Nos salió por: 1 pico, 3 puertos y varias zetas…
Crónica y fotos: Patrick
Edición: Alfonso
Mientras la mayoría
del grupo de Alfonsoyamigos se ha ido a explorar las tierras de los Astures
desafiando las condiciones meteorológicas de las montañas nubladas, nos hemos
quedado varios en la retaguardia con ganas de ruta y para que no se diga he
lanzado convocatoria para una ruta por la sierra en la cual se pretende pasar
por 3 puertos, intentar subir al monte Abantos y volver bajando… por donde
podamos.
A la convocatoria
acuden solo 3 forajidos pero son ganas de dar fuerte a los pedales: Juan Pérez,
Samuel y yo mismo nos encontramos a las 8h30 cerca de la gasolinera Repsol al
final del P-29 de Villalba en la carretera de Galapagar, lugar de partida de
otras rutas del grupo.
Un rápido saludo y con
una temperatura más que agradable, empieza la ruta de aproximación a la Sierra
por cañadas y pistas que serpentean entre carreteras y urbanizaciones. Empezamos
por seguir la Cañada real de las Merinas y después de pasar por debajo de la
A6, seguimos la cañado bordeando las urbanizaciones del sur de Alpedrete. Nos
cruzamos con pequeños rebaños de cabras y ovejas que intentan pastar algo entre
la maleza ya muy seca a esta época del año.
Mi rueda delantera
me está dando aviso de que algo va mal y va “flaneando” y efectivamente
descubrimos el pincho de una zarza clavado en la cubierta: Acto reflejo, miramos
para atrás a ver si aparece Juan “Platón”, nuestro amigo mecánico oficial pero
no oye nuestra llamada desde Asturias y nos ponemos mano a la obra. Como el
pinchazo no parece importante, saco el spray mágico de una conocida marca
francesa (la patria tira…) y en un periquete sello el pinchazo e hincho la
rueda sin desmontarla. Después de comprobar que la rueda no pierde aire,
reanudamos la ruta, solo han sido 2 minutos.
Llegamos a la
carretera donde dejamos la Cañada de las Merinas para enlazar con la Cañada de
Labajos que nos lleva con suave pendiente directamente al pueblo Guadarrama que
cruzamos enseguida para empezar la subida de verdad (al final son casi 20 kilómetros
de subida) que por un corto tramo de asfalto nos lleva al embalse de la Jarosa
y a sus pinares. Empieza la pista de tierra con tramos de asfalto roto que se
adentra en los pinares de La Jarosa y que tiene tramos de repechos duros que
conozco bien y que me hacen adoptar un ritmo suave; Juan Pérez que está muy en
forma y conoce la zona va delante siguiendo su ritmo con Samuel que le sigue
sin problema. Cada uno a nuestro ritmo y cuando algún tramo más llano nos
permite algún corto descanso me esperan para poder seguir juntos. Al final
Samuel como gran compañero se adapta a mi ritmo y le sigo a ruedas lo que se
agradece. A Juan le digo que no espere y sigua su propio ritmo, que es lo suyo
para llegar en buenas condiciones arriba.
Tenemos ahora
vistas al valle y al embalse de la Jarosa y a la cruz de los Caídos que asoma
desde el valle vecino.
Después de un
último repecho llegamos al Vía Crucis y aprovechamos para buscar la fuente
donde ceno el grupo en una de las últimas nocturna de Alfonsoyamigos y donde
nos hidratamos y tomamos barritas y geles.
Empieza a refrescar
y nubes del norte asoman por encima de la Bola del Mundo y de la Maliciosa, nos
ponemos de nuevo en marcha dejando el puerto de los Leones a nuestras espaldas y
enseguida llegamos a una zeta y a los curiosos restos de una estructura de
hormigón en forma de cruza, ahora caída y rota con los emblemas de la Falange
grabados en ella: Juan Pérez nos explica que se trata de las pocas cruces que
quedan y que jalonaban el vía crucis… testigos de otros tiempos.
Nos falta poco para
llegar al Collado de la Mina (1.709m), pasando antes por el collado de la Casca
(1.601m) situado entre Cabeza Lijar y el Cerro Piñonero.
Aquí hacemos una
breve parada para enseñar a Samuel la boca de la antigua mina de Wolframio que
nos enseñó Alfonso en otra ruta. Después de la foto recuerdo, empieza la bajada
hasta Collado Hornillo (1.637m) y por las trialeras y senderos Single track,
que nos llevan hasta la pista de los campamentos y donde cada uno disfrutamos a
nuestro ritmo. Samuel nos espera abajo después de haber bajado como el viento.
