De San Rafael salimos a las 8,30 con el coche de Ferluy. Llegamos a Collado pronto y esperamos a Jorge calentando un poco. Ya todos juntos salimos por su misma calle en descenso y pronto giro a la derecha por la “Senda Entretérminos”, para después coger la “Vereda de los Molinos” y la “Cañada Real de las Merinas”. Hay que esquivar lagunillas y charcos enormes que en muchos casos están helados. Caminos que se entrecruzan y difícil de encontrar el camino correcto si no lo conoces con antelación (Jorge nos guía con precisión). Paso a través de alguna urbanización y nuevos caminos. En uno de ellos dejaremos a la derecha la entrada de una finca grande que pertenece a las “Hermanitas de los Pobres”.
Jorge lleva buena marcha, está con ganas, y a mí me cuesta seguirla. Lo achaco al golpe recibido con la caída de ayer, pero el caso es que lo paso mal a cada pedalada. Los Fernandos van bien, ruedan sin problemas.
Paso bordeando centro de hípica, caballerizas y fincas ganaderas. Muy cerca de “Los Molinos”, llegamos a la “Ermita de la Virgen del Espino”, que desde 1962 se alza sobre un mogote granítico con enormes vistas y que a su pié tiene una fuente de abundante caudal. Giro a la izquierda y varios repechos muy duros, siempre con terreno blando y en muchos casos embarrado. Llegamos al punto más alto de la ruta. El camino nos ofrece ahora una bonita panorámica de La Peñota a nuestra izquierda, Siete Picos de frente y La Bola del Mundo y La Maliciosa ligeramente a la derecha.
Recorrido entre vallas de piedra, en un sube y baja continuo, hasta que dominan los descensos rápidos. Abandonamos camino principal para coger variante a la izquierda que en su recorrido tiene peligro añadido por los surcos de agua y el barro. Atravesamos la “Dehesa de los Poyales” y “Las Porquerizas”, para acabar llegando a “Guadarrama” a través de la urbanización “Residencial Miranieves”. Recorrido callejeando por el pueblo hasta llegar a coger la “M-623” que nos llevará de vuelta a “Collado Mediano”.
Voy tras Jorge en cabeza, que me va marcando el ritmo, y nos siguen los “Fernandos”. Es Jorge el que, al rato, vuelve la cabeza y les echa en falta. Les vemos muy lejos y esperamos. Acabarán contando que han tenido los dos una caída peligrosa al engancharse las dos bicicletas. Algún golpe y rasponazo, que podía haber sido más grave al caer en la calzada, pero seguimos camino. Después de pasar rotonda el ritmo aumenta, ya se saborean las cervezas, y apretamos con las fuerzas que nos quedan hasta llegar a Bar-Restaurante donde daremos buena cuenta de los gines y los aperitivos abundantes que nos sirven. Ah!, Fernando se vuelve a pagar una ronda.
Ruta estupenda que habrá que repetir.
Ruta estupenda que habrá que repetir.