domingo, 25 de mayo de 2025

Puerto de Pasapán: el latido de la aventura

 

El domingo amanece con esa luz tenue que perfila las montañas y despierta lentamente los caminos


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Nos reunimos en el aparcamiento de la Estación de El Espinar, un lugar que, en otro tiempo, vio partir a innumerables viajeros y, los fines de semana, excursionistas con mochilas llenas de sueños.

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Hoy, la estación vuelve a escuchar risas y conversaciones animadas, esta vez las nuestras, como si, por unos minutos, recuperara el eco de tantas historias vividas en sus andenes. El mantenimiento de su reloj hace tiempo que fue olvidado.

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Los primeros saludos se entrelazan con la brisa, todavía fresca, de la mañana. Se escuchan bromas, ajustes de última hora en las bicicletas y algún comentario sobre la ruta que nos aguarda. Conocida, sí, pero siempre dura y exigente.

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Es hora de partir, con la certeza de que pedalear juntos es una forma de celebrar la vida. Hoy estamos de celebración: Andrés, Ángel, Enrique, Ernesto, Fer, Luis Ángel, Miguel Ángel, Patrick, Raúl y Alfonso.

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El acceso al área recreativa de La Panera no está permitido, así que Fer nos guía por un recorrido alternativo. Cruzamos las vías del tren justo antes de que un convoy nos alcance, su bocina resonando como un saludo a nuestra marcha.

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Atravesamos una ladera de un verde vibrante antes de enlazar con el Cordel de La Campanilla rumbo al apeadero de Los Ángeles de San Rafael. Los primeros kilómetros son un desafío constante: Piedras, agua, barro, repechos y toboganes que ponen a prueba cada pedalada.

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Parte de nuestro trazado coincidirá con el recorrido de los cerca de 2000 ciclistas que el sábado afrontaron el desafío de la MTB Madrid-Segovia. De ellos, 1328 lograron completar la exigente travesía. Aunque nuestra ruta no alcanza ese nivel de exigencia, aún nos queda mucho por recorrer.

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El Cordel de Matazarzal y la Cañada Real Soriana Occidental nos llevan a través de nueve kilómetros, con Otero de Herreros y Ortigosa del Monte a la izquierda, como testigos silenciosos de nuestro avance.

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Como siempre, el grupo se estira: los más fuertes marcan el ritmo, mientras otros reservan energías, conscientes de lo que todavía nos aguarda. La fuente junto al arroyo Milanillos nos ofrece un respiro; mejor recargar agua antes de afrontar lo más exigente de la ruta.

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Nos desviamos a la derecha, cruzamos una puerta y tomamos la pista hacia el Rancho La Becea. La pendiente impone su ritmo y la marcha se ralentiza. A partir de aquí, cada uno encuentra su propia cadencia, no por falta de compañerismo, sino porque el esfuerzo dicta el compás de cada pedalada.

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Tras superar el arroyo de las Víboras, entramos en los límites del Parque Natural de la Sierra de Guadarrama. Nos esperan más de ocho kilómetros de ascenso, donde el arroyo de Milanillos vuelve a ofrecernos su agua, reconociendo nuestro ánimo y decisión.

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Nuestro objetivo es alcanzar el Puerto de Pasapán (1846 m) y atravesar la majestuosa silueta de La Mujer Muerta. Pedaleamos con decisión, apenas sin viento a favor, con la montaña imponiéndose ante nosotros, poderosa y eterna.

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No es solo un recorrido, sino un homenaje al paisaje, a la historia que guardan sus crestas y a la satisfacción de conquistar cada kilómetro. 

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Marchamos en cabeza Ángel, Enrique, Raúl y yo, marcando un ritmo fuerte pero constante. Hasta que, en un momento dado, decido apretar la marcha y me distancio.

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¿Has dado un apretón? - El apretón me ha dado a mí.

El día anterior, el temido mal de Moctezuma quiso dejarme fuera de combate. Llegué a pensar que no podría acudir a la cita, pero contra todo pronóstico, logré sobreponerme… y con una ligereza inesperada, quizá fruto de los kilos perdidos en tan solo un día.

 

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Mi cuerpo será el camino. Le daré verde a los pinos y amarillo a la genista

El resto del ascenso lo haré en solitario, empujando cada pedalada al límite, pero sin perder la consciencia de lo que me rodea. Laderas verdes, con pinceladas de amarillo intenso, y las formaciones rocosas, moldeadas a través de milenios, que parecen observar en un silencio eterno.

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Después de tantos años… es la primera vez que alcanzo el Collado en primer lugar. No tardará en llegar Miguel Ángel. En lo alto, cuando la fatiga se hace presente y el sol impone su dominio, es momento de respirar hondo y tomar un merecido descanso, breve, pero necesario y bien recibido, mientras los compañeros van llegando.

