Desde La Berzosa al Alto del León por Lomitos y regreso por La Jarosa

 

La Ruta sin crónica 

 

Vacaciones, una mudanza, un radio roto, una noche ajetreada y otros motivos, no confesados, los esgrimidos por los que tuvimos que faltar a la cita, pero todavía hubo compañeros que acudieron fieles

8 de Octubre de 2023

Fotos de archivo

Cuando estas palabras surgen del teclado, no ha llegado a esta redacción una crónica, mini crónica o pre crónica en la que basar el relato y ni siquiera una foto con el que documentarlo. (Enrique se apresura a mandar varias fotos).Tampoco tenemos la suerte de disponer de la nómina de asistentes y aunque aventuramos conocerla, no queremos pecar con ninguna omisión.

Relato breve y de ficción, cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia. ¿La intención? Dar respuesta a quienes se preguntan si el domingo hubo ruta, que la hubo, y en todo caso, para no dejar hueco en el calendario. 

Se dice

Que la ruta se preparó previamente, intentando aglutinar algún repecho duro, trialeras con distintos niveles de complejidad, terrenos en los que poder coger velocidad y, sobre todo, la posibilidad de realizar una escapada llegado el momento.

Se cuenta

Que los asistentes, al poco de iniciar la marcha, pudieron darse cuenta de que la ruta sería diferente a las habituales pues, desde casi el principio, pareció que se daba rienda suelta a los galgos, como en el antiguo y desaparecido canódromo de Vía Carpetana de Madrid.

Que la marcha se ralentizó algo, obligados por el desnivel, después de superar Los Molinos y tocar los límites de Cercedilla e iniciar ascenso por el Camino de La Solana y Los Lomitos. Puede que alguno batiera su propio récord.      

Que nadie desvió la vista hacia el león, el viejo amigo en el Alto, pues la marcha proseguía hasta la fuente de Las Hondillas. 

Se rumorea

Que aún restaba algún repecho que superar antes de coger desvío hacia el Cerro del Cebo de los Lobos.

Que las trialeras de antes y después de superar el Cerro de los Hornillos seguían donde siempre, tal vez con el terreno más seco, más roto, más pedregoso y se formaron dos grupos, puede que tres, con distinto nivel de arrojo para solventarlas.

Que, llegados al merendero y el aparcamiento del esquilmado embalse de La Jarosa, se presentó la posibilidad de llevar el track marcado a término o recortar por la vía más rápida hacia Guadarrama. Parece ser que la opción fue “fuenteovejuna”, no separar el grupo. 

Se chismorrea

Que algunos atléticos llegaron al Metropolitano antes de que extendieran el césped. 

¡¡Aúpa Atlético!!

La Garganta del Río Moros... tiene cosquillas

 

Cada año, somos muchos los ciclistas que esperamos con cierta ansiedad el poder ver en el calendario el día 1 de Octubre

Es la fecha en la que abre sus puertas, al acceso libre, la Garganta del Río Moros, entrañable, familiar, acogedora, pero hoy vamos a intentar buscarla las cosquillas.

En el aparcamiento de Renfe de La Estación de El Espinar nos damos cita: Andrés, Ángel, Fer, Luis Ángel, Nacho, Rafa y Alfonso…, no, espera, que hoy se nos une por primera vez JuanRo, que con su flamante e-bike, quiere darnos réplica.

Entrando a La Panera se nota algo de fresquillo matutino a lo que ayuda el agua que discurre por el río Moros pero, aviso: Tranquilos que pronto vamos a entrar en calor.

Iniciamos ascenso que puede parecer duro al principio, pero veo que mis compañeros lo afrontan sin problemas e incluso se diría que disfrutando, dejando escapar además palabras de admiración por el entorno.

Delante de nosotros el Pino Cardosillo, (o pino de Esteban) que suponemos sigue ostentando el título del de mayor diámetro de la Garganta. Buen lugar para un breve descanso y la toma de unas fotos.

Poco que decir del rodar por la pista, salvo que lo realizamos a muy buen ritmo, con alguna breve parada para intentar arreglar la tija juguetona de JuanRo que le obliga a pedalear algo encogido, pero todos sabemos que debemos detenernos donde “nunca hemos hecho una foto”, en las peñas que dejan a nuestras espaldas formidables vistas al Montón de Trigo (2161 m).

Hemos dejado atrás puentes sobre el arroyo del Retamarón y el arroyo de los Horcajos y más adelante el discurrir de las escasas aguas de los arroyos de los Hornillos y del Patarro. Estamos en la ladera de la Pedriza del Gamonal.

Ya tenemos a la vista el embalse de El Espinar o del Vado de las Cabras pero dejaremos la pista para acercarnos a vadear y no será la última vez, el Río Moros y ascender hasta el altiplano de Las Barandillas.

Dicen, que ver unos paisajes a través de los ojos de quien los ve por primera vez es como conocerlos de nuevo y Juan nos ha dado oportunidad de ello con sus caras de sorpresa.

De nuevo en la pista, dejando para otra ocasión el endiablado ascenso al collado de Marichiva y sin que ninguno se detenga a coger agua en la fuente de la Chispa.

El refugio de La Vaqueriza, con su preciosa ladera de verde vivo en estas fechas, pero seguimos hasta el puente del arroyo Gargantilla para descender por nueva pista hasta tomar desvío que nos llevará hasta el abandonado chozo Madrid.

Decenas de senderos que van discurriendo bajo nuestras hábiles ruedas, que esquivan una y mil ramas secas caídas fechas atrás, obligándonos a evitar el menor descuido para no acabar por los suelos.

