Cuando pasen los años se recordará que en este lugar, en las estribaciones del Monte Abantos, donde crecen los bosques de hayas, alerces y espinos, hubo ocasión en la que se juntaron 24 amigos para disfrutar de una formidable ruta ciclista
Desde que se lanzó la
convocatoria la confirmación de asistentes para el domingo se sucedía de manera
fluida hasta el punto de que era difícil estimar cuantos serían los componentes
del grupo este fin de semana. Las sorpresas se iban sucediendo en el parking
del Tomillar y no solo porque los coches no dejaban de llegar, si no por que
aparecieron caras que desde hacía mucho no veíamos habitualmente, destacando de
entre todas ellas posiblemente las de Paco y Luis Ángel Jr.
Ese momento inicial fue
notorio ya que los abrazos y la alegría de volver a compartir una ruta con el
grupo denotaba que la jornada sería una vez más, recordada por todos durante
mucho tiempo.
A la "concentración"
acudieron Alfonso, Andrés, Ángel, Barri, Chicho, Enrique, Ernesto, Eva, Forlán,
Fer, Fernando, Javi "Galo", Juan Carlos, Juan Patricio, Jesús, Luis Ángel
Jr., Lourdes, Nico, Paco, Patrick, Rafa, Toño, Víctor, y Luis Ángel.
Sin mayor demora el gran
grupo empieza la ascensión de las zetas, en diferentes grupos. Una subida que
no registra grandes porcentajes de desnivel pero al ser los primeros kilómetros
y sin descanso hacen que el esfuerzo sea importante hasta que los cuerpos
empiezan a entrar en calor. Desde el primer momento contemplamos que el día
sería espectacular con un sol pleno y claridad absoluta.
Tras esos primeros 4,5
kilómetros de subida, llegamos a nuestra primera reunión en La Pinosilla donde
pudimos darnos cuenta del grupo tan numeroso que nos habíamos juntado. Ni más
ni menos que 24 éramos los que habíamos comenzado hoy, y como apuntó más tarde
Alfonso, suponía el récord de asistencia de AlfonsoyAmigos en esta ruta clásica.
Desde luego que esa parada y récord merecían una foto para certificar esta magnífica
reunión. Los drones de Luis Ángel Jr., y Enrique harían sus primeros vuelos en
este mirador.
Desde aquí ya no
existirían mayores paradas hasta lo más alto de Abantos. Las curvas y las
subidas de esta ascensión son por todos conocidas y aunque el grupo transcurre
en la subida en diferentes unidades, cada uno va dosificando su esfuerzo, y aun
siendo este importante, cada uno parece
ir disfrutando sabiendo que la vuelta será de signo contrario, lo cual supondrá
tener una recompensa para las piernas por todo el "sufrimiento"
acumulado en estos 9 kilómetros de ascensión.
En algún punto ya próximo a la cima hay que andar con cuidado ya que el hielo está presente y aun subiendo puede ocasionar, junto al cansancio acumulado, algún resbalón muy traicionero.
En algún punto ya próximo a la cima hay que andar con cuidado ya que el hielo está presente y aun subiendo puede ocasionar, junto al cansancio acumulado, algún resbalón muy traicionero.
Estamos ya en la puerta
de la pista forestal que nos llevará hasta la cruz de Abantos, donde
normalmente ha sido el punto culminante como cima de las excursiones que por
estas inmediaciones transcurren, hoy no sería así. Hasta esta pista forestal,
la llegada de todos y cada uno se hace de forma gradual, algunos han subido muy
rápido y otros han preferido ir reservando fuerzas. Es cierto que una vez se
llegue a la Cruz, el perfil cambiará casi drásticamente pero aun así la jornada
es larga y se prefieren guardar reservas para la segunda parte del día.
Un grupo en el que van
Toño, Galo, Eva, Fernando y Fer se adelantan para no quedarse fríos. Otros
preferimos esperar para reunir a la mayor parte del grupo e intentar llegar
juntos hasta lo más alto, antes de ello habría que acometer esa ya conocida trialera
de subida técnica en muchos tramos pero que se realiza sin mayores problemas.
Hemos llegado a la parte más alta del día, sí, pero ¿hemos terminado de subir?,
no.
La ilusión y la emoción
por volver a estar en este punto desde donde se puede divisar desde El Escorial
hasta Madrid, e incluso La Bola del Mundo y toda la Sierra de Madrid, es
patente. Además tanto Enrique como Luis Ángel Jr. hacen volar de nuevo sus
drones para certificar la llegada y presencia de los 24 de AlfonsoyAmigos en este punto mágico del monte Abantos. Las
fotografías y vídeos se suceden, pero somos conscientes de que aunque la
pendiente a partir de ahora se supone que será negativa, todavía queda mucho
por recorrer.
Nos dirigimos ahora hacia
el pozo de nieve que en otras ocasiones hemos visitado, pero sin embargo para
conseguir un recorrido inédito, Alfonso y Toño nos indican, y así estaba
planificado, dirigirnos hacia el refugio
de La Naranjera.
Sería en este recorrido donde en una subida que habría que hacer previamente, encontraríamos muchísima nieve que nos obliga a poner pie en tierra en bastantes ocasiones, ya que el hielo y la nieve hacían imposible el trayecto en muchos tramos. Tras esa subida una bajada casi a cuchillo donde el terreno es una mezcla de nieve, barro y piedras sueltas que hacen que algunos prefieran bajarlo con cuidado y otros decidan bajarlo casi a tumba abierta donde el único remedio es el bloqueo de la rueda trasera.
