El Muyo, el Muyo es cojonudo
No te extrañes amig@
lector, en esta ocasión AlfonsoyAmigos
ha decidido hacer en sábado su ruta MTB
por el Hayedo de la Tejera Negra, en
el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara.
Ruta de interés en cualquier época del año, pero sobremanera si logras acudir en las primeras fechas de otoño, justo cuando las hojas de las hayas ya han tornado su color a múltiples tonalidades entre ocre y rojo.
Ruta de interés en cualquier época del año, pero sobremanera si logras acudir en las primeras fechas de otoño, justo cuando las hojas de las hayas ya han tornado su color a múltiples tonalidades entre ocre y rojo.
El Muyo |
Bajas temperaturas que nos hacen olvidar el verano ya pasado, madrugón que podría cabrear al despertador y desplazamiento de casi dos horas de coche. Ingredientes que pueden provocar comprensibles dudas en cada uno de los convocados a la cita. Preguntarle a nuestro amigo Toño si finalmente se arrepintió de haber acudido.
Cuando me armo de valor salto como un muelle abandonando el calor confortable de la cama, imagino si no habrá algún compañero que haya sucumbido a la tentación de abandonar antes de empezar y ya estoy pensando en el encuentro con los amigos.
Ya en el coche, aún en plena noche, te preguntas ¿qué hago yo aquí?, ¿cómo he llegado? ¿dónde voy?... Si salimos limpios de la ducha ¿por qué lavamos las toallas?
Las dudas cesan cuando recojo a Enrique con el que comparto kilómetros de coche con amena charla y más al encontrarte con los demás compañeros en la villa de Riaza. Los primeros abrazos y el desayuno son válidos para entrar en calor.
Abrazos generosos ofrecidos por Andrés, Enrique, José Antonio, Javier (nuevo amigo que se extraña de nuestras afables maniobras pero se deja llevar) Juan Carlos, Juan Patricio, Luis Ángel, Rafa, Santi, Toño y Alfonso.
Y nos vamos a El Muyo, pequeña localidad casi abandonada representativa de los llamados Pueblos Negros, punto de inicio y fin de nuestra ruta. Estamos todavía en Segovia.
Un pedalier que ajustar, unos pedales que montar, inflado de algunas ruedas, pero el “personal técnico” cada vez más profesional.
Javier y Rafa vienen por primera vez a esta ruta y al resto nuestra memoria nos ha suavizado el recuerdo de los primeros rampones que debemos atacar. La cruda realidad aparece a las primeras pedaladas y en algún tramo mi GPS llega a marcar un desnivel puntual del 24%.
Estos repechos se han convertido en retos personales. Cada cual sabe lo que logró hacer la vez anterior y hoy intenta mejorarlo. Te alegra ver a los amigos que culminan sin poner pie en tierra y ya se ve que Javier está fuerte como un toro.
Arriba, en el Puerto de los Infantes, las caras reflejan el esfuerzo y la satisfacción, pero mejor no parar demasiado cuando el aire es aquí siempre fresco.
El sol protagonista por su ausencia en toda la ruta, tal vez de vacaciones, pero la temperatura aun siendo baja resulta agradable. El color de los paisajes es diferente al de otras ocasiones. Ya estamos en la provincia de Guadalajara.
Rodamos con soltura, conversando. A Luis Ángel y Javier les une su pasión por el “Boss” y no les faltará charla durante toda la ruta. Procuramos marchar agrupados.
Tal vez Javier, acostumbrado a competir, piense que paramos demasiado, pero realmente lo hacemos menos que en otras ocasiones y nadie quiere perder la oportunidad de llevarse reflejo de lo que está disfrutando.
La única avería en ruta será un pinchazo de Santi, que se resiste a poner tubeles en sus ruedas. Un recuerdo y abrazo de todos para Ferluy, que hoy no nos acompaña, pero siempre presente.
