Día a día nos ponemos metas
y marcamos hitos que nos empeñamos en superar pero, para poder avanzar, hay que
ser también capaces de afrontar los duros retos que la propia VIDA se encarga
de imponernos desde que nacemos
Ahora,
más que nunca, vemos atletas que con trabajo y sacrificio superan grandes
marcas, baten récords, ganan medallas, pero no nos olvidemos de aquellos que,
sin obtener recompensas materiales, luchan con esfuerzo cada día contra las
adversidades…
Todo el
ánimo y el abrazo más fuerte de parte de tod@s para nuestro amigo Andrés. Muy pronto con nosotros.
La
convocatoria ya fue publicada en la nube
el pasado jueves, sin conocerse si el domingo nos acompañarían temperaturas
agradables, si pasaríamos calor como el jueves o si acabaríamos refrescados por
una caprichosa lluvia como el sábado por la mañana. El tiempo está dando síntomas de volverse cada
vez más loco y puede que un poco locos acabemos todos.
Lo
único que tenemos claro es el lugar, día y hora de encuentro para una nueva ruta,
pero nadie sería capaz de apostar por qué caras salpicarán las fotos de la ruta
en esta ocasión. Mientras
la mayoría de conciudadanos inician peregrinación hacia sus merecidas
vacaciones, a la pequeña localidad de Revenga acudimos: Ángel, Enrique, Fernando, Juan, Rafa, y
Alfonso, 1,2,3,… yo cuento un reducido grupo de… 6.
Habrá
quienes mantengan que llegar antes de la
hora no es llegar puntual pero nosotros interpretamos que lo que hay son
ganas y ánimo por iniciar la pedalada. Pues
no se hable más. Cumplidos
los siempre agradables y esperados saludos del inicio, partimos por calleja
dejando los coches atrás.
Unos
cientos de metros y recibo llamada: “¡Eh,
que habéis partido sin mí”. Es
Santi que, para ser justos, ha llegado con dos minutos dentro de hora, pero lo
hace sin guantes y sin casco. ¿Quéeeeeeee?
Lo primero se soluciona pero
lo segundo lo asumimos todos muy a nuestro pesar. Habrá que marchar con cuidado.
Pedaleo
un tanto cansino en los primeros tramos, pero las cuestas abajo nos lanzan casi
sin quererlo hasta tocar un pequeño tramo de carretera, iniciar ascenso y girar
a la izquierda para tomar la Cañada Real
Soriana Occidental o de las Merinas.
Nos
acercamos a las ruinas del Caserío de
Santillana, Rancho de Esquileo de 1745, antiguo y principal lugar de
encuentro de bullicio y trajinar de hombres afanados en esquilar miles de
rebaños de ovejas merinas, donde hoy en día no quedan más que ruinas
silenciosas apenas recorridas por algún lagarto extraviado.
Avanzamos
en sinuoso y complicado ascenso por el Vallejo
de Tilviejo, que siglos atrás también usaron de paso huestes romanas, en la
ladera del Cerro de Matabueyes
(1483m) y dejamos atrás la fuente de San
Pedro. Los
compañeros que marchan con “musculares” se afanan en llegar a La Cruz de la Gallega sin poner pie en
tierra, por donde ya dejaron huella los segadores gallegos que bajaban a
Castilla buscando trabajo.
Nos
hemos cruzado con al menos un par de monolitos, que con sus flechas amarillas
nos indican el Camino de Santiago,
pero hoy vamos en sentido contrario. A
Santiago… ya si eso, en otra ocasión
Cuando
ya llevamos ascenso acumulado nos detenemos en lugar habitual, muy cerca de la Fuente de los Pastores y de pequeño
refugio de piedra, con vistas a comedero de buitres donde en está ocasión
apenas parecen quedar las migajas del desayuno. Una
breve parada, unas fotitos y conmemoramos que hoy es el Día Mundial de la Alegría. ¡Tóma
ya!
Cogemos
el Cordel de la Fuenfría y avanzamos
por pista forestal, muy conocida y familiar desde hace años, con esos toboganes
que en ocasiones parecen estar más salpicados de piedras que otras y que castigan
la marcha.
