El Embalse del Pontón Alto
resulta atractivo para el turismo por su cercanía a Madrid
Tal
vez no piensen lo mismo sobre la “cercanía” los compañeros que hoy acuden a la
propuesta de ruta desde Madrid y se ven obligados a madrugar un poquito más,
aunque ha habido quien ha aprovechado para comprobar si quedaba algo de nieve
en el Puerto de Navacerrada.
Con
la incertidumbre de siempre pero contando al menos con los asistentes más asiduos,
los más fieles, y con Andrés, que hoy me hace de copiloto, acudimos al punto de
encuentro en una mañana que aún conserva el frescor de los últimos días. No
hay sorpresas, allí cruzaremos abrazos: Andrés,
Ángel, Enrique, Fer, Juan, Paco, Rafa y Alfonso. Curioso
equilibrio el de hoy, somos ocho y aparecemos cuatro con las baterías cargadas
en las e-bikes y cuatro con las baterías de ánimo a tope.
Nos
encontramos a los pies de la sierra de Peñalara, la montaña más alta de todo el
entorno de Guadarrama, pero hoy nos conformaremos con superar los 1100 m de
desnivel y alcanzar los 1670 m de altitud. Estamos
junto a la alambrada y puerta que nos daría entrada a ruta por la ribera del
río Eresma hacia las Pesquerías Reales,
pero esa sería “otra ruta”. Partimos
cruzando el Puente Nuevo en sentido San
Ildefonso, para desviarnos pronto por la derecha y entrar en dehesa en
busca de paso para cruzar la CL-601.
Primero
por sendas y después ya por pista forestal nos adentramos en zona donde la vegetación, más seca de lo habitual, permite disfrutar de la vista de pinos silvestres, encinas y robles, además de grandes zonas de verdes helechos.
El
arroyo del Rastrillo y el de la Chorranca quedan atrás en nuestro avance en
ascenso hacia la Cueva del Monje,
otras veces casi en medio de amplia pradera y ahora rodeada de pilas de pinos
cortados que se empeñan en esconderla de la vista. Al
pie de la Cueva encontramos a andarín tomándose un tentempié, al que distraemos
de su contemplación y agradecemos que nos haga una foto.
¡Vamos, seguimos adelante, que aún queda mucha
ruta! y poco hay que insistir para volver a pedalear juntos pista arriba. Hay quienes se retienen un poco reservando
fuerzas y quien ha cogido su ritmo y se escapa con facilidad… luego tendrá que
esperar.
Una
foto del Puente de los Quebrados, donde confluyen los arroyos de las Dos
Hermanas, de los Quebrados o de la Cabaña del Tío Levita, por lo que se
agradece que su cauce nos deje disfrutar del correr de las aguas.
Desde
el cerrete de Peñas Lisas emprendemos un engañoso descenso, pues se trata
realmente de un tobogán que castiga las piernas si quieres mantener el ritmo.
Vamos
bien de agua y dejamos atrás la fuente
de la Peseta para reagruparnos al pie del camino de durísimo ascenso que
nos llevaría y que nos ha llevado en otras ocasiones, por el Camino Viejo del
Paular, hasta el Puerto de Cotos. Andrés hace amago de ascenso, más de broma que
de veras, pero le recordamos también: Esa es “otra ruta”.
De
nuevo ante la CL-601, justo al término o inicio de Las Siete Revueltas, que nos
vemos obligados a tomar durante 600 metros antes de desviarnos con mucha
precaución por la izquierda.
Un
tramo de pista forestal antes de desviarnos por la derecha hacia el arroyo de
Nava las Horcas y el arroyo de Royonda, que recordamos con bastante más agua en
años pasados ¿verdad Samuel? y que en su día nos pusieron en serios aprietos
para dejarse vadear.
Prácticamente
junto al puente de Minguete retomamos pista y cada cual se busca aliado para
recorrer en duro ascenso los dos kilómetros que nos separan de la Fuente de la Reina, que esta ocasión
apenas ofrece ya un hilo de agua, pero siempre fresca.
En
cabeza partimos Enrique y “Eneko” (en-eco)
para realizarlo de un tirón y sin haber cruzado palabra, escuchándose únicamente el sonido monótono de algún crujido de las bicicletas. Todos arriba, es momento de tomarse un
respiro.
No
podemos resistirnos a realizar recorrido que rodea el Cerro de la Camorca por la Majada del Cochino y nos acerca hasta la
ladera que nos da paso al Cerro de la
Camorquilla (1687m) y su espléndido mirador.
Nuestra
propuesta original nos llevaría a realizar descenso por zona descarnada y muy
seca que nos hubiera puesto los frenos a prueba como en otras ocasiones, así
que decidimos variante que por el Cordel
de la Fuenfría, hoy en descenso, nos va a acercar hasta la Cruz de la Gallega, cruce de caminos de
muchas de nuestras rutas.
Ya
hice en su día foto del monumento “Puerta
de Santillana” y nadie más se detuvo, pero hoy más de un compañero no se
quiere perder el recuerdo. Otra
para la colección: Puertas en la Sierra de Guadarrama.
Descenso
rápido hacia Valsaín y Enrique nos guía hasta bar con terraza donde sentarnos
tranquilamente a la sombra, pero será Rafa el que nos invite a las cervezas por
su cumpleaños. Gracias
amigo.
Cinco
kilómetros de rápido y fácil recorrido que nos lleva de vuelta a los coches y
al final de otra formidable jornada.