Collado Lagasca

La verdad es que esta mañana pensaba tomármela con calma. No tenía intención de salir, ni había quedado con nadie. Pero a las 9,30 me llama Fernando, que ha quedado con Ferluy para salir a las 10,15 horas. Podría haberme quedado en casa..., pero cuando te llaman, ya sabes lo que pasa. 

Ferluy

Su propuesta es subir por la "Cañada Real Leonesa". Me sorprende, después de la ruta exigente del día anterior. Pero poco después ya estamos pedaleando pegados a la "Cerca de las Monjas" tomando el camino de Peña del Águila ciñéndonos al Arroyo Mayor. El agua baja con fuerza. No recordamos haber visto nunca tanta por estos caminos y la rodada se vuelve pesada.

Las piernas nos recuerdan la jornada previa, pero Ferluy tira con ganas, con un  ánimo que contagia.

Ganamos altura hacia Peña del Águila, y de ahí, por la Cañada Real Leonesa alcanzamos el Collado Hornillo (1637 m), adentrándonos en la vertiente abulense de nuestra sierra. Paramos un momento a repostar. Luego, giro a la izquierda y seguimos por el Camino del Viacrucis. La carretera conserva aún el rocío de la noche y, en algunos tramos, está helada. Pero alcanzamos el Collado de la Mina (1710 m), junto a Cabeza Lijar y frente a La Salamanca. 

En un momento de pausa, Ferluy recuerda con emoción a su padre, fallecido poco tiempo antes. Un gesto que nos conmueve.

Descendemos rápido hacia el Collado Lagasca. Al atravesar la cancela, el panorama cambia: la tala y arrastre de pinos ha dejado la explanada totalmente enfangada.

Buscamos camino en descenso y enseguida giro a la izquierda, adentrándome por senderos y arrastraderos que conozco bien. Les hago seguirme y, al poco, volvemos a Arroyo Mayor.

Una ruta breve, extraña para relajar las piernas... pero intensa, divertida y plena.

Ferluy, encantado con la salida, nos lanza una sonrisa y nos promete que volverá.

 ¡Bienvenido!