Se publicó la convocatoria en el
Blog, se realizaron réplicas en Facebook, Twiter e incluso se mandó un
WhatsApp, pero todavía hay alguno que te llama a primera hora de la mañana para
pedir confirmación de la hora.
No, si la culpa es mía porque no informo
adecuadamente. Estoy pensando en realizar también publicación en el BOE, ahora
que se ha unificado con los Boletines de la Provincia.
Y estoy preocupado, porque oficialmente
no he acudido a la ruta o, por lo menos, no ha quedado constancia de ello. No aparezco
en ninguna foto y esto ya empieza a preocuparme. Se supone que Juan nos ha
sacado dos fotos de grupo pero ¿dónde andarán? No aparecen en la cámara. Vaya
usted a saber qué botón es el que ha apretado el espabilao. ¿O es un complot?
A ver si va a resultar que lo he
soñado todo...
Aunque yo aseguraría que he pagado una ronda de cervezas.
No se,
no se, tengo serias dudas.
Lo dicho, estoy francamente
preocupado, pues empieza a ser habitual mi falta de presencia en las fotos.
La
próxima vez me llevo unas de carnet hechas en casa.
Por otra parte, el tiempo no
andaba de nuestra parte y han sido varios los que se han debido echar para
atrás a última hora, pero hemos tenido suerte y salvo por unas gotillas
puntuales nos hemos librado de mojarnos.
Estoy pensando también en poner un
servicio novedoso a disposición de todos: Cada fin de semana se entrará sigilosamente, como Reyes Magos o Papá Noel, en el dormitorio de los indecisos, para una vez
junto a su almohada decirles con voz muy suave y arrulladora... “sigue
durmiendo, que está llovieeeennnndoooo” o, por el contrario, “levántate desgraciaoooooo, que ha parado de lloveeeeerrrr”.
Eso sí, el que se acoja a este
servicio y otros que están en estudio, pagarán un módico precio mensual y tendrán derecho a ver dos partidos gratis de
la
Champions League.
El frío, lluvia en ocasiones y sobre todo el buen comer y
beber de estos días pasados, están dando al traste con toda nuestra formidable
forma física de un par de meses atrás. El año pasado éramos otros, se nos veía
con más alegría, disfrutando de cada ruta, pero este año que acabamos de estrenar
es diferente.
El relieve de la ruta puede asustar a primera vista, pero lo que realmente asusta es ver como nuestras
cabezas se animan fácilmente con la propuesta de formidables rutas, largas y
duras como las de antaño que están en nuestra memoria, pero el cuerpo, ese
cuerpo que se nos ha quedado últimamente, se resiste a dar una pedalada de más
y las que se obliga a dar es a costa de un sufrimiento extremo.
Solamente algunos privilegiados
se escapan de sufrir esta terrible transformación de “Quiero y no puedo” y “si
hay que ir se va, pero ir pa naaaa”.
Hoy he tenido como compañeros (e
insisto en que yo también he ido), a Iraitz, Javier, Jorge, Juan, Santi Calleja
y se ha unido por primera vez Toño de Otero. Tenemos suerte, solo se nos une buena gente. Esperamos verle en más ocasiones.
Teníamos una primera intención de
coger la Cañada Leonesa y alcanzar el Camping de Peguerinos, pero de camino
para Peña del Águila ya se notaba que fallaban fuerzas y que nos habíamos
propuesto una meta harto difícil.
La posibilidad de optar por otras
variantes ha sido acogida por todos sin protesta, aunque no han estado exentas de
repechos duros.
Encontramos los senderos especialmente
peligrosos por la humedad en ramas y piedras.
El menor descuido te cuesta un
resbalón y la posibilidad de una caída.
Javier se irá al suelo en un par de
ocasiones y yo mismo una.
Además, el regreso es más duro y
pesado, más peligroso. La última corta de pinos que se realizó en la zona de
Campanillas, Cerca Montosa y márgenes del Río Gudillos, más la lluvia caída en
estos días, ha dejado todas estas zonas llenas de barro, surcos y ramas
abandonadas. Se han creado nuevos arrastraderos y el carenado de las máquinas pesadas
Caterpillar ha dejado tremendas huellas.
Suponemos que el tiempo y la
naturaleza curarán tantas terribles heridas, pero ahora da mucha pena encontrarte de esta
manera los senderos que meses atrás estaban cuidados y eran perfectamente
transitables.
Cuando llegamos a Las Farolas,
llenos de barro por las últimas zonas, se nos unen Fernando y Galo, para
celebrar juntos la salida. En ese instante sí se pone a llover fuerte y los que
regresan a El Espinar tendrán que soportarlo.