Hacía tiempo que esta ruta MTB figuraba en la agenda de inéditas
de AlfonsoyAmigos.
Las últimas salidas
realizadas por el grupo invitaban a pensar que el momento de convocarla había
llegado.
El kilometraje no era un
problema, todo lo contrario, pero las dudas podían surgir por la dureza de
algunos tramos y la dificultad de otros.
En la convocatoria se
hablaba de El Calvario, quizá o no
nombre premonitorio de lo que podríamos encontrarnos hoy, pero en Cercedilla
han aparecido:
Andrés, Ángel, Carlos,
Chicho, Enrique, Eva, Ferluy, Juan, Luis Ángel, Luis Ángel JR., Patrick, Pawel,
Raúl, Samuel, Toño y Alfonso.
Cuando llegamos nos
encontramos con problemas para aparcar los coches, pues coincide que se celebra
la XXX Carrera por Montaña “Las Dehesas”,
puntuable para el campeonato de Madrid. Coches y participantes han tomado las
calles cercanas al polideportivo.
Un par de policías
municipales se nos acercan… ¿tal vez para llamarnos la atención? No, nos tratan
con suma amabilidad, nos invitan a ocupar con nuestros coches parte de las
aceras, facilitan todo tipo de indicaciones y nos desean una buena ruta. ¡Increíble!
Así da gusto.
Han regresado con nosotros
después de mucho tiempo Carlos y Samuel y se nos une Raúl “el duque”, que duda si “estará a nuestra altura”.
Circunstancia que ya se ha dado en las últimas tres salidas: Chico nuevo, dudas
de inicio y satisfacción completa al final de ruta.
Los primeros desniveles
para entrar en calor en cuanto cambiamos el asfalto de Cercedilla por el Camino
del Calvario.
Ciclistas agrupados que
pedalean en un día muy claro que hace prever que las temperaturas subirán a lo
largo de la mañana.
Embalse de Navalmedio |
Cuando alcanzamos el
Embalse de Navalmedio, a la mitad de su nivel, nos detenemos para hacer foto de
recuerdo mientras esperamos a Samuel que llega rezagado. ¿Se está reservando?
¿Ha tenido algún movimiento inesperado de tripas…?
La marcha es ahora de a
uno, por senda muy llevadera y agradable que pronto tomará anchura y empezará a
tomar desnivel.
Avisan de que ha pinchado
Ángel. Unos le acompañan y el resto aminora el ritmo de marcha sin parar, pero
pronto vuelve a estar el grupo unido.
Ferluy junto al Pino Encadenado |
Un par de rampas de más
desnivel y curva a la derecha nos recuerdan que el Pino Encadenado está ya muy
cerca. Y aprovechamos para reagrupar y tomar nueva foto de recuerdo. (Somos así)
AlfonsoyAmigos en el Pino Encadenado - Cercedilla |
En cruce con el Camino
Forestal de la Vaqueriza tomábamos en otras ocasiones desvío a la derecha hacia
El Ventorrillo, pero hoy es diferente. Se trata de girar a la izquierda,
armarse de valor y emprender duro ascenso hacia el Puerto de Navacerrada.
En este tramo no hay
fotos, no hay reagrupamiento y tus mejores amigos son aquellos que junto a ti
mantienen ritmo de ascenso, el resto… no existe.
Llevadero al principio, pero
no es engañéis, son casi cuatro kilómetros hasta llegar al mismísimo puerto, en los
que la pista se empeña en inclinarse más y más a la par que ha sembrado todo el
terreno de piedra suelta y raíces que hacen muy complicado el avance.
No te queda más remedio
que forzar para superar un tramo complicado y aprovechas los siguientes metros
para bajar ritmo y recuperar las pulsaciones. Ahí tengo a mi lado a Luis Ángel
para recordármelo una vez más y así avanzamos metro a metro.
Cuando optamos por
detenernos, poco antes de llegar junto a la estación de cercanías, la
satisfacción es grande y más aún cuando ves que llegan los compañeros tras duro esfuerzo.
Un kilómetro por carretera
con un desnivel del 10% te separan de un descanso más prolongado a las puertas
del Restaurante Dos Castillas, donde
se ofrecen a prepararnos algún tentempié que finalmente se convertirá
únicamente en la toma de un refresco por parte de algunos.
A la vista el Alto de Guarramillas, esa Bola del Mundo desde la que transmitían
las primeras ondas televisivas en Madrid, pero hoy no toca ese ascenso. Nos
desviamos por la derecha compartiendo sendero pedregoso con multitud de
caminantes y excursionistas. Ojo, que falta Samu.
Tic-tac, tic-tac. Pasarán
largos minutos sin que aparezca. Parece ser que mantiene conversación íntima
con el Sr. Roca que no puede cortar ni dejar para otra ocasión. Las risas no
faltarán al ver pedalear a nuestro amigo con mayor soltura.
