La realidad supera la ficción
¿Os habéis dado cuenta de que cada vez hay más películas que están “Basadas en hechos reales”?
Pues
una de dos, o a los guionistas se les está secando la imaginación o realmente
es cierto que en muchas ocasiones la
realidad supera la ficción.
Para
este domingo, la propuesta de ruta MTB nos llega de nuestro amigo Fer y desde
el primer momento todos asumimos que la ruta de hoy no va a ser precisamente un
paseo familiar.
Rutas
con grandes desniveles ya hemos recorrido en muchas ocasiones; zonas trialeras
con enormes pedrolos ya fueron superadas; anchos senderos se dejaron atrás y
los single se disfrutaron en toda época del año. Nuestra
imaginación podía hoy volar libremente e imaginar nuevos escenarios…
Pero,
la realidad ha superado la ficción. Y no ha sido precisamente realidad
virtual.
Mañana
fresca en el Paseo Rivera de San Rafael, las agujas de algún reloj analógico
marcan las 8,30 de la mañana y una vez más no podemos evitar organizar cierto
alegre bullicio los que allí nos hemos encontrado:
Andrés,
Ángel, Enrique, Fer, Luis Ángel, Miguel Ángel, Nacho, Patrick, Pawel y Alfonso.
Últimos
ajustes a las máquinas y se emprende la marcha. Desde
las primeras pedaladas ya parece notarse cierta ansiedad en Fer y Nacho, que
quieren darnos a conocer cuanto antes la ruta que llevan días estudiando y
preparando con esmero. Los
demás nos dejamos llevar.
Nos
guían hacia donde no será precisamente el arranque más suave, pero ¿qué
comienzo es tendido comenzando en San Rafael? Y lo que se pretende es darle
pequeños retoques que singularicen cada ruta pero ¡tranquilo Fer! que esta ruta ha sido diferente.
Hacia
Peña el Águila, la Cañada Leonesa y el Collado Hornillo que nos abre sus
puertas hacia un nuevo rutón.
¿Cuántas veces hemos descendido por el
senderillo que discurre junto a la pista? Podríamos
decir que 50 ó 100 veces y seguramente nos quedaríamos cortos, pero llegamos al
final, a cruce con pista y la sonrisa de satisfacción se dibuja en la cara de
todos… y acabamos de empezar.
Menos
veces hemos prolongado este sendero hacia el Campamento Peñas Blancas, pero ha
sido disfrutón de necesidad y seguro que lo repetiremos en muchas otras
ocasiones. Las
diferentes épocas del año le darán su toque especial.
Dejamos
el campamento a nuestra izquierda y nos adentramos en los pinares, al principio
por sendero que juega al escondite pero que más tarde se dejará recorrer sin
extravío.
Fer
va en cabeza, como será durante toda la ruta. Disfruta
guiando a un grupo que rueda rápido y de a uno, porque es imposible marchar en
grupo en senderos revirados en los que apenas puede entrar una bicicleta sin
que su dueño se lleve algún arañazo en piernas o brazos, por culpa de jaras y
piornos.
Se
diría que ascendemos y descendemos en continuos toboganes, pero es imposible
dejar de pedalear si no quieres quedar atascado entre raíces y piedras que han
sido movidas por el agua en tiempos de menos sequía.
Nos
acercamos hasta el Monumento a la
Mariposa que permanece impertérrito y bien conservado durante unos años que
tampoco parecen pasar por nosotros a la vista de nuestro ánimo y jovialidad.
El
ritmo es vivo, alegre diría yo, y se intenta no perder la rueda del compañero
que va delante, aunque no faltarán algunas breves paradas para reagrupar y aprovechar
para emitir más de un ¡guau!
Nuevamente
en marcha, disfrutando de cada pedalada pero concentrados en esquivar las
raíces y los árboles que parecen plantarse frente a nosotros como queriendo
entrar en el juego.
Ahora
se oye otro grito, pero este es diferente. Miguel
Ángel se acaba de “tragar” una rama baja que le ha golpeado en la cara al no
poderla esquivar. Preocupados
detenemos la marcha y nuestro equipo médico facilitará los primeros auxilios. Varios cortes en la cara que le
dejarán más de una marca, pero Miguel Ángel nos anima a proseguir una vez que
se han detenido unos pequeños hilillos de sangre.
Siempre
por senderos hemos llegado a las proximidades del Albergue Forestal Casa de la Cueva,
pero hoy no habrá foto de grupo en lugar tan señalado. Fer recomienda precaución en los
siguientes tramos y continuamos la marcha.
Descendemos
con habilidad por pendiente con tierra muy seca y resbaladiza por donde hace
tiempo hubiéramos bajado apeados y seguimos por nuevo sendero que recorre el
margen del Arroyo de Navalacuerda. Las
sonrisas no se borran de nuestras caras.
Nos
acercamos y recorremos la pista que bordea un Embalse de la Aceña que no se encuentra en sus mejores tiempos, a
pesar de que ha ganado algo de nivel tras un par de lluvias torrenciales de
días recientes.
Estamos
a las puertas de la localidad de Peguerinos, pero a nosotros nos toca afrontar
las duras cuestas de suelo de hormigón que con esfuerzo nos acercan a la Majada
del Viento y al Prado Nuevo, cruce de caminos con alternativas varias pero que
hoy nos llevan, cómo no, por senderillos hasta el Alto de los Frontales y a
Cañada Mojada.
Muy
cerca ya del Collado Gargantilla, se acerca el fin de ruta, pero los últimos
kilómetros los haremos por otra pista novedosa, muy sucia de ramas y piedra
suelta, que desembocará junto a la Fuente de Fernando Benito, con agua muy fresca. Parada
y foto de grupo.
Ahora
sí, descenso hacia San Rafael por zonas que a tramos son complicadas pero ya
conocidas en detalle por todos nosotros, lo que nos permite disfrutar hasta
los últimos metros de la ruta.
Pero
esta no ha sido una ruta, ha sido un RUTÓN
en toda regla y prueba de ello es lo contentos que hemos acabado todos y lo
bien que nos han sentado las cervecitas. Gracias a Fer y a todos los que habéis acudido.
Fuente de Fernando Benito |
¡¡FELICES FIESTAS DE EL ESPINAR!!