Antes
de que, a través de YouTube, disfrutáramos del visionado de vídeos con proezas increíbles
realizadas con una bicicleta, la 2 de
Televisión Española emitió, hace ya la friolera de 33 años, el documental Rodando por ti en el programa Al filo de lo imposible, que al día de
hoy muchos aficionados ya hemos visto innumerables veces.
No es
el vídeo más espectacular, pero sí el que no deberías perderte.
Os dejo extractos de la narración del documental:
“No resultaría difícil recordar
cómo cada uno adquirimos la sorprendente habilidad de sostenernos y avanzar
sobre dos ruedas”
“Y no es tan complicado porque
esa hazaña viaja por nuestro cerebro con la ligereza de los juegos, nuestra primera bicicleta fue, sin duda, el mejor juguete. En medio de este mundo
ruidoso y robotizado, podemos ver cómo la bicicleta sigue siendo el juguete
preferido de chicos y grandes”
“Las razones pueden ser
muchas y variadas, pero la conclusión puede ser que, afortunadamente, a cada
uno nos satisface por razones diferentes y una común: Jamás decepciona”
“La conducción de una
bicicleta de montaña puede ser el mejor deporte del mundo, ofrece una infinita
gama de posibilidades en cuanto a desafíos físicos y mentales que se combinan
con la posibilidad de aprender y adquirir experiencia en pistas, montes o
cualquier tipo de terreno. Es la primera que vive sin fronteras y se ha erigido
como una verdadera forma de vida”.
“Las sensaciones que
recibimos a bordo de una de estas máquinas son tan gratas y diversas como
electrizantes. Es necesario leer el terreno, aprovechar el impulso y el propio
peso. Equilibrar fuerzas, acariciar los frenos, hay que flotar sobre el
obstáculo. La forma en que cada persona conduce su bicicleta está en función
del temperamento del propio individuo y del entorno”.
“Todo depende de nosotros
mismos. Si queremos ir más rápido o más alto solo tenemos que hacer un esfuerzo
mayor. Pero eso supone que los pulmones no puedan coger más aire, que los
músculos se endurezcan como piedras y duelan”.
“Pero la sensación de dolor es
algo que puede ser controlado y contenido. A cambio, podemos superar la
montaña. El sabor de la progresión, de conocer hasta donde puedes llegar te
endulza el sudor y el ardor de las piernas y nos proporciona una sensación de
autonomía muy reconfortante”.
“Para el neófito puede
resultar asombroso ver como los ciclistas trepan rápidamente por estas abruptas
cuestas, casi interminables y con tanta facilidad. Ese dominio es producto de
años de entrenamiento, es algo que deben tener muy en cuenta los que se sientan
tentados a afrontar grandes retos nada más salir de la tienda con su bicicleta”.
“Es cuando descubrimos cómo
con una maquina sencilla que se adapta a un entorno natural y que erosiona menos que un caballo, llegamos
a cualquier lugar. Eso siempre que quien la dirige sea consciente de dónde
está, y el cuidado y el respeto que se merece para que esas experiencias no
tengan final”.
“Las bajadas son un asunto
aparte, la bicicleta es capaz de descender tan solo con unas cuantas dedicadas
sugerencias sobre la ruta que pretende seguir el piloto. Una buena visión, un
estilo de conducción relajado y un montón de experiencia, harán del descenso
algo inigualable.”
“Esa búsqueda nos lleva a
jugar con la gravedad, ella nos obliga a pasar por esa curva un poco más
rápido, desafiando el umbral de la adherencia. Nos incita a vaciarnos en el
esfuerzo. Requiere toda la atención y concentración. Hay que leer cada trazada
de una curva. Decidir en centésimas de segundo, buscar ese resalte del terreno
que te permita apoyarte en él.”
“A veces ocurre que a estas
velocidades se pierde la noción de rapidez. Por ello, alguna curva abierta y
poco complicada, yendo no muy rápido, se convierte en un embudo cerrado y
difícil que requiere el tanteo delicado y firme de los frenos. El golpe de
adrenalina es tan fuerte que nos volvemos algo locos.”
“Pero también alcanzamos una
percepción más afinada. Es como si nos volviésemos hipersensibles y capaces de
controlar cualquier situación. Saltamos o evitamos todos los baches, las
piedras, las raíces, a altas velocidades y esta sensación de control supone una
felicidad instantánea, los problemas se desvanecen y los malos tragos vuelan
con el viento. La terapia de la bicicleta surte efecto siempre.”
“La bicicleta se convierte en una
amiga inestimable, por eso la queremos tanto.”
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