Alcanzamos una formidable
explanada y mirador cuyo nombre no acertamos a encontrar, pero estamos muy cerca
del Ventisquero de la Estrada. (Hasta que alguien me corrija).
Sol, vistas claras, fotos,
más fotos y el tiempo va corriendo. Tic-Tac, tic-tac. Por nuestra izquierda
asoma el sendero complicado que tenemos que tomar, difícil incluso para los
andarines que marchan con buenas botas. La piedra está muy suelta y resbalas
aunque pongas al rojo los frenos.
Hay compañeros que avanzan
sobre sus máquinas, Luis Ángel JR., Samuel, Juan, Chicho, Patrick, Toño, Ferluy,
veo algunos más haciendo cabriolas… pero será obligado apearte en muchas
ocasiones y realizar otros tramos a pie.
Estamos en la senda conocida como “de la tubería”, que se cruza peligrosa en el camino para poner las
cosas aún más difíciles. Pero nuestra ruta gira a la izquierda y toma otro
sendero que lejos de mejorar empeora por momentos.
Empujando mi bici resbalo
y me voy al suelo. Me ayuda Pawel a levantarme y será él el que poco más
adelante acabe de espaldas sobre unos piornos, reclamando ayuda para poderse
poner en pie.
El grupo se estira más y
más. Ya hemos perdido de vista a los más hábiles y atrevidos, pero nos dejamos
atrás a Eva, (que reconoce haber caído
hasta en cuatro ocasiones), a Carlos y Raúl que acabarán echándola una mano
cuando además pincha una rueda.
El arreglo se demora más
de lo habitual… tic-tac, tic-tac. Debe ser que a nuestro equipo técnico le ha
pillado lejos. Van pasando largos minutos que se emplean en disfrutar del
paisaje.
Valle de la Barranca |
Puerto de Navacerrada al fondo |
El convoy de cola toma
contacto con los que estamos en medio y retomamos marcha. Poco más adelante,
los de cabeza se han detenido. Pinchazo de Juan que es autosuficiente y
problemas en la tija de Ferluy, pero completamos el sendero hasta cruce con la
pista que sube desde la Barranca.
La tija telescópica de
Ferluy vuelve a darle fallos y no hay forma de evitar que se le venga abajo. Tic-tac,
tic-tac.
Nos estamos yendo de hora,
no queda más remedio que meter las tijeras a la ruta. El "comité de sabios" decide. Dejaremos parte del
trazado para próxima ocasión. Ahora lo aconsejable es coger la pista en la que
nos encontramos y dirigirnos hacia el Mirador
de las Canchas.
Dos kilómetros de fuerte
desnivel y alcanzamos el mirador, nuevas formidables vistas y mientras unos
disfrutamos del paisaje, los MacGyver se afanan en buscar solución a la tija de
Ferluy que sigue revoltosa... Tic-tac, tic-tac.
Comenzamos descenso y Chicho
marca desvío. Para dejar claro que es por ahí… se va al suelo en fea caída.
Logra recuperarse, pero al final de ruta acudirá a urgencias a comprobar que
solamente se ha tratado de una fuerte contusión.
El senderillo que llaman “Bambi”
nos hace disfrutar del descenso, complicado en ocasiones, y nos pone en la
carretera de Navacerrada para desviarnos por El Ventorrillo y coger nueva
trialera hacia la Casa de las Mariposas.
Al fondo el Alto de Guarramillas Desde el Mirador de las Canchas |
Un momento, hay aviso de
avería… Enrique ha roto un radio, pero las noticias siguen llegando. (Chiste malo).
Alto de Guarramillas desde el Mirador de las Canchas |
Avanzamos y ya estamos en
pista ancha, sin piedras, sin ramas, sin aparentes obstáculos y a nuestro lado,
Samuel hace un extraño y se va al suelo. Comprobamos que nadie le ha pegado un
tiro. El más extrañado el propio protagonista. Tic-tac, tic-tac.
Raro en él, pero es Ferluy
el que dice en voz alta… “Vámonos para casa antes de que nos suceda algo más
gordo”.
Y así, con el acuerdo de
algunos y el desaliento de los que piensan que a la ruta le han faltado algunos
kilómetros, tomamos camino rápido de regreso a Cercedilla.
Nos hemos pasado de
hora, numerosas caídas, averías, incidentes, con casi 1000 m de desnivel
positivo en 22 kms, pero celebramos la formidable mañana que hemos pasado juntos,
dejándonos invitar por quienes han cumplido años esta semana. Feliz cumpleaños de nuevo Andrés y Juan.
…y los policías municipales,
que allí siguen de turno, nos ofrecen otra amable sonrisa.