Las fiestas han llegado a
su fin y es momento de retirar los adornos navideños, pero las convocatorias de
AlfonsoyAmigos apenas acaban de empezar dando la bienvenida al nuevo año.
Se lanza la propuesta con las ilusiones renovadas pero hoy, como apuntaba algún compañero,
apenas ha habido confirmaciones por WhatsApp durante la semana y resulta difícil
calcular quiénes van a acudir... pero siempre hay sorpresas.
Con las temperaturas bajo
cero empezamos a cruzar abrazos con los más tempraneros y los coches siguen
llegando con más compañeros.
Pero este no es un día
más, hoy el encuentro es mucho más emotivo que de costumbre y se convierte en
especial, muy especial, cuando todos nos alegramos al ver llegar a Miguel
Ángel. Un reencuentro esperado por todos. Hoy los abrazos serán más largos y
sentidos.
Poco más allá de las 9,00
horas empieza a pedalear este grupo al que parece no asustar el frío: Andrés,
Ángel, Enrique, Ernesto, Eva, Ferluy, Juan Carlos, Juan Patricio, Luis Ángel, Patrick,
Pawel, Santi, Toño, Alfonso y, por supuesto, Miguel Ángel.
El GPS de Toño y el mío
empiezan a recoger una rápida bajada de grados, cuando rodamos por pista
remontando el Río Gudillos y alejándonos de San Rafael, agrupados como para
darnos calor.
¡Caray!, menos 4 grados,
menos 5 y la rima y risas son inevitables, menos 6, menos 7 grados e incluso
alguna décima más.
Remontada por la
“alfonsina” que nos muestra los piornos adornados con blanca escarcha mientras
nos acercamos hacia la puerta de Campanillas. Encontraremos hielo y barro por
el camino, así como enorme pila de pinos no habitual de ver en la zona.
Y ahora, cuando rodamos
por la Garganta del Río Moros unos compañeros aprietan para entrar en calor y
otros se reservan sabiendo lo que resta de ruta.
Algunas pequeñas zonas
heladas en las curvas de más umbría que se superan sin problemas y haremos
parada al llegar a la Fuente de la
Chispa para agruparnos y recoger agua. No hemos parado en la zona habitual
junto a refugio, curiosamente hoy no da el sol y hace frío.
Superada la fuente ya
estamos prácticamente al comienzo del ascenso al Collado de Marichiva, que nos mira desafiante e imponiendo respeto.
Fuente de la Chispa Garganta del Río Moros |
Habrá compañeros que
alcancen el alto de un tirón ¡Bravo! Otros, alternaremos el pedaleo con el
empuja-bike. Arriba, los que van llegando buscan el cobijo del muro de piedra
de cara a un sol que se agradece. Comentamos que es esta probablemente una de
las subidas más duras o la más dura de la zona.
Mientras llegan los más
retrasados, hay quien pregunta si ahora iremos hacia el Collado del Rey y alguno insinúa que lo haremos hacia el Puerto de la Fuenfría. Ambos se
equivocan.
Justo enfrente del paso de
Marichiva vemos llegar a pie un par de excursionistas. Ellos dan la pista del
trazado que vamos a seguir, desconocido para todos los presentes menos para el
que os habla, que ya lo recorrió hace años. Se trata de la Vereda del Poyal de la Garganta.
Aviso a todos de que en la
primera parte encontraremos bastantes pedrolos, complicados pero no insalvables
y sin pensarlo más se lanza en cabeza Patrick, que ya no se acuerda de lo mal
que lo pasaba en las trialeras cuando empezó con nosotros.
Me quedo en un primer cruce
para evitar despistes y espero hasta que llega Luis Ángel, que se ha debido
entretener haciendo alguna foto. Agrupamos, hacemos foto y seguimos.
Poco más
adelante otro desvío y repito la operación, pero en esta ocasión la llegada de
compañeros se detiene y tardan demasiado. Aviso por walkie: Incidente, se han detenido.
No recibimos más
indicaciones y nos preocupamos. Pedimos confirmación de que no ha habido
caídas, parece ser que es avería. Juan Carlos remonta para prestar su ayuda. Imaginamos que Toño y Juan
están haciendo lo imposible por solventar el problema, pero el tiempo va
corriendo. Se agradece que algunos podamos esperar al sol.
Parece ser que Luis Ángel
ha golpeado su cambio trasero con alguna piedra o rama y ha quedado totalmente
retorcido e incrustado entre los radios de la rueda, provocando la rotura de
uno de ellos.
Finalmente, con una
reparación provisional, Luis Ángel con Juan Patricio y Andrés para acompañarle
optan por retroceder hasta el Collado de Marichiva y regresar por la Garganta a
San Rafael.
Lamentando tener que dividir el grupo, el
resto seguiremos adelante, disfrutando del descenso divertido hacia el Sanatorio de la Fuenfría pero
aminorando la marcha y tomando precauciones cada vez que nos encontramos con
excursionistas. Cruzamos saludos amables.
Las Dehesas y el Camino de los Campamentos en sentido
opuesto al habitual hasta casi alcanzar las vías del tren. Descenso
divertidísimo.
Dejamos a la derecha el
Prado de la Guapa e iniciamos ascenso por el Camino de la Solana. Vemos a Toño
detenerse y enseguida lo entendemos. La temperatura sube en esta zona y hay que
quitarse ropa de abrigo si no quieres desfallecer. Llegaremos a sufrir de
repente hasta 17º.
Son 3 kms de duro ascenso
y alto desnivel hasta la fuente del Hueco de la Peñota, justo donde el Camino de la Solana cambia su nombre por el de Camino de los Lomitos, y la temperatura no
ayuda, sigue sobrando ropa.
Comentamos que este es el recorrido de la Madrid-Segovia y que el calor en la fecha de la prueba llega a ser insoportable en este tramo.
Comentamos que este es el recorrido de la Madrid-Segovia y que el calor en la fecha de la prueba llega a ser insoportable en este tramo.
Desvío bajo el tendido
eléctrico, nuevamente zona muy dura y embarrada que los más fuertes solventan
sin demasiados problemas, y tomamos altura para coger sendero divertido que nos
pone en el Alto del León. Aquí nos
haremos foto junto al panel turístico de
El Espinar en el que aparece foto con el pie de AlfonsoyAmigos.
Ya es tarde, hay que
buscar el camino más corto de regreso. Disfrutamos de descenso por detrás de la
Antigua Casa Hilario y cogemos el
Camino del Agua hasta puerta con candado. Enrique se da cuenta de que ha
perdido su walkie, pero ignora dónde.
Tomamos en descenso por
pista con mucho desnivel y pedregosa que nos sitúa casi en Gudillos. El regreso
ya es en desbandada, como en otras ocasiones y a las puertas de Las Farolas cruzamos los merecidos
abrazos y encontramos a Andrés y Luis Ángel, que han esperado pacientemente.
Unos marchan a casa y
otros nos quedamos para tomar juntos unas cervezas y un roscón de reyes que nos
ha preparado Toño.
Este Toño es una caja de
sorpresas y un gran amigo. Cuando ya estamos el resto en casa, recibimos mensaje: Ha regresado
con su bici “en busca del walkie perdido”… y lo ha encontrado.
Un fuerte y cariñoso abrazo para Miguel Ángel, Diego y Lourdes.