Pronto
nos encontramos con el desvío hacia La
Camorquilla (1687m), donde las vistas siempre me han parecido
espectaculares y merecedoras de tomarse unos minutos de relajo para
disfrutarlas. Así
lo hacemos, disfrutamos del paisaje y del espectáculo del vuelo de varios
buitres que se nos acercan, acaso con cierta curiosidad.
Soberbio
el recorrido por La Majada del Cochino y la Majada del Escorial. La tentación de comprobar si el mirador y el
refugio de La Camorca (1814) siguen
en su sitio se convierte en realidad cuando todos enfilamos las bicicletas
hacia lo alto del camino pedregoso.
Enrique
ha tomado la cabecera y ya no la perderá hasta la cima. Ángel, Fernando, Juan, cada uno a su propio
ritmo e intentando no perder el aliento o la pedalada con un resbalón. Para Rafa y para mí el esfuerzo duro lo hacen
las e-bikes y por detrás, cerrando, un Santi que no estará dispuesto a rendirse
a medio camino.
Reencuentro
con un refugio que creemos ha sido arreglado y vuelto más “coqueto” desde la
última vez que estuvimos; con estufa y suministro de leña, comestibles envasados…
un lujo para quien se encuentre apurado en alguna ocasión. Algunos mensajes en el libro de firmas, unas
fotos y regresamos.
Atrás
dejamos las vistas a Siete Picos (2138 m), Cerro Ventoso (1964m), Cerro
Minguete (2026m), Montón de Trigo (2161m), La Pinareja (2197)…
Al
pie de la cima, cuando nos detenemos para reagrupar, se recibe llamada. No hay nadie perdido, estamos todos… Es Luis Ángel, que habiendo partido de
vacaciones ya se encuentra en la playa y nos quiere mandar un saludo junto a su
hermano Alberto. Un
abrazo para vosotros.
No
nos acercaremos en esta ocasión a saludar a la Fuente de la Reina (1643m), confiando en que no nos lo tenga en
cuenta. La
mañana está más fresca de lo esperado y vamos sobrados de agua.
Cerca
de las ruinas de la Pradera de la Venta
iniciamos descenso, divertido y de buen rodar, encontrando el sendero muy
limpio, hasta llegar a cruce con pista forestal. En
otras ocasiones con giro a la izquierda hacia el arroyo de los Horcajos y el “cuestón”, pero en esta ocasión de
frente, cruzando el arroyo de Palominos
y la fuente del mismo nombre.
El
recorrido discurre por encima y en paralelo al cauce del río de la Acebeda, por un entorno que no se llega a apreciar tanto
como se merece porque vas pendiente de dirigir tu bicicleta por el mejor
trazado. En
cualquier caso, una auténtica maravilla, avanzando entre plantaciones de
grandes acebos y aunque en dos o tres ocasiones habrá que descender salvando
grandes desniveles, la lluvia reciente ha dejado de buen trato el terreno.
Algún
cortafuegos nuevo, alguna posibilidad de perder el trazado deseado y a pesar de
que hoy no llevamos track, me fío de mi memoria, que lo agradece llevándonos
por la senda correcta.
Aparecemos
en pista asfaltada conocida del puente del
Vado de Arrastraderos y rodamos en ascenso, comentando lo grato que ha sido
el recorrido reciente a pesar de los momentos complicados en los que los frenos
se han puesto al rojo. En
una curva cogemos desvío por la izquierda y disfrutamos del descenso al
encuentro y cruce con la Senda del
Acueducto y la Acequia de Revenga
que hemos recorrido en otras ocasiones.
Nuevo
encuentro con el río de la Acebeda y
descenso a tramos muy habilidoso y con algún pequeño porta-bike al encuentro
del Embalse de Puente Alta.
¡¡Fin de nuestra ruta!!
Pero
el encuentro no finaliza, pues hemos llegado a muy buena hora y con tiempo para
celebrar nuestra ruta, dejándonos invitar generosamente por Santi por su
reciente cumpleaños. Gracias
y de nuevo ¡Felicidades!
Lo
siento, en la foto no se ven las raciones y la tortilla tamaño paellera. No era cuestión de perder bocado.
