La vida no es un deporte de mirones. Si
pasas el tiempo observando, verás tu vida pasar y tú te quedarás atrás
Hoy nos
desplazamos a la zona occidental de la Comunidad Autónoma de Madrid, en la
Sierra Oeste, para fijar nuestro punto de encuentro y línea de META en la
pequeña localidad de Navalagamella.
AlfonsoyAmigos vertiente madrileña
Sin la
intervención de la bíblica Salomé y sí de “motu proprio”, hoy ofrecen sus
cabezas en bandeja: Ángel, Enrique, Ernesto, Juan, Luis
Ángel, Miguel Ángel, Rafa y Alfonso, dispuestos a afrontar la ruta que se ha propuesto.
Ruta que, Enrique
y yo debemos reconocerlo, ha sido diseñada con un corta/pega de mapas por
algunas zonas que han quedado libres de confinamiento. Del valor (que a todos se les
supone), dependerá que la empresa de hoy llegue a buen término. ¡Vamos allá!
Con el ánimo que
nunca falta, iniciamos la marcha a la salida del pueblo con un duro ascenso, a
tramos de hormigón, que rápido hace entrar en calor, aunque el día no ha
amanecido demasiado frío y el cielo claro avisa de que las temperaturas van a
subir. Un kilómetro y ya
estamos en el alto. ¡Aprovechad el descenso que ahora
llega!, pues a la vista del perfil de ruta se diría que será el único tramo de
bajada larga.
Disfrutamos a cada
pedalada, por senderos disfrutones y habilidosos entre fincas, que nos alejan
de Navalagamella y nos vuelven de regreso por el sur para coger trialera muy
complicada y con mucho desnivel, pero que salvamos con habilidad y que nos
lleva al punto más al sur de la ruta, junto al Puente del Pasadero, de origen medieval.
El ascenso se
complica, habrá que empujar en corto tramo de pedrolos y a subir para
acercarnos a los márgenes del Embalse de Cerro Alarcón, construido en 1970
sobre el río Perales, afluente del Alberche.
El sendero junto
al embalse es estrecho y muy sinuoso, resbaladizo por el barro y continuamente
te tienes que agachar para evitar ramas bajas. Descubriremos
gente acampada que aún no se ha levantado y pescadores que, esos sí, han
madrugado mucho más. La verdad es que no disfrutamos de
las vistas del embalse, pues no puedes dejar de estar pendiente del camino.
Cruzamos la
pantalla y no queda más remedio que afrontar un durísimo rampón que ya hicimos
en descenso en alguna otra ocasión. Nuestro track nos
llevaba con giro a derechas, pero descubrimos carteles que anuncian claramente
que se trata de fincas privadas que prohíben el paso.
Pues nada,
seguimos adelante por pistas y nuestras pedaladas nos llevan de nuevo a
Navalagamella-este, a zona de abundantes bunkers, aunque los primeros los
obviamos por ser ya conocidos.
Atravesamos
dehesas que han recogido agua con bastante avaricia, muy agradables a la vista
pero por las que nos cuesta evitar mojarnos los pies y más algunos como Ángel y
Miguel que no se han percatado de la profundidad de algunos charcos y Luis
Ángel que, como un niño, se mete directamente al agua una y otra vez.
Nos encontramos de
frente con la “Casa Fortificada” (posición Calvario) que indican los
mapas.
Notas: “Navalagamella fue conquistada por las tropas del
coronel Monaterio en noviembre de 1936, permaneciendo desde ese momento en el
bando nacional. El avance no siguió y el frente quedó establecido en el río Perales. Durante la batalla de Brunete, en julio de 1937
el pueblo fue base de concentración de tropas nacionales y por ello fue
bombardeado varias veces. La fortificación con obras ligeras se emprendió desde
el primer momento, pero las obras hormigonadas son más tardías. En concreto
estas de la posición Calvario están documentadas a partir del mes de
enero-febrero de 1939. Es posible que no llegasen a acabarse dado lo avanzado
de la fecha y el final de la guerra el 1 de abril. Asociación Española Amigos de los Castillos
Tomamos un tramo
de la Cañada Real Leonesa. Si, la misma que todos conocemos que pasa por San Rafael (Segovia),
justo antes de coger la Senda del Arroyo
del Molino del Hondillo, los 2 kms más duros de todo nuestro trazado, por
recorrido muy pero que muy complicado y con mucho desnivel que a todos tensa
los músculos, los de las piernas, los de los brazos y los de esas lumbares que
ya se quejan en más de uno.
Da gusto ver a los
compañeros en pleno esfuerzo, avanzando sin queja y con fuerte voluntad,
superando la prueba metro a metro. No es para
contarlo, es para verlo. Verdadero orgullo.
Después, caminos
rurales, dehesas, más agua, con los campos repletos de rebosante verde que
parecen formar parte de bellos lienzos de color. El Cordel de los
Enebros, el Cordel del Puente de San Juan y atravesamos la localidad de Fresnedillas de la Oliva (que a lo mejor recuerda Nacho).
Se rueda rápido, más
que con ganas… eufóricos; el final está próximo pero no nos importaría
ir más allá. Todo resulta fácil después de lo ya
recorrido y aún queda un giro a la izquierda y un ascenso que parece llegar de
manera gratuita, como si no viniera a cuento, pero que nuevamente se deja atrás
con desparpajo.
Tal vez no sea
esta una de las mejores crónicas y acaso no haga justicia a lo acaecido, pero sí
ha resultado una magnífica ruta en la que la buena temperatura y el sol se han
aliado a este Grupo de intrépidos para que disfrutáramos una excelente mañana.
Nuestro recuerdo y
fuerte abrazo para la vertiente segoviana y para los amigos que continúan
confinados.