¿Cuántos domingos con previsiones meteorológicas adversas hemos acabado montando?
Ahí
lo dejo.....
Crónica: Luis Ángel
Domínguez-Sol
Y así fue, con muy malas previsiones nos emplazamos en Valdemorillo, en ese punto de encuentro que tantas veces nos ha visto partir y llegar.
Allí
estaríamos tantos como: Enrique, Javi, Jesús, José María, Juan, Marino, Miguel
Ángel, Nacho, Rafa, Samuel y Luis Ángel.
Una
mañana de primavera fría pero soleada aun cuando algunas nubes y las propias
previsiones comentadas nos indican que al final de la mañana podríamos tener
agua, mucha agua.
Nos
dirigimos hacia el Pantano de Valmayor con algún inicio en leve subida trialera
para después ir bajando hacia la ermita de Nuestra Señora de la Esperanza.
Esa
sería nuestra primera parada para inmortalizar una foto ya tomada en
innumerables ocasiones cada vez que AlfonsoyAmigos
pasa por aquí.
Ahora
emprendemos una larga bajada hacia el pantano siendo conscientes de que el paso
sería complicado debido a lo alto que está el embalse. Me atrevería a decir que es la vez que más
alto lo hemos visto. Un
espectáculo de luz y agua fantástico para la vista. No hay más que ver las fotos increíbles del
embalse.
Mención aparte sería el pasar por antiguo puente de piedra sin acceso limpio y que hizo pasar las bicis no sin dificultad e incluso el paso de nosotros mismos. Allí pude comprobar lo que es la cara de absoluto terror dibujada en una persona, cuando Jesús es consciente (o inconsciente) de que me tiene que sujetar según salto en caída libre hacia él para poder evitar el río. Luis Ángel, ¡¡noooo!! ¡¡Que son 150 kilos en caída!!
Este fue posiblemente el momento álgido de la jornada. A partir de ahora y bordeando el río rodaríamos por la orilla pero teniendo que desmontar en alguna otra ocasión.
La
ruta sabemos que no es dura en absoluto, con no mucho desnivel, y eso con las
anécdotas de pasar las bicis de un lado a otro hacen que el ambiente sea
absolutamente distendido y divertido.
Sin
embargo en uno de los momentos que vamos a emprender la marcha noto que el
mando de mi cambio no funciona y tras intentarlo arreglar, comprobamos que la avería
es definitiva. Sólo
queda la opción de dejar la bici con piñón fijo para intentar volver a
Valdemorillo.
En ese momento se desdoblaría el Grupo. Por una parte Samuel, José María, Marino y Javi deciden completar el track previsto. El resto de amigos decide acompañarme en mi “huida forzosa”.
Enrique
en previsión de lluvias a medida que se acercase el mediodía ya había previsto
algún posible recorte. Y así
fue, se tomó esa alternativa debida no solo a esa avería, pero también a la
postre por la lluvia que amenazaba y que finalmente descargó.
Al
llegar a los coches relativamente temprano y con 32 kilómetros completados de
los 43 inicialmente previstos, decidimos tomar un buen aperitivo en
Valdemorillo justo al lado de los coches.
En
esa reunión de final de día siguió ese magnífico ambiente que por un motivo u
otro reinó desde primeras horas de la mañana. Y además
en ese momento descargó una tormenta de agua y viento que si nos hubiera cogido
en ruta hubiera sido tremenda.
Mi
mayor temor para mi avería era si tendría bici para la semana que viene debido
a los retrasos en el envío de piezas y listas de espera de talleres. Por suerte Enrique tiene un mando exactamente
igual que me ha prestado y tendré la bici en perfectas condiciones.
Y
tener la bici en perfectas condiciones, no es solo lo bueno, si no que también
me permite poder decir con seguridad que el domingo que viene está... cada vez más
cerca.
Gracias
y disculpas por partes iguales a mis compañeros de hoy en ruta que decidieron
acompañarme tras mi avería. Aun así
pudiendo casi completar el 80-85% del track. Una
ruta por mi parte sin “el más mínimo cambio”.
Fantástico
ese aperitivo con un ambiente inmejorable mientras veíamos diluviar alegrándonos
de lo que nos habíamos librado y además inmortalizado por otro mágico selfie de
Miguel Ángel.
Y ya sabéis,
si te quedas en casa te lo pierdes...
¿Nos gusta la bici?
Un
abrazo para todos y a la vertiente
segoviana que sabéis, que en la distancia, todavía más fuerte.
