Déjate de tonterías y sigue dando pedales
Ay amigos, tal día como hoy víspera de festivo y en un Paseo Rivera de San Rafael limitado por las restricciones estivales…
Es como
si la bajada de temperaturas hubiera animado a madrugar, o peor, como si la
convocatoria con propuesta de ruta “pistera
y senderil, libre de trialeras” hubiera resultado reclamo para algún ciclista
con dudas. Todo
se verá.
Por
estas o aquellas razones, que tampoco me puse a preguntar las de cada cual, van
y aparecen en dicho lugar y con un fresquito que se deja notar, decena de
ciclistas que atienden por estos nombres:
Andrés,
Ángel, Fer, Jesús, Juan, Miguel Ángel, Rafa, Rafael, Santi y Alfonso.
La emoción
del reencuentro con Fer es grande, no falta de felicitaciones y abrazos y alegra
también recibir a compañeros no tan habituales pero dispuestos a darlo todo, lo
que nos anima a emprender un nuevo ascenso por la Cañada Real Leonesa hacia el Collado
Hornillo (1637 m).
Hemos
subido a buen ritmo y ahora extraña no ver a Fer lanzarse por la primera de las
trialeras… se ha bajado por la pista, ¡eh! Se ve
que con gran disciplina mental ha conseguido sujetar su instinto natural y
atrevido, al menos en el primer tramo.
Viendo
que el resto de compañeros sí hemos optado por trialear, trialarín trialarán,
Fer toma la cabeza del segundo tramo, apenas un sendero revirado y disfrutón sin
complicaciones, que abandonará la salida habitual hacia los campings para zambullirse
en una madeja de senderos que se entrecruzan aquí y allá.
Árboles
y ramas caídas por doquier, víctimas de tormentas pasadas y de la falta de agua,
con arroyos que ansían más que nosotros la llegada de las lluvias para
recuperar su esplendor.
Nos
acercamos hasta el Monumento a la
Mariposa Isabelina, que nos da
la bienvenida y coqueto como siempre acepta gustoso hacerse fotos con nosotros.
Los
siguientes senderos, algunos muy rotos, conducen nuestras pedaladas hacia la Casa de la Cueva, no sin antes tener
que solventar el extravío de parte de nuestro grupo. No todos los senderos conducen a Roma. Ya juntos, nos tomamos el segundo respiro de la
mañana.
Probablemente
el punto más alejado del de origen, pero apenas llevamos 16 kms recorridos. Fer tiene intención y margen para marearnos un
poquito más y tras él afrontamos nuevos senderos menos limpios de lo deseado y
con los inevitables enganches de más de una zarza en brazos y piernas.
De
camino, avanzamos entre bosques de pinos, entre zarzas resinosas o a través de
precioso campo de helechos que conservan su verdor, pero el ritmo es fuerte y
no es aconsejable perder la vista del camino.
Algo
más de dos kilómetros de senderillo disfrutón en descenso nos sitúa junto al Camping de Valle Enmedio, que nos trae
recuerdo de la dura ruta realizada para alcanzar el refugio de Valle Enmedio. Es
probable que aquel trazado si lo hubiese considerado Fer como “trialero”.
Por
si pudiera quedar alguna duda,
Trialera: Tramo
técnico de un camino caracterizado por una pendiente pronunciada y un firme
irregular con piedras, escalones, raíces, surcos, etc. que exige una elevada
técnica y habilidad para transitarlo sobre una bicicleta.
Hay
quien resume: La
trialera se baja, pero no se sube (por desnivel o dificultad).
Según
nuestro amigo y puede que no esté exento de razón, hablamos de trazados
trialeros con demasiada alegría y cuando alguien pregunta hoy: ¿Pero no dijisteis que sería ruta sin
trialeras?, la respuesta llega clara y rápida: “Hoy
no recorremos nada más que senderos, más o menos complicados, pero sin
trialeras”.
Bueno, es cuestión de resetear nuestras mentes y hablar en próxima ocasión con más propiedad.
El
sendero que hicimos al principio en descenso lo tomamos ahora en ascenso… unos
cuantos, porque hay otros que marchan con dolores o fatiga y prefieren ascender
por pista. Poco
más adelante, de nuevo en el Collado Hornillo, nos reagrupamos pero habrá
compañeros que nos abandonen y desciendan por la Cañada.
El Collado de la Cierva o de la Mina (1709
m) y el Collado de la Gasca (1601 m)
van quedando atrás mientras nos muestran las preciosas vistas de siempre. Un hilo de agua en la Fuente de las Hondillas, pero no paramos.
Cruzamos
junto al monumento del Alto del León
(1509 m) y descendemos por detrás de la antigua Casa Hilario. Nuestro recorrido va llegando a su fin,
se nota más calor y mi cambio se viene
quejando desde las primeras pedaladas con lastimeros chasquidos, es hora de
darle descanso.
Casi
45 kms y se cumplen 5 horas desde que partimos esta mañana, por un recorrido “no
trialero” que en ningún momento nos ha permitido dejar de pedalear.
Mañana
fiesta y en El Espinar también el
martes. ¡¡Buena semana!!