MTB desde El Muyo al Hayedo de la Tejera Negra
Llevamos días pensando en la ruta que nos espera el domingo y
los nervios nos van invadiendo el cuerpo como si fuéramos novatos en estas
lides.
Fotografía de Luis Ángel |
Pero es que no es una ruta más, es otro Rutón MTB con
AlfonsoyAmigos.
Muchos compañeros y amigos serán los que quieran acudir, pero
solo unos privilegiados lo conseguirán finalmente, aquellos que hayan logrado encajar
los deseos con los compromisos laborales o familiares.
Preparando la marcha a la entrada de El Muyo |
Sabemos que habrá desplazamiento de kilómetros y que al final
de la ruta tendremos el premio (porque lo
es) de comer juntos... pero también que nos veremos obligados a madrugar.
¿Madrugar he dicho? Alguno llegará a pensar que lo que ha
hecho ha sido trasnochar porque dormir, lo que se dice dormir, ha dormido poco.
Por las calles de El Muyo |
Desde Madrid, El Espinar y otros puntos partimos hacia Riaza,
donde hemos quedado para tomar café juntos. Algunos ya optamos por desayunar sobre
las 5 de la mañana, pero a estas alturas seguro que hemos hecho la digestión y
el cuerpo reclama otro cafetito y una barrita de pan bien tostada.
Santi y Belén |
Buen ambiente a primeras horas y ganas de empezar la ruta...
aunque hay quien aún se despeja la cara de legañas.
Lourdes ve como se alejan Patrick y Ángel |
Tenemos que lamentar las bajas de Miguel, que no ha podido
acudir por una lesión y Juan (el
del termo) que lo intentó hasta último hora, pero allí nos encontramos:
Andrés, Ángel, Belén, Enrique, Ferluy, Fernando, Juan Carlos,
Lourdes, Luis Ángel, Luis Ángel Jr., Patrick, Samuel, Santi Calleja, Toño y
Alfonso.
Juan Carlos en pleno esfuerzo |
Unos kilómetros más en coche hasta El Muyo y aparcamos a la
entrada del pueblo. No queremos bloquear el paso si dejamos los coches en el centro de
una localidad tan pequeña.
Mañana con cielo cubierto y ambiente fresco. El sol apenas se
dejará ver unos minutos en toda la ruta. Ángel y Patrick se han atrevido a
venir de corto pero el resto casi viste de invierno riguroso. Belén hará uso
de algunos artilugios calienta-manos, más o menos efectivos.
Satisfacción después del duro esfuerzo |
Cuesta que arranquemos todos juntos, pero no importa, sabemos
que nada más salir del pueblo nos vamos a encontrar con unos de los tramos más duros
de la jornada y preferimos ir avanzando.
El primer rampón es superado con bastante esfuerzo, pero nos da animos para afrontar el segundo.
Luis Ángel Jr. |
El entusiasmo era grande, pero el repechón es de armas tomar
y verá a los miembros de este grupo intentarlo a tramos, cada cual en la medida
de sus posibilidades, dejando que el aliento vuelva a las gargantas o que las
piernas se recuperen. Me alivia ver que Juan Carlos lo consigue, tal vez con
mis gritos de ánimo, pero no sin sufrir.
En apenas 1,8 km hemos pasado de una altura de 1.270 m a
situarnos en el Collado del Puerto de
los Infantes a 1.484 m que delimita las provincias de Segovia y
Guadalajara.
Corre el aire fresco pero se hace obligado reagrupar y
felicitarnos por el primer esfuerzo. Ya alguno comenta: ¿No era una ruta
rodadora? – no te preocupes, que vas a rodar.
Se agrade el descenso que nos proporciona la ruta, aunque el sudor por el reciente esfuerzo se
queda frío en el cuerpo .
Y seguimos por pista en suave ascenso, que permite rodar con
fluidez e incluso mantener conversación. Recuerdos aquí y allá de anteriores
excursiones.
Momento de desvío. Hay que abandonar la pista, cruzar una
zona de hierba húmeda y dejarnos caer por trialera, tal vez de uso poco
frecuente a juzgar por lo cerrada que se encuentra por la vegetación. Mucha
pizarra suelta, ramas, piedras, un tronco caído que nos obliga a doblar el
espinazo para pasar por debajo y algún amago de caída.
Sanos y salvos para situarnos junto al Río Lillas, que estamos obligados a cruzar. La habilidad de cada
uno le permitirá situarse al otro margen habiéndose mojado más o menos los pies.
(Yo acabo metiendo un pié en las frías
aguas). Por aquí, recordamos, hizo la “cucaracha” Santi hace dos años.
Estamos en pleno Parque
Natural del Hayedo de Tejera Negra. La zona es espectacular y llama la
atención a los compañeros que no la conocían, aunque no dejaran de sorprenderse
en todo el recorrido.
Multitud de arroyos fluyen hacia el río que acabamos de
cruzar y aunque se trata de zona de aparcamiento del Parque, las vacas se
extrañan de ver que somos los únicos humanos que se han acercado a saludarlas.
Y todo lo que se baja... Tomamos pista en ascenso y el grupo
se estira. Parece ser que hay quien quiere ponerse un poco a prueba ¿verdad
Andrés?
