No se si se hará patente o no,
pero siempre procuro que los actores principales de esta “obra” sean mis
compañeros, que disfruten de cada salida que propongo y se queden con ganas de
volver.
Pero hoy ha sido diferente, el protagonista de la salida y muy a mi
pesar he sido yo.
Toño avisó de que sería su última
salida con nosotros durante una temporada y Santi Fernández tenía muchas ganas
de conocer una ruta diferente de lo habitual.
La propuesta fue clara, salir
desde
Cercedilla, subir por el
Sendero Cospe,
Camino de los Campamentos,
Camino
de la República y alcanzar el
Puerto de la Fuenfría para, desde ahí, ofrecer
unas variantes no conocidas por la mayoría.
Yo tenía tantas ganas o más que
el resto de los amigos, pues siempre tengo un plus de alegría cuando compruebo
que les gustan las rutas que propongo, pero si hubiera pensado con la cabeza,
tal vez habría tenido que desistir de la salida. Me explico.
Llevo un par se semanas con
problemas en el amortiguador trasero de mi “burra”, lo que me cambia totalmente
la geometría del cuadro y me produce fuertes dolores lumbares.
Ya me pasó
subiendo a
Pasapán.
Además, el continuo uso de los frenos en nuestras últimas
rutas, me ha provocado el alabeado de los discos y no hay forma de rodar sin
que rocen las pastillas y marche siempre retenido.
¡Un asco! Estoy pendiente de
hora para una puesta a punto exhaustiva.
Hándicap que tenía asumido al
salir hoy, pero no contaba con la guinda del pastel...
Desde el primer momento se ha
notado más calor de lo habitual, pero casi toda la ruta se ha realizado a
cubierto del sol y por zona muy arbolada.
Nos hemos acordado de Daniel,
realizando su ruta por
Pinto, Je Je.
Charla animada durante la primera
parte del recorrido y se nota que la corta salida de ayer ha venido bien para
algunos.
Santi F no conoce el ascenso hasta el
Puerto de la Fuenfría, a donde
llegaremos bastante agrupados.
Javi “Galo”
va pendiente en todo momento de que el grupo permanezca unido.
Toño se acuerda de que la vez
anterior lo pasó mal en esta zona y Javier B marcha pletórico.
Ahora viene la sorpresa. Después
de recuperarnos en la fuente, seguiremos por sendero principal (Smith) que nos hubiera llevado hasta el
Puerto de Navacerrada, para abandonarlo por la izquierda y coger el
sorprendente Carril del Gallo.
Requiere de una habilidad
especial, pero ya nos estamos haciendo muy expertos en trialeras y negociamos
todo el sendero sin más incidentes que algún mal trazado sin consecuencias.
Al final del Carril nos espera la
pista
Circular de Valsaín, que nos llevará a tomar parte de la
Carretera de
Navacerrada (ladera segoviana), a la altura de las siete revueltas, ¿o son más?
Y continuar pos pistas forestales, que cada vez adquieren mayor desnivel.
No voy fino, lo noto hace rato,
pero aquí es donde llega mi “guinda de pastel”. No se si de repente o poco a
poco, me invade un calor fuera de lo habitual, que el agua de mi camel-bak no
me ayuda a aliviar y siento que las fuerzas de las piernas me abandonan a
marchas forzadas.
Tengo que reducir el ritmo, pero
coincide con los 4 kms más duros y mi cabeza, que parece va a explotar de
congestión, me aconseja parar.
Ahí se encuentra Javi “Galo”, a
mi lado.
Increíble ver cómo es capaz de subir a una sola mano, por la zona más
pedregosa y complicada empujándome.
Un lujo tenerle junto a nosotros.
Los demás preocupados y les
hubiera gustado poderme echar una mano, pero creo que también andan algo
justos.
Toño me pasará un “chupito de semen de toro”, asqueroso, que me dará un
pequeño empujón.
Llegada a
Cotos, agua fresquita.
Recobramos
las fuerzas y recorrido rápido hasta el
Puerto de Navacerrada.
Descenso por el
Camino del Calvario, tal vez más pedregoso de lo habitual y últimos kms hasta
Cercedilla.
Con cervecitas y refrigerios,
Santi Calleja, pediatra pero médico al fin y al cabo, me dice que he debido
sufrir un “golpe de calor” y deshidratación, seguro.
Parece que todos han quedado
satisfechos, pero yo... he sufrido
demasiado.