro evento. Se que este no es el foro más adecuado, pero para los que dudaron en su momento de mi excusa... Je Je.

Espero que no discutiréis que la novia estaba guapísima.

Comparto con vosotros mi alegría.

Un abrazo.

Garganta Río Moros - La primera nieve

Durante el "Camino de Santiago" no hemos llegado a pasar realmente frío, pero hemos tenido que volver a Segovia para sentirlo de verdad.

Esta mañana he iniciado marcha hacia la "Garganta", junto con Jorge, pero ni he tenido buenas sensaciones desde el primer momento, ni la temperatura acompañaba. No hemos superado los 3º , la humedad era alta y el aire daba una sensación térmica más baja.

Lo cierto es que bien pronto hemos encontrado nieve en los márgenes y nieve en el mismo camino. Teniendo al alcance de la vista el primer pantano (que aún no se recupera), ya teníamos los dos bastante frío, que se incrementó al iniciar el descenso y comprobar que los guardabarros no están aún bien diseñados. Para colmo, olvidé en casa el trasero.

La próxima vez nos equiparemos mejor, pero hoy también ha tenido su encanto.

El Pantano al fondo

Cruce de huellas



¡¡Gracias a todos!!

Santiago de Compostela

Como habéis podido ver en el enlace "A Santiago", hemos finalizado el Camino que emprendimos en el mes de Mayo.

Estamos muy orgullosos de haberlo conseguido y sabemos que todos os alegráis. Hemos tenido etapas duras y muy duras, y otras preciosas dignas de recorrer cada uno de sus senderos palmo a palmo.

Nos llovió en Mayo y nos ha vuelto a llover en Noviembre. Nos granizó antes (atravesando Atapuerca), y nos ha vuelto a granizar ahora (a punto de llegar a Santiago).

Está claro que el tiempo es impredecible y más en el Norte, que te obliga a equiparte para cualquier eventualidad. Es normal que tengas que tener un mínimo de forma física y de resistencia, pero se puede suplir tomándote cada etapa con toda la calma del mundo. Es genial, tener un coche de apoyo que te de seguridad....  Pero lo más importante, realmente lo único importante, es acompañarte de los amigos que se proponen la misma meta que tú y que, a pesar de que pueda haber roces de convivencia, estarán a tu lado y tu al suyo para apoyaros siempre para alcanzar la meta propuesta y... disfrutar de cada momento.

Mi suerte ha sido contar en las dos etapas con los compañeros, con los amigos ideales, aportando cada uno su personalidad, su motivación y su entusiamo, para engrandecer este logro que es el de todos.

A los que me han acompañado y a los que han mandado sus gritos de ánimo, 

 ¡¡ MUCHAS GRACIAS !!.

Un fortísimo abrazo para todos y cada uno.

Vuestro amigo.

Garganta del Río Moros - Javi LV

No hemos podido contar con la presencia de Jorge y José, pero nos hemos juntado cuatro en el punto de encuentro a las 9,30. La mañana muy fría, pero despejada. Javi “Las Vegas” llega pronto, como siempre, y juntos esperamos a Fernando y a Javier, que llega con escrupulosa puntualidad desde El Espinar.

La intención es dar la vuelta a la “Garganta”, pero por el margen izquierdo y la parte alta, que es el menos habitual para nosotros.

Camino de la Estación, cogemos la que hemos dado en llamar “M-30”.


 Javier, como siempre, intenta coger la delantera para obtener un margen que le de seguridad, pero no le dejamos y nos ponemos a buen ritmo. Superamos el "control estival". Poco más arriba de la “Fuente de los Guijos”, giro a la izquierda para coger la pista que nos hará ir tomando altura y que en ocasiones se endurece. En el “Cerro de Retamón”, a 1527 m parada y toma de media barrita.

Me encuentro especialmente entonado y a pesar de la buena marcha que llevamos, hago “la goma” en varias ocasiones y aprovecho para realizar diversos sprints. Fernando se encuentra de fábula, Javi  no se resiente de su rodilla (buena noticia) y Javier es un diesel capaz de alcanzar grandes revoluciones.

Hemos superado el “Embalse del Tejo o Las Tabladillas” y tenemos a la vista el “Embalse del Espinar o del Vado de las Cabras” (bastante bajo de nivel). Dejamos a la izquierda el camino que sube a la cantera y cruzamos el “Arroyo Tirobarra” (zona complicada), para alcanzar después de algún repecho “La Loma de los Ojos”, que nos deja a la vista espléndidas vistas de “La Mujer Muerta” , el “Montón de Trigo” y de la impresionante “Pedriza del Gamonal”. (similar a la que encontramos en la subida a “La Morcuera).

 

Descenso con bastante desnivel y vuelta a la pista para dejar atrás la subida a “Marichiva”, y el “Refugio de la Vaqueriza”. Variante a derechas por caminos menos limpios hasta coger nuevamente pista que nos lleva a la puerta de las “Casas Forestales de las Campanillas”. Descenso ya tranquilo hacia el “Apeadero de Gudillos” y hacia “Las Farolas” donde, como siempre, reponemos fuerzas y charlamos. 44 Kms. y alguno más para Javier desde El Espinar. Todos hemos acabado muy satisfechos.

Sábado con gripe

Arrastraba el virus de la gripe, pero las ganas de pedalear pudieron conmigo. A la hora de siempre salía a rodar con Fernando, el resto lo harían más tarde o se tomarían descanso.

Nunca recuerdas, hasta que te pasa nuevamente,  lo penoso que es intentar respirar en pleno esfuerzo, cuando tienes las fosas nasales obstruidas y el frío te congela el moquillo. Salí más abrigado que de costumbre, pero hubiera necesitado llevar puesto un poncho peruano.

Efectivamente, la temperatura era baja, el cuerpo no estaba en condiciones y solamente un loco del pedalier hubiera salido en esas condiciones. Las mujeres en estos casos son más sabias y la mía me lo advirtió.  Pensé  “de esta me curo o caigo del todo” y acabó siendo lo segundo... “tenía el 50%  de probabilidades”, digo yo.

Un recorrido que no entrañaba esfuerzos especiales se convirtió en una pesadilla y solo un pundonor  a prueba de gripes y ver a Fernando con ganas,  me ayudó a aguantar hasta el pié de la subida a “Marichivas”. El día era fresco pero precioso e invitaba a continuar, pero yo ya lo había dado todo.

Creo que nunca ha rodado Fernando tan cómodo. Su sufrimiento era otro, retener sus piernas para no escaparse con facilidad y dejarme tirado, (que era lo que el cuerpo le pedía). Auténtica prueba de amistad.

El regreso, peor. Intentaba descender despacio para no quedarme aún más helado con el aire, pero a la vez, estaba deseando llegar a casa cuanto antes a sentir la ducha caliente en el cuerpo.

¡A que ciclista que se precie de serlo no le ha ocurrido lo mismo!

En la puerta de “Campanillas” nos encontramos con Jesús, Carlos y otros amigos. A Jesús le cuesta reconocerme, no sé si porque me tapo la boca con una pañuelo o por mi mala cara, pero allí están, animosos para emprender el camino que hemos dejado nosotros atrás.

A las 2,30 hay comida del grupo “Ruta Jacobea”, (esta es otra historia), a la que acudo encantado pero muy, muy cansado.

Por supuesto, el domingo nada de nada.  Nota en el cuaderno de bitácora: "La próxima vez nada de valentías". Siento haberte fastidiado la salida, Fernando.