Abandonamos la pista principal y emprendemos descenso trialero junto al Arroyo de Valdebecerril hasta el Río Lillas, totalmente seco en estas fechas.
Lajas de piedra suelta, desnivel, jara y arbustos que cierran el camino complican el descenso, pero llegamos abajo sin complicaciones. Estamos junto al aparcamiento principal del Parque Natural del Hayedo de la Tejera Negra.
Un guarda forestal que ha visto nuestras maniobras, nos hace ver que unos metros más adelante podríamos haber descendido por sendero más llevadero, pero Luis Ángel le contesta con una sonrisa: “Gracias, pero nos gusta bajar por donde lo hemos hecho”. El paisano se encoje de hombros.
Tenemos por delante ascenso largo y el grupo se estira. Ya nos veremos arriba, pero ojo con los coches que nos cruzamos que no dejan de acudir a la zona, incluso autocares. Cuando tomamos desvío a la derecha ya el camino es casi exclusivo para nosotros y para algunos andarines que se acercan al Hayedo prohibido para los ciclistas.
El Collado del Hornillo nos da un respiro, más fotitos de recuerdo, pero la temperatura ha bajado o nosotros hemos subido demasiado. Mejor una parada breve. Descenso de unos 3 kilómetros y otros 5 en ascenso por desvío a la derecha para alcanzar el Hayedo por su cara oeste. Repechos, fotos, más fotos, más repechos y más fotos.
escenso hasta el
Arroyo del Hornillo y dos tramos de fuerte desnivel, tal vez menos duro que el
de primera hora pero ya las piernas acumulan cansancio. Vuelvo a ver compañeros
que lo superan para el contento de todos.
El Río Zarzo a nuestra derecha sin apenas agua, vacas y ovejas pastando en praderas muy secas en un otoño muy seco hasta estas fechas, pero precioso el paisaje.
Cruzamos de nuevo el Río Lillas y nos desviamos a la izquierda para afrontar 9 kms de ascenso constante. La lluvia, apenas chirimiri en alguna ocasión, se hace sentir durante unos breves minutos y obliga a sacar los chubasqueros, pero no durará mucho.
Puerto de los Infantes y ya tenemos a la vista El Muyo, pero Toño hizo propuesta para final de ruta que nos desvía a la derecha en suave ascenso por la garganta segoviana.
Los más tocados dan su conformidad y arrancamos, pero en unos segundos vemos parado a Andrés. Ha sufrido tirones en las dos piernas y hace estiramientos.
Nuestro amigo ha aguantado toda la ruta con fuerte gripe, pero ahora se resiente del esfuerzo. Unos minutos y retomamos suave marcha, ahora en descenso, que nos acerca a nuestro destino. La pendiente toma desnivel y hay zona de lajas de pizarra húmeda y peligrosa.
Cuando crees haber llegado, aún te encuentras unos repechos que superar y es ahora Juan Patricio el que sufre un tirón en pleno esfuerzo. Señales inequívocas de que la ruta ha sido dura.
Unos dejándose ya casi llevar y otros agotando las fuerzas que nos quedan, pero la llegada a El Muyo es triunfal para todos e inmediatamente buscamos el cruce de felicitaciones y de abrazos.
Plaza de Riaza Foto panorámica de Enrique Moratalla |
El comer juntos en Riaza es un lujo que pone el broche de oro a una ruta dura, preciosa, repleta de momentazos de compañerismo y que, como en otras ocasiones, nos deja a todos deseando que llegue muy pronto la próxima.
Así quedó el track de nuestra ruta.
Seleccionada por Google Earth
Todavía han quedado fuerzas en el grupo para desafiar los avisos de fuertes lluvias y salir el domingo. Aquí están los valientes.
Seleccionada por Google Earth
Todavía han quedado fuerzas en el grupo para desafiar los avisos de fuertes lluvias y salir el domingo. Aquí están los valientes.