Pero tomamos giro a la derecha y los veteranos avisamos de
que ahora no conviene tener alegrías, ya que el tramo en subida es largo y
además “picará”.
Fernando mete la mano en su particular bolsa de
avituallamiento (o de golosinas), que
ha traído bastante cargadita. Le veremos en más ocasiones hacer el mismo
ritual.
Andrés y Lourdes en busca del sol |
Pequeño descanso, un pis y pista arriba, de momento
agrupados, pero el largo y duro recorrido irá pasando factura.
Cuando los primeros alcanzan el cartel forestal de madera que
anuncia el Parque, el grupo ya se habrá estirado bastante, pero varios
compañeros, los más fuertes, regresarán en busca de los más rezagados.
Se convertirá en práctica habitual durante toda la ruta y así veremos en muchas ocasiones a compañeros adelantarte para volver a bajar a los pocos minutos.
Se convertirá en práctica habitual durante toda la ruta y así veremos en muchas ocasiones a compañeros adelantarte para volver a bajar a los pocos minutos.
Estamos en el Collado
Hornillo a 1641m (nombre que no
resulta desconocido ¿verdad?). Desde este punto parte una senda hacia el
hayedo principal, pero tengo entendido que su acceso está restringido y
prohibido para las bicicletas. No obstante, no encontramos ningún control o guarda forestal en la zona.
La nieve se deja ver en las cumbres de los montes que nos
rodean, pero hoy no estará a nuestro alcance.
Y como si de una montaña rusa se tratara, ya que estamos
arriba... volvemos a descender por pista rápida flanqueada por preciosos
robledales hasta desvío a la izquierda que, con bastante desnivel y precaución,
nos lleva a vadear el Arroyo del Hornillo que da paso inmediatamente a otros
dos fuertes rampones.
No se puede decir que no lo hayamos intentado todos con
esfuerzo, pero la intención no siempre es compensada con el triunfo y si con el
sufrimiento.
Seguimos cauce del Río
de la Hoz con paisajes que enriquecen nuestra vista, pequeños arroyos
fluyen aquí y allá.
Ferluy tendrá un enfrentamiento con algún tipo de insecto
volador grande no identificado, pero se ve que la cabeza de nuestro compañero
es más dura que la del pobre animal que revienta dejando escapar algún líquido
viscoso y asqueroso. Las aguas claras, muy claras del río, le ayudarán a
lavarse la cara.
Los kilómetros se acumulan en las piernas y aún atravesamos
zona con toboganes que darán paso a ascenso continuado de regreso.
Ahora más que nunca los más fuertes harán como los
ascensores... subir y bajar y otros intentaremos quedarnos con los más rezagados
para hacerles la subida más llevadera.
A estas alturas y cuando ya quedan pocos kilómetros aún vemos
a Luis Ángel Jr. marchar en cabeza, sin haber hecho ascos a ningún rampón.
Hay un tramo en suave descenso que permite dejar que las piernas se nos aceleren. Así nos lo relata Enrique, que durante toda la ruta ha ido avisando de los desniveles que teníamos por delante... todo un lujo.
Y alcanzamos de nuevo el Collado del Puerto de los Infantes, estamos deseando volver a la provincia de Segovia.
Tres o cuatro compañeros esperan al resto, pero Luis Ángel Jr.
avisa que no se encuentra del todo bien, tal vez se haya quedado frío
esperando.
Pero ahora tenemos un descenso prolongado y El Muyo se
encuentra a la vista.
Si la pendiente era dura para subir, ahora es peligrosa para
bajar y solamente los más atrevidos se lanzarán confiando en sus frenos.
Pero ojo, que quedan los últimos 400 metros duros, que no
lo son por un excesivo desnivel, sino porque las piernas ya buscan tomar un descanso
merecido.
Unos subiremos sin problemas, otros con más esfuerzo y... Luis Ángel Jr. ha puesto pie en tierra (¿?).
Juan y Luis Ángel bajan a su encuentro. Parece ser que el
malestar antes anunciado ha ido a más, no se sabe si el hombre del mazo le ha visitado.
Con sus compañeros de apoyo y con los gritos de aliento desde
arriba, Luis Ángel Jr. logra alcanzar la cima montado y todos lo celebramos con
júbilo.
Fernando y Andrés |
Por mi parte demoraré algo el regreso, pues he tenido un
picotazo en la cubierta delantera, se sale el líquido de la tubeless y pierde
todo el aire que le metemos. Con ayuda, siempre con la buena ayuda de los
compañeros, llegaré a El Muyo.
Y tras las felicitaciones y el aseo personal obligado,
partimos disparados hacia Riaza, donde nos espera una mesa puesta y unos asados
que serán pretexto para que pasemos todos más tiempo juntos.
Luis Ángel Jr. se retira en silencio al coche, su
estómago se ha cerrado y prefiere descansar. ¡Recupérate pronto, necesitamos tu entusiasmo!
Nos quedamos con esta pena y en contrapartida con la alegría
de otra formidable ruta compartida con AlfonsoyAmigos.
AQUÍ puedes ver el vídeo de Luis Ángel JR.
Pincha AQUÍ para ver el vídeo con las fotos
Reportaje extenso, pero la ruta merecía la pena ¿no es así?
AQUÍ puedes ver el vídeo de Luis Ángel JR.
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Reportaje extenso, pero la ruta merecía la pena ¿no es así?