Zarzuela del Monte y su plaza de la Fuente nos ven llegar cuando sus gentes todavía apuran los últimos minutos de sueño en una mañana de domingo
Un
vecino se asoma al balcón con curiosidad y no lo dice, pero seguro lo piensa: ¿Quiénes
son esos gañanes alborotapueblos que nuestro descanso así perturban?
Y también sin palabras, pero con un gesto claro encogiendo los hombros respondo: Disculpad, somos AlfonsoyAmigos, que no podemos reprimir la alegría de un nuevo encuentro.
Por
allí estamos Andrés, Enrique, Fer, Luis Ángel, Patrick, Pawel, Santi, Alfonso y
por supuesto Ángel, como anfitrión en tierra propia.
Con el
correr de los años, ya hemos logrado destreza en el cruzar de abrazos a la par
que montamos los aparejos y nos disponemos prestos para la marcha… o a veces no
tanto.
Tenemos
el track que nos fue anticipado, pero en más de una ocasión habrá que estar
atentos a los consejos e indicaciones de Ángel que, con todo el derecho, se tomará
algunas liberalidades de autor/guía.
Echamos
a rodar por caminos rurales dejando atrás la iglesia de San Vicente mártir
y a los pocos minutos ya hay compañeros que se han distanciado con facilidad, mientras
que por atrás aún no se ha cogido ritmo de marcha.
Pasamos
de largo por Vegas de Matute que, como toda la ruta de hoy, se encuentra
en la falda norte de la Sierra de Guadarrama y por el camino de las
minas nos acercamos hasta el Puente de los Enamorados, sobre el río
Moros.
Nada
de besitos y arrumacos, sólo una foto sobre el puente y dejamos para otra
ocasión la pequeña excursión a pie que nos llevaría al mirador de La
Risca y sus paredes verticales. Una
buena cuesta nos da la bienvenida a la localidad de Valdeprados, que ya hemos visitado
en otras ocasiones.
La
torre de los condes de Puñonrostro, la Iglesia de Santa Eulalia de Mérida, las
esculturas del escultor Luis Sanguino… Mucho
que ver en una visita más pausada.
De
nuevo, caminos rurales entre fincas cuya hierba ya ha sido segada o está a
punto de serlo por acusar la falta de agua. Campos
faltos del color y vida recordados por estas fechas.
Una
parada antes de ascender hasta Ortigosa del Monte, a la mitad de nuestro
recorrido, donde pararemos a coger agua. Y desde
aquí hasta Otero de Herreros, al pie del macizo de la Mujer Muerta,
con vistas a la antigua explotación de mina de cobre en el Cerro de los
Almadenes, que data de época romana.
Tenemos
por delante un precioso recorrido siguiendo los márgenes del arroyo de la
Escoria y del Quejigar, para superar con éxito un corto y duro
repecho antes de enfilar de nuevo hacia Valdeprados y entrar por otro de
sus costados.
Seguimos
ahora bonito recorrido cerca del cauce del río Moros hasta cruzarlo por
puente y acercarnos primero a la ermita del Rosario y de nuevo a Vegas
de Matute, para alcanzar a ver restos de antiguas minas a cielo abierto de
caolín, aunque las más restauradas nos cogen algo alejadas de nuestro recorrido
e incluso alguna se encuentra en finca privada.
Estamos
disfrutando con todo el trazado y más Ángel, si cabe, al mostrarnos muchos
tramos y paisajes que nos resultan novedosos y agradables de recorrer, pero su
labor de guía se ha multiplicado para evitar el extravío de los compañeros.
Al
pasar junto a la Urbanización Monte Vegas, por un no sé qué, que qué sé
yo, alguno en cabeza aprieta la marcha y el resto le seguimos y así será
durante los últimos 5 kms que nos restan a pesar de los toboganes que
encontramos, dando muestras de que hoy hemos rodado algo reservones y
disfrutando más del trazado.
De
nuevo en Zarzuela del Monte, en tierra de “machoteros”, felicitaciones,
abrazos, las bicis a buen recaudo y aseo apresurado para acudir a tomar unas cervezas
con excelentes aperitivos a Casa Campana, magnífico colofón de ruta.