Sería en este recorrido donde en una subida que habría que hacer previamente, encontraríamos muchísima nieve que nos obliga a poner pie en tierra en bastantes ocasiones, ya que el hielo y la nieve hacían imposible el trayecto en muchos tramos. Tras esa subida una bajada casi a cuchillo donde el terreno es una mezcla de nieve, barro y piedras sueltas que hacen que algunos prefieran bajarlo con cuidado y otros decidan bajarlo casi a tumba abierta donde el único remedio es el bloqueo de la rueda trasera.
Esta bajada desembocaría en un
precioso y mágico sendero trialero sin mayores complicaciones que dejo
maravillado al grupo en su conjunto, por sus vistas y lo sinuoso del mismo.
Y como si el regalo de ese sendero no fuera suficiente, desembocaríamos en el Refugio de La Naranjera. Simplemente genial la llegada a este sitio escondido dentro de la Sierra de Guadarrama. Aquí haríamos una parada un poco más larga para reponer fuerzas e intentar subsanar una pequeña avería en el sillín de la bici de Rafa.
Y como si el regalo de ese sendero no fuera suficiente, desembocaríamos en el Refugio de La Naranjera. Simplemente genial la llegada a este sitio escondido dentro de la Sierra de Guadarrama. Aquí haríamos una parada un poco más larga para reponer fuerzas e intentar subsanar una pequeña avería en el sillín de la bici de Rafa.
Y ahora sí, es hora de
empezar a bajar por un tramo un tanto complicado pero corto hasta llegar a la Fuente
de las Negras, junto a la pista que coincide con la Cañada Real Leonesa. Nos
dirigimos hacia El Escorial, pero nuestra sorpresa es encontrarnos con
muchísima nieve y hielo en el recorrido, que nos hace tener un extremo cuidado
y circular prácticamente por la cuneta ya que el tránsito por el medio es
absolutamente imposible.
Llegamos a la señal del Puerto de Abantos (1640 mts de altitud), y ahora si es el momento de dar rienda suelta a las bicis, para llegar a la primera trialera que sale desde lo mas alto del Puerto de Malagón.
Llegamos a la señal del Puerto de Abantos (1640 mts de altitud), y ahora si es el momento de dar rienda suelta a las bicis, para llegar a la primera trialera que sale desde lo mas alto del Puerto de Malagón.
Ángel,
Fernando, y Chicho a una velocidad endiablada siguen a Eva que baja, baja y
baja. ¡No existe el miedo! Por delante Nico demuestra su gran experiencia en
las bajadas tras haberse curtido con grupos de enduro durante años. El disfrute
de muchos es casi inexplicable, otros han preferido bajar por la carretera,
siendo nuestro siguiente destino las famosas zetas trialeras que tantas veces
han visto pasar a AlfonsoyAmigos.
El grupo empieza a bajar
de forma vertiginosa. Fer, Galo, Luis Ángel Jr. y Paco, marchan por delante con
Rafa a tumba abierta. Alfonso por detrás lidera un grupo muy rápido seguido por
mí mismo; Toño, va dando indicaciones de cómo encuentra cada curva para
negociarla de manera perfecta, a los que le siguen sin respiro Jesús, Juan
Patricio, Ernesto, y Barri con el enorme Patrick sorteando cada obstáculo que
se le pone a su paso. ¡Qué nivel de bajada! Enrique, bajando así no sé si el
dron hubiera sido capaz de seguirte.
Sabemos que más atrás,
aún sin verlos, a un ritmo igual bajan Víctor y Andrés, ambos, que prefiriendo
subidas y siendo escaladores sin descanso de puertos y pistas, estas zetas no
se les resisten de ninguna manera. Y ahí está Lourdes, que ya sea o bien
subiendo o bajando con su magnífica determinación le hace afrontar cualquier
obstáculo con un envidiable carácter, llegando como siempre, sonriendo.
Estas zetas entrañan la
dificultad justa para disfrutar y ser uno de las mayores diversiones de toda la
temporada. Son simplemente mágicas y hacen que la cara de satisfacción al
completarlas sea máxima sin dejar de lado la adrenalina que con ellas conllevan
siendo posiblemente unos de los sitios más entrañables de todas nuestras
salidas.
Galo. Luis Ángel Jr. y yo
decidimos adelantarnos hasta los coches para intentar preparar el fin de ruta.
Cuando llegamos, Forlán y Juan ya estaban abajo, venían desde san Lorenzo de El
Escorial, tras hacer una trialera tremenda, "al confundirse" en un
desvío y que han prometido que nos enseñaran pronto. ¡No nos la queremos ni
imaginar! No tardaría el grupo al
completo en llegar al punto de partida.
Una semana atrás quise
tener un detalle con este grupo, pero el extremo frío no invitaba a estar
quietos tras finalizar la jornada. La temperatura de ayer era la perfecta y eso
hizo que pudiera tener la oportunidad de compartir con todos el haber cumplido
"algún" año más. Hay personas que dicen que te haces más mayor cada
año, yo prefiero pensar que no, que al cumplir lo que haces es echar vida a los
años, que es mucho mejor que echar años a la vida. Con esa filosofía el paso de
los años se lleva mucho mejor.
Y es más, si esos años
los puedes compartir con amigos como los que nos reunimos semana tras semana en
AlfonsoyAmigos, la vida se lleva mucho mejor. Solo me queda como final a esta
magnífica ruta, el agradeceros a todos el haberme acompañado ayer, un año más,
en esta celebración. Fue francamente emocionante poder compartir el día de ayer
con todos vosotros. Inolvidable.
Una cosa me queda muy
clara, sin AlfonsoyAmigos la “Fiesta del Capó” no existiría.
AlfonsoyAmigos, muchas
gracias por ser y estar. Siempre.