Ha llovido hasta las ocho de
la mañana. Un velo de niebla densa, presagio de un día revuelto, nos envuelve
en el trayecto en coche hacia el lugar de la convocatoria.
Es día de fiesta en Madrid capital, la Almudena, su patrona, día de celebraciones y procesiones. Pero, lamentablemente, también día de protestas y pancartas.
Ángel,
Rafa y Alfonso nos alejamos hoy del mundanal ruido, con la idea de despejar la
mente y desterrar los fantasmas que cada uno llevamos dentro.
El punto
de inicio y la ruta son novedosos, aunque hay muchos tramos que ya han sido
recorridos en infinidad de ocasiones y nos ponemos en marcha sin demora tras
los sinceros abrazos, dejando atrás junto a los coches las preocupaciones y la
niebla.
Hoy
no hay kilómetros llanos por los que rodar para ir entrando en calor, pues el
camino de la Pasada, que es una pasada de camino, nos desafía desde el
principio con sus escalones, que no serán los últimos de la mañana.
Ascenso
muy complicado, pero que los tres recordamos haber realizado en otras muchas
rutas disfrutando del descenso. Tranquilos,
que no os vais a quedar con las ganas.
Zona
de antiguas canteras, donde el agua de lluvia chapotea formando
lagunas que invitan a detener la marcha y hacer alguna foto. Pero
¡ojo!, que queda mucha ruta.
Dejamos a la izquierda las vistas a Collado Mediano, cruzamos la M-601 y nos disponemos a recorrer los tres kilómetros de ascenso que nos separan de Cabeza Mediana (1331m) y de la pintarrajeada Torre del Telégrafo.
Nadie
dijo que fuera a ser fácil y menos cuando al 16 y 17% de desnivel se añade a tramos
mucha piedra suelta y resbaladiza. Arriba,
el sol nos acaricia, pero el viento nos impide disfrutarlo.
Alguna
trialera por la zona, pero preferimos descender, con mucha precaución y sin
percances, por el Camino del Somier que tantos recuerdos nos despierta.
Nuestro
siguiente destino es cruzar la pantalla del Embalse de Navacerrada y en
esta ocasión no hay oso que nos ataque. Parece
que hay más agua embalsada, como si hubieran abierto compuertas de otros
embalses.
Por
el paseo de la Longuera tras cruzar el arroyo del Zahurdón y después
nuestra referencia será ir remontando el cauce del río Navacerrada. A
nuestra derecha, los Almorchones y el desvío que hoy no tomaremos hacia
el embalse de La Maliciosa. Seguimos
adelante por pista que seguro evitaríamos en verano.
El
fuerte viento ralentiza la marcha, pero alcanzamos la Presa del Embalse de
Navacerrada y el embalse del Ejército del Aire, con el parking de La
Barranca y el área recreativa Las Vueltas a tope. ¿Qué
nos espera ahora?
Decido
guiar al mini grupo por el camino Ortiz, que sabemos no será sencillo
por sus múltiples escalones y raíces húmedas y resbaladizas, pero la decisión
no ha sido buena. Tal vez más complicado en
ascenso de lo que recordábamos y además cruce con gran cantidad de andarines a
pesar de que, viendo nuestro esfuerzo, nos dejan paso amablemente. ¡Muy duro!
Atrás
ha quedado el Mirador de las Canchas o de la Barranca e iniciamos largo descenso
por pista hasta la fuente del Ventorrillo, donde no habrá más remedio
que recorrer 400 m por carretera para coger desvío junto al Centro de Conservación.
Descenso
muy, muy complicado por la trialera del Escorpión, si además tienes la suerte
de no cruzarte con andarines, pero sorprendidos de nuestro avance con habilidad
y que nos trae a la memoria años atrás por estos lares, cuando la mayoría
teníamos que poner muchas veces pie en tierra.
Tenemos
ya a la vista el embalse de Navalmedio, que brilla como un espejo bajo
el sol, y recorremos larga pista hasta la Fonda Real. Puzle
de rotondas que nos hacen perder la orientación por unos minutos, pero
finalmente tomamos la salida correcta por el collado del Portazgo (1294 m).
¡No,
todavía no empezamos a bajar, tened paciencia!, aún nos quedan por recorrer
senderillos desconocidos y empinados, por laderas muy verdes, hacia el Cerro
de la Golondrina (1393 m) y sin extravío hacia el Collado del Buey
(1308 m) para seguir descenso primero hasta la fuente de los Rasos y
después hasta la fuente de los Cabreros.
Por
encima de Collado Mediano no hay más remedio que atravesar zona donde nos
hemos mojado los pies en muchas ocasiones y tramo largo de pista por La Hontanilla
a ritmo bastante rápido, hasta poder cruzar la M-601 y tomar la Senda Renault.
Sí,
regresamos al Camino de la Pasada y descendemos tal vez más rápidos de
lo que sería aconsejable, pero la adrenalina fluye libre por nuestros poros.
Magnífica
mañana, con un recorrido muy variado y duro.
Ángel:
“Estoy muy cansado, pero ha merecido la pena”
Alfonso:
“La proponemos para el domingo”
Ángel: "Sííí"