Ahora nos toca la
pista de tierra que pasa por los campamentos y que con su falso llaneo permite
un ritmo rápido que aprovechamos aunque en un momento tengo que bajar el ritmo
e incluso parar para estirar un rato ya que mis piernas se empiezan a quejar de
los anteriores 20 kilómetros de subida: Un poco más adelante nos paramos en la
casa de la cueva, testigo también de una foto de grupo de una ruta anterior y
después de unos tragos de bebida isotónica, de un sobre de magnesio (para mis
tirones) y de unos bocados de barrita nos preparamos para afrontar otra subida.
Nos dirigimos ahora
hacia el puerto de Malagón (1.536m) y en el camino tenemos vistas
impresionantes del Valle de Enmedio, de Ávila y de la sierra de Gredos al
fondo.
Sigo la rueda de
Samuel y pronto llega el desvió hasta el monte Abantos que tenía reservado como
“opcional”. Pregunto a los compañeros y aunque mis piernas desean bajar, Samuel
nos anima y Juan que está en magnifica forma no tiene duda; llegado hasta aquí
debemos coronar y demostrar que en Alfonsoyamigos no nos echamos atrás.
Allá vamos en grupo
y con ritmo suave por pista ancha que sigue hasta la fuente del Cerbunal con
vistas preciosas al Monasterio de El Escorial a nuestra derecha. Antes de
llegar a ella debemos tomar la senda trialera de la izquierda que empieza a
subir empinada y donde aguantamos hasta que un tramo muy roto de piedras y
raíces me hacen poner pie a tierra, seguido de Juan. Pero nuestro campeón
Samuel con pericia y contundencia sigue sin poner pie a tierra y sortea varios
tramos técnicos sin vacilar. Nosotros optamos por un tramo de empuja bici.
De repente
descubrimos los restos de una vaca que seguramente no pudo con el ascenso y se quedó
aquí pasto de los buitres y de los lobos…La montaña es muy traicionera así que
mejor ir siempre bien acompañado (¡Apúntate a las rutas de Alfonsoyamigos!) y
con un buen seguro para evitar desgracias y accidentes mayores.
Pasado el tramo
complicado volvemos a montar y por fin llegamos a la cima del monte Abantos
(1.753m) que nos regala con unas vistas espectaculares de la Sierra y de toda
la comunidad de Madrid hasta que el ojo alcance.
Toca ahora bajar y
volver a nuestro punto de partida pero sin antes disfrutar de un “dulce” que
nos pide a gritos Samuel. Bien merecido se lo tiene y optamos por bajar a El
Escorial pasando por las Zetas de tierra que disfrutamos como enanos (Samuel
más que nadie y… más rápido que nunca).
Solo nos falta llegar al pueblo,
cruzarlo callejeando y bajar por carretera hasta la pista-autopista que nos
lleva con un ritmo frenético, pasando por el camping de El Escorial, a la Casa
en ruina del Infante con sus nidos de cigüeñas.
Al final siento que
me va flaneando la rueda trasera y efectivamente va muy baja pero todavía
aguantara hasta llegar al Bar “Los Herreros” donde
disfrutamos debajo de una parra a la sombra de unas cervezas Frias y de unos
huevos duros de corral obsequio de la dueña, una anciana muy salada: la verdad
es que le hemos hecho “huevos” y después de 63 kilómetros hemos conseguido el
reto con todas sus variantes; Abantos y Zetas incluidas.
Un abrazo y nos
despedimos polvorientos pero muy contentos de nuestra expedición: toca esperar
a los compañeros Asturianos que nos contaran en breve sus hazañas…
Enhorabuena por el rutón que os marcasteis.
ResponderEliminarUn rutón que sin duda tendréis que compartir en próxima ocasión con el resto de compañeros. Nuevamente mezcolanza de rutas conocidas que dan lugar a una nueva y singular.
ResponderEliminarMiedo da por conocido el ascenso por La Jarosa y en otras ocasiones hemos descartado el último ascenso a Abantos a cambio de giro a la derecha hacia la caseta y mirador de guardas forestales.
¡¡Enhorabuena a los tres!!
Gracias amigos...la repetiremos seguro! Aunque con grupo grande se puede alargar en tiempo...un abrazo.
ResponderEliminarPatrick vaya rutón que os marcasteis.... 63 km son muchos amigos.
ResponderEliminarEsa ruta hay que repetirla con el grupo para que pasemos todos por la piedra...... metafóricamente hablando.
Me alegro mucho por vosotros.
Siento no poder acompañar en estas rutas que tanto me gustaría ir,pero dado mi forma física tan pésima prefiero ir poco a poco y reenprender mis rutas con vosotros cuando deje de retrasar el grupo y empiece a disfrutar de la bici que tanto me gusta
ResponderEliminarFernando, la única manera de coger forma es montando en bici y para retrasar al grupo ya estoy yo.
EliminarUn abrazo campeón.