Alternancia constante de sendas y pistas que a alguno le hace perder el sentido de nuestra localización, pero no hay extravío, pues procuro ir en cabeza sin perder de vista a los que marchan algo rezagados.

A lo largo de la mañana hemos superado duros desniveles, entre el 10 y el 17%, pero ahora, cuando en las piernas se acumulan 30 kms recorridos y se podría pensar que llega lo fácil, parece plantarse delante una “pared”. Algo más de 100 metros al 17% por un cortafuegos, pero no escucho ninguna queja, sólo palabras de ánimo.

Estamos en la zona de Navalatienda, allá donde Guillermo del Toro decidió rodar la espectacular escena del descarrilamiento de un tren en la película de El Laberinto del Fauno en 2005.

Un camino forestal, inédito para la mayoría, ayuda a bajar pulsaciones y a disfrutar de los parajes hasta alcanzar la ladera de La Vaqueriza y descender, siguiendo apenas una senda de vacas, hasta un río Moros que se deja de nuevo vadear sin problemas.

Ya no hay pérdida, sólo hay que dejar que las bicicletas casi rueden solas regresándonos hasta La Estación.

Creo que la ruta de hoy, bien sea vista desde los puntos más altos alcanzados o dejándose recorrer por senderos entre pinos, ha sido un auténtico regalo para la vista, pero no tengo claro si mis compañeros son inmunes al sufrimiento o es que la ruta y el esfuerzo les ha merecido la pena.

Desde El Espinar a Las Tres Provincias recién inaugurado el otoño

 

El mundo que nos rodea anda revuelto… un privilegio encontrar un lugar donde poder practicar tu deporte favorito y olvidarte de todo, sí, de TODO

Ha dado tiempo a que se nos secaran los calcetines por las lluvias del domingo pasado y hoy se presenta un día diferente. No te abrigues demasiado o pasarás calor.

En El Espinar, con más animo que en la escapada anterior, aun siendo grupo muy reducido, nos presentamos: Andrés, Enrique, Fer, Juan, Santi y Alfonso.

Se pudo arrancar con puntualidad para dirigirnos hacia las proximidades del Arco de Santo Domingo y la cantera de Navalvillar, como ya hicimos la semana pasada, pero con otra climatología.

Poco más de 10 kms recorridos, pero más de uno aprovecha una breve parada para despojarse de ropa de abrigo antes de iniciar el largo ascenso.

A nuestra derecha el Club de Golf de El Espinar, de campo rústico, y alguna vieja estructura de antiguo vertedero del que, afortunadamente, la zona degradada se intenta recuperar con la plantación de árboles autóctonos. Pero mientras das pedales por la dura cuesta, apenas puedes girar la cabeza a derecha o izquierda.

Tomamos la Vereda de los Serranos, dura, de unos 2 kms, que nos acercan a cruce por el que hemos ascendido en otras ocasiones y después, la vereda continúa y nosotros casi escalando por ella, con el suelo muy pedregoso, roto y con zanjas que tienes que ir sorteando con habilidad sin despegar la vista de la rueda delantera y apenas dos metros más allá. Yo me pego a Enrique y lo logramos con éxito.

Una puerta, otra puerta, que abrimos y dejamos de nuevo cerrada; el refugio y la fuente de la Majada de los Lobos donde apenas me detengo un instante para una foto, Enrique sigue adelante y parto tras él.

El camino sigue pedregoso, suelto y peligroso, muy incordiante, pero solamente nos detenemos al alcanzar el murete de piedra junto al Mojón de las Tres Provincias (1568 m), (Segovia, Ávila y el enclave madrileño).

OJO, No confundir con:

El Mojón de las Tres Provincias o Pico Tres Provincias (2495 m, digo bien) que se encuentra entre las provincias de Cantabria, León y Palencia.

Pico Tres Provincias, donde Guadalajara, Madrid y Segovia se dan la mano.

Ahora sí, reagrupamos, barrita y fotos de recuerdo en las que no aparezco, aunque estuve con mis compañeros y aprovecho para realizar propuesta que se sale del track previsto, pero ya se sabe: “Por mi vale, pero fulanito hoy no va fino…” “Lo que tu quieras, yo me conozco la zona…” Uyuyui… Tres “tu verás” y somos seis. Mejor seguimos con el trazado previsto.

Pista forestal muy rota con algo de desnivel, pero lo duro ya ha pasado y nos aproximamos rápidos al Collado de Las Lagunas y antes a las lagunillas, que al día de hoy han recuperado algo de agua.

Recorremos a muy buen ritmo el sendero de Las Municiones, dos kilómetros que ahora, con la de veces que lo hemos recorrido, nos parece cada día menos complicado y disfrutón. La parada es obligada ante el último tramo antes de dejarte caer cuesta abajo, menos resbaladizo que hace unas semanas, pero con zanjas que hay que superar.

Muy cerca del chozo y la fuente de los Arteseros cogemos nuevo sendero, el de La Canaleja, más divertido y disfrutón, hasta cruzarnos con el Camino del Ingeniero. El arroyo de Prado Goyato nos marca el desvío y último descenso hasta la pista forestal, muy cerca de la fuente de Las Barrancas.

Es relativamente pronto pero ya ninguno pensamos en atacar nuevos repechos y menos cuando durante toda la mañana hemos disfrutado de un tiempo y de unos paisajes espectaculares. Se ha echado de menos al resto de compañeros, pero las cervezas, en la Plaza de La Corredera de El Espinar, van A LA SALUD DE TOD@S.