No podremos decir que no nos advirtieron
Ya
de mañana, de camino hacia Las Navas del
Marqués, el coche marcaba una temperatura fuera de lo habitual, ¡malo! Cuando salto de Segovia a Ávila por el
Puerto de La Lancha, los molinos de
los numerosos parques eólicos instalados en la cresta parecen ofrecer sus
grandes aspas para paliar el calor.
Puerto de La Lancha |
Para
el encuentro e inicio de ruta hemos elegido una plaza tranquila de la localidad
anfitriona, en la que aparcaremos sin problemas junto a mesón restaurante. Las cervezas no faltarán, pero bueno
es tener donde comer por si retrasáramos el final de ruta.
Hoy
el grupo de presentes se ha reducido. Con
las mochilas y bidones bien cargadas de agua nos hemos abrazado:
Andrés, Ángel, Enrique, Juan
Patricio, Luis Ángel, Santi y Alfonso.
No
se han atrevido a hacer doblete los amig@s que ayer participaron en la Madrid-Segovia y no podía acudir quien hoy aceptaba
reto en el que la bicicleta clásica de carretera era la protagonista. ¡Enhorabuena a todos ellos! Por sus logros y por perseguir sus
sueños e ilusiones.
Hemos
echado de menos otras ausencias… pero son fechas de comuniones, vacaciones
anticipadas y compromisos familiares varios.
Antes
de partir, se comparte la crema de protección solar. El sol ya pica a estas horas y la cosa
no va a mejorar. La suave brisa que corre sólo se dejará notar bajo la sombra
de algún árbol y, a veces, ni así.
Al
alejarnos del pueblo ya atacamos un primer repecho duro, tanto que nos llevará
de inicio hasta el punto más alto de la ruta a 1399m pero pronto el descenso
será largo y divertido.
Velocidad
alta con curvas casi peraltadas, disfrutonas y aunque encontramos algunos
repechos, casi se superan con la inercia de las bajadas.
El
recorrido, al menos en su inicio, está pensado para disfrutar y mucho. Se nota
que quienes lo han preparado conocen bien la zona y no quieren dejar de enseñar
lo más atractivo de cada lugar. Los tramos más pedregosos se superan bien.
En
esta zona se suspendió hace dos años una marcha por el frío, y dura fue en otra
ocasión por el barro. Hoy
lo que toca es encontrarse los caminos y senderos muy secos, con la piedra muy
suelta y resbaladiza en la que es fácil derrapar en las curvas.
Con
la adrenalina alta bordeamos pinares y nos adentramos en ellos hasta llegar al Embalse de Ciudad Ducal, con su presa
reteniendo las aguas del Arroyo Retuerta, donde nosotros nos podemos permitir
detener la marcha para disfrutar las vistas de las aguas tranquilas.
A
las puertas de la Ermita de San Miguel
vemos varias vacas, pero estas no comen hierba, estiran sus cuellos para
alcanzar en alto la delicatesen de los frutos de arbustos.
Este
es el punto de inflexión de la ruta. Alguien
ha decidido que “el disfrutar se va a acabar” y comienzan los repechos en duro
ascenso, cuando el sol quiere además no pasar desapercibido.
Hemos superado la Cuesta de Mataborricos y regresamos a los pinares por senderillos muy secos, algunos de los cuales están muy marcados y definidos, pero los desvíos se suceden y todos parecen iguales para quienes no conocemos la zona. Algún ciclista del lugar se reirá al leer estas líneas, pero más adelante se complicará aún más el tema.
Hemos superado la Cuesta de Mataborricos y regresamos a los pinares por senderillos muy secos, algunos de los cuales están muy marcados y definidos, pero los desvíos se suceden y todos parecen iguales para quienes no conocemos la zona. Algún ciclista del lugar se reirá al leer estas líneas, pero más adelante se complicará aún más el tema.
Si
miras atrás para comprobar que un compañero te sigue, casi pierdes al que va
delante. Aunque
somos varios los que llevamos el track, hay alguna ocasión en la que los siete acabamos
casi desperdigados por un pinar en el que los arbustos y piornos no dejan ver
por encima de ellos.
Los
walkies y las voces fuertes consiguen al final que todos volvamos al redil,
pero cuesta creer que sea tan fácil extraviarse. Lo
cierto es que los GPS siempre tienen pequeños márgenes de variación y es fácil
confundirse cuando encuentras senderos paralelos muy juntos o desvíos a derecha
e izquierda.
No
queda más remedio que aflojar la marcha y optar por las pruebas de ensayo y error para seguir adelante. Nosotros conocemos bien nuestra zona,
pero me gustaría recibir los comentarios de quienes intentar seguir nuestros
tracks por los senderos de San Rafael y El Espinar.
A
mitad de recorrido se regresa a la rotonda junto a la entrada a Las Navas del
Marqués. El
calor aprieta y ahora la ruta sigue en sentido sur, pasando primero por el
Risco de los Dineros, desde donde se inicia un nuevo descenso rápido, muy
rápido y divertido.
El
trazado se complica con un descenso con bastante desnivel, donde las ruedas resbalan sin detenerse y un repecho que nos
esforzamos por superar montados sobre las bicis y que tal vez alguno pagará más
adelante por el desgaste físico.
Nuestras
reservas de líquido ya escasean y la vista de alguna fuente nos animará a
acercarnos a ella, pero no conseguiremos encontrar ni una con agua. Sólo alguno nos refrescaremos un poco
en el Arroyo del Valladal, por el que corre agua fresca pero que no nos
atrevemos a beber.
Estamos
atacando ya ascensos habilidosos, con temperaturas que oscilan entre los 34º y
los 36º. El
calor aprieta y aprieta y el esfuerzo no ayuda. A
la sombra apenas se nota alivio e incluso se notan bofetadas de calor.
Pasaremos
junto a la localidad de La Estación, donde una amable vecina nos llenará un par
de botijas de agua. Algo
aliviará, pero nuestras mentes sueñan con un baño en río o piscina y una
cervecita fresca.
Santi
se descuelga, el calor está haciendo estragos y reduce su rendimiento al mínimo,
pero nunca se quedará solo. Cada
vez que agrupamos, los que van a esperar buscan la sombra desesperadamente y ya
juntos es preferible seguir adelante.
Después
del último descenso, ya acumulamos más de 8 kms en continuo ascenso, sin agua y
con un sol que pica como agujas en brazos y piernas. El ritmo se ha ralentizado mucho y aún
habrá que superar otro largo y duro repecho bajo el sol implacable, pero se
animará cuando ya vemos las primeras casas de Las Navas del Marqués.
Entrada
en grupo tras un Rutón que hubiéramos disfrutado más con otras temperaturas. Hoy los abrazos parecen diferentes,
contienen un porcentaje muy alto de orgullo, propio y por los compañeros, que
se han portado como titanes.
Tras
refrescarnos y asearnos nos daremos cuenta de que hemos elegido bien el punto
de encuentro. En
el Restaurante-Mesón Elio´s daremos
buena cuenta de bocatas y cervezas que nos hemos merecido de sobra.
Nuestra ruta.
Está claro, que tan malo es el frio, como el calor.
ResponderEliminarPero a pesar de eso, vosotros afrontáis todo.
La zona del embalse muy bonita,la pena son las fuentes.Me parece demasiado pronto para que no tengan agua, ya que ni siquiera a comenzado el verano.
Lo importante, una vez más, es que con el esfuerzo y disfrute personal, se consigue la meta propuesta.
Un saludo. Charo.
Bonita ruta habeis echo sois unos craks con las temperaturas tan altas que hacia el domingo
ResponderEliminar¡¡¡Ohuuuu que caló!!! que decía aquel paisano de Córdoba.
ResponderEliminarNo estábamos en Andalucía, ni era la época para ello pero el verano nos pilló por sorpresa.
El recorrido de la ruta era asequible pero en estas circunstancias ir con la batería floja es lo que tiene (terminas con el 2 % al final de la ruta). Gracias amigo Alfonso por tu fiel compañía en esos momentos de flojera.
Y como no agradecer a la buena samaritana que al paso por la puerta de su casa se apiadó de los sedientos y nos rellenó las botijas de agua. Menos mal que no nos ofreció la piscina, que si no a estas alturas seguimos allí.
Un saludo para todos.
A este paso, Alfonso, te vas a acostumbrar a las altas temperaturas. Te estoy viendo cambiándote de pañuelo cada 2x3. Gracias por la mención a la bici clásica y enhorabuena a los que completaron la Mad-Seg.
ResponderEliminarUn saludo.
Enhorabuena por tu participación en esa carrera clásica por tierras riojanas, ya nos contarás más detalles.
EliminarEnhorabueno al grupo por superar esta ruta con t° caniculares... juntos siempre se supera todo: frio, barro, calor...
ResponderEliminarUn abrazo
Y lo mismo digo para los Madrid-Segovianos (Eva, Antonio y tú mismo). Algo de calor también pasasteis me imagino.
EliminarCalor!!! Más que calor diría, fuego y, comentando lo peligroso del terreno, por su sequedad extrema y la resina qué manaba continuamente de los pino y, por sus burbujas de calor, a mí me dejaban perplejo..leemos que muy cerca de allí, un incendio terrible se declaró ayer.
ResponderEliminarEn días como los de ayer, se ponen a prueba muchas cosas, pero es increíble cómo a pesar del "sufrimiento" terminamos a carcajada limpia, a pesar de divergencias,"tozudeces" y "GPSes" ( quizás debido a la calima, no "funcionaban" correctamente).
Pero se curó todo, por fin, con un bocadillo de "CALAMARES"...
Sed Felices. Un abrazo, tibio.
Esta ruta de los 101 miradores siempre quedaba pendiente, pero por fin podemos decir la frase de “esta no nos la cuentan”. El hacer rutas con tanto calor nos lleva a otro tipo de sufrimiento y aprender de cómo se adapta nuestro cuerpo. Como siempre un lujo disfrutar con vosotros. Enhorabuena Ernesto por aventura con la flaca y a los amig@s que realizaron la Madrid-Segovia. Un abrazo.
ResponderEliminarCerca de la lancha existe un manantial (bajando por la carretera), en ciudad ducal hay otra fuentecilla (un poco más arriba del embalse) y otra fuente más camino a Navalperal desde Las Navas, todas con agua y todas más o menos cerca de la ruta. Igualmente habéis hecho un pedazo de ruta! Para otra me apunto, aquí otro seguidor!
ResponderEliminarNos hubiera venido bien conocer lo que nos cuentas amigo "anónimo". Muchas gracias. Ya sabes donde encontrarnos. Un saludo.
Eliminar¡¡¡Tenéis que ir pensando en hacer las rutas con coche escoba!!! Jejej
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