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Cada pedalada es un tributo a la montaña, un diálogo silencioso con su historia

Las fotos junto al monolito de la Puerta de Pasapán serán testimonio, una vez más, del esfuerzo realizado por todos y del orgullo que nos une.

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En otra ocasión, un descenso rápido y técnico por el GR, con su chute de adrenalina… Pero hoy, Fer y Andrés nos proponen un desafío distinto: avanzar por la falda del Pico de Pasapán (2005 m) y Peña del Oso (2196 m), rumbo a la Pedriza del Gamonal. Una dureza diferente, pero igual de apasionante.

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Es ciclismo y es aventura

Es un momento de transición: de la quietud del entorno al dinamismo de la ruta, al latido de las ruedas sobre la tierra rota, las piedras desafiantes y la vegetación, empeñada en cerrar el paso. Algunos logran imponerse, me fío de su palabra, mientras otros cedemos y avanzamos a pie, aceptando la dureza del terreno.

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Al retomar la pista principal la respiración se estabiliza. Ahora sí, lo peor ha quedado atrás. Los kilómetros que quedan por delante invitan a soltarse, a dejarse llevar por el terreno. Pero la adrenalina sigue vibrando en el cuerpo; el descenso no será tranquilo, será un pulso entre la velocidad y la emoción.

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La Puerta de Campanillas se abre ante nosotros: Bien chicos, ya casi lo habéis logrado. Venga, un poco más. Hasta el cruce de Los Navazos.

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Los últimos kilómetros van cayendo, y apenas sentimos los charcos, el barro o las ramas caídas que salpican el camino. Pedaleamos con confianza, dejándonos llevar, quizá con menos precaución de la debida, sobre las familiares lanchas de piedra que nos guían a través de Las Asperillas, a La Estación de El Espinar.

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Las montañas nos retaron, el camino nos puso a prueba, pero logramos conquistar cada kilómetro con la voluntad del grupo y la magia de la aventura.


6 comentarios:

  1. Pasapan, una historia de amor y odio... Primero el cordel que te va desgastando a fuego lento. Después esta subida larga y dura que te va consumiendo la energía y la cabeza. Rectas largas, zetas, otra recta, otra zeta ... Agónico siempre! Y cuando estas arriba y piensas que todo es "pabajo", el rompe pierna de la Ferluysina, la bajada interminable hasta Campanillas y la bajada por las lanchas de los Baldíos que bajas por inercia por encima de las piedras... Menos mal que la compañía y las cervezas al final te compensan el esfuerzo! y como los humanos volvemos a tropezar varias veces en la misma piedra pues seguro que ... volveremos! ¿Próxima ruta con la letra "P"? ¡¡¡Pasopalabra!!!

    Un abrazo.

    Patrick S.

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  2. Pasapán nunca defrauda, siempre es un reto y un test para ver qué tal vas de forma en esta época del año, y si el calor aprieta como ayer ni te cuento.

    La bajada por la ferluysina también fue un reto y un escape que bien nos enseñó Ferluy para evitar prohibiciones.


    Un Pasapán más, una ruta en inmejorable compañía de compañerismo y
    buen ánimo
    me alegro Alfonso que Moctezuma no te agarrase bien 😂

    Gracias Fer por guiarnos y gracias Alfonso por organizar y editar estas crónicas tan maravillosas.

    Buena semana chavales !!!

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  3. Gracias a todos vosotros por aceptar el reto, con algún refunfuñeo pero se logro, si bajamos por otro lada también llegamos abajo pero sería otra ruta, toda ruta tiene su porque y está lo tuvo.

    Una vez más compartimos mantel con una sorpresa excepcional, gracia por acudir Nacho.

    Fer

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  4. Pues no fue la primera vez que lo subíamos y no será la última que lo subamos, pero Pasapan siempre deja esa sensación de satisfacción de haberlo coronado como la primera vez.
    Cuando llegas arriba te vienen “los gustos”.
    Gracias Fernando y Andrés por la propuesta de hoy, dura y exigente pero con la alegría de haberla completado. Una mañana más.
    Nos gusta la bici?

    Un abrazo para todos y buena semana.

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  5. Tu relato transmite pura aventura. el esfuerzo, el paisaje. Se siente la conexión con la montaña y la satisfacción de conquistar el reto. Gran crónica. Iván

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  6. Hemos subido tantas veces "Pasapan" que ya tenía que estar desgastado pero, no.
    Sigue con sus más de 1800 m.!!
    Y con el agua de sus fuentes-regatos, helada. Que bien sienta, el agua y la parada a medio camino de la cumbre.

    Buenas ruta nos hicimos, de esfuerzo y de paisajes, de altura, de alta montaña.
    Antes el cordel, que tiene su "intrinculis" sobre todo mental.
    De la "ferlusina" mejor no hablamos.
    En general salió satisfactoria y otra vez orgullosos con lo conseguido.

    Gracias Fer.

    Sed Felices Un abrazo

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