Es un día claro y frío de noviembre, los relojes marcan unos minutos antes de las nueve
En
el Área Recreativa El Tomillar, en San Lorenzo de El Escorial, nos encontramos
un reducido grupo de amigos, pero no perdemos ocasión de cruzar abrazos a pesar
de que algunos ya compartimos otra ruta MTB
ayer.
El
sábado acudimos:
Chicho, Daniel, Jesús,
Juan Carlos y Alfonso.
Puede
que a alguien se le pasara por la mente que se iba a tratar de una nueva Ruta
de la Abuela, pero los más de 40 kms de recorrido de la propuesta de Chicho,
con el Embalse de Pedrezuela como
epicentro, fueron bastante más duros de lo imaginado y, a la par, disfrutones.
El
domingo llegué al punto de encuentro dudando que alguno estuviera dispuesto a
hacer doblete y, sin embargo, a excepción de Jesús que ya se disculpó…
Los
del domingo:
Chicho, Daniel, Enrique, Fer,
Juan Carlos, Juan Patricio, Víctor y Alfonso.
Qué
tendrá este lugar que siempre nos anima a abrigarnos más de la cuenta. Siempre pensamos que esta vez será
diferente, pero tras las primeras pedaladas, cuando ya has superado dos o tres
zetas de asfalto en duro ascenso, la ropa de abrigo no solo sobra sino que
además agobia.
Al
igual que ayer, el día está claro y así nos acompañará durante toda la ruta.
Hay
quien reivindicará que algunas paradas sean un poquito más largas, para que al
menos le permita tomarse una pieza de fruta sin atragantarse, pero lo cierto es
que los momentos de respiro son breves y ello nos permitirá, al final de la
ruta, poder tomar juntos unas cervezas.
Hoy
no volaron los drones, no nos acompañó la nieve durante el camino, ni logramos
batir ningún record de asistencia, pero los objetivos fueron cumplidos.
El
largo puente también debió hacer estragos en otros grupos pues, en el Puerto de Malagón, siempre muy
concurrido, apenas compartimos formidables vistas con un par de ciclistas.
Desde
el Puerto, directamente hacia el Pico de
Abantos, pero antes de emprender el ascenso más duro nos encontramos con
nuestro amigo Isidoro, que no pierde ocasión de acumular kms a sus piernas. Siempre es mutua la alegría del
encuentro.
En el Pico, lo mismo, menos deportistas de lo habitual, lo que nos permite hacernos las fotos con tranquilidad. Bueno, no tanta, porque en pocos minutos retomamos la marcha.
En el Pico, lo mismo, menos deportistas de lo habitual, lo que nos permite hacernos las fotos con tranquilidad. Bueno, no tanta, porque en pocos minutos retomamos la marcha.
Sabemos
lo que nos espera al coger el GR-10,
con sus duros toboganes pedregosos que son difíciles en ascenso y peligrosos en
descenso, pero hay buen ánimo y los que hoy nos van electrificados lo están
dando todo.
La
gran “pista” se convierte en camino y éste en senderillo con el que todos
disfrutamos y que sin posibilidad de extravío nos lleva hasta el abandonado (cada vez más deteriorado) Refugio de la Naranjera.
No
me lo puedo creer, Chicho saca otra manzana… ¿aún le quedan?
Los
escalones del refugio son estupendo lugar para descansar, para charlar, para
bromear, para reponer fuerzas bajo un sol que hoy está generoso.
Fer
duda si estuvo con nosotros en la última ocasión que estamos recordando y comentando…
Si Fer, estabas con
nosotros. Me temo que estas “lagunas mentales” empezarán a ser cada más más
frecuentes en más de uno.
¿Por la edad?
Bueno,
a lo mejor también por la edad, pero me refería al hecho de que con AlfonsoyAmigos ya hemos compartido
cientos de rutas y es fácil confundir unas con otras.
No hay descenso en el que no arranque en cabeza Fer, ¡mejor no ponerse delante! Y el resto hacemos lo imposible por no perderle de vista… y parece que no lo hacemos nada mal.
No hay descenso en el que no arranque en cabeza Fer, ¡mejor no ponerse delante! Y el resto hacemos lo imposible por no perderle de vista… y parece que no lo hacemos nada mal.
Nos
agrupamos al llegar a cruce con pista que realmente es la Cañada Real Leonesa,
de la que tantas veces cogemos un tramo a espaldas de San Rafael.
Aprovechamos
a reponer agua muy fría en la fuente, antes de atacar unos duros repechos que
nos llevan a superar el linde de provincias. A
nuestra derecha queda el Embalse de La Azeña y a nuestra izquierda el camino
que hemos tomado otras veces y que nos lleva hasta el Portillo de los Pozos de
Nieve.
Pozos de Nieve en la Sierra de Guadarrama
Pozos de Nieve en la Sierra de Guadarrama
De
nuevo en el Puerto de Malagón, Víctor decide descender por la pista y le digo
dónde coincidir más abajo, pero las instrucciones no han debido ser buenas y
cuando nos volvemos a poner en contacto ya no hay posibilidad de encuentro.
Impagables
las zetas que ahora recorremos. Fer
en cabeza, ¿alguien lo duda? Y el
resto negociando y disfrutando cada una de las curvas. Habrá quien comente que toda la ruta
ha merecido la pena por este tramo.
De
vuelta por el Cordel del Valle, agotando fuerzas en los últimos toboganes antes
de alcanzar de regreso la pista que esta mañana nos vio partir.
Algún
noruego diría que, al final de la ruta hicimos un UTEPILS, palabra sin
traducción directa pero que podríamos entender como: “Tomarse unas cervezas fresquitas bajo
